01 febrero 2005

Mercedes Cebrián

Encontrar una obra que te sorprenda y al tiempo aborde situaciones tan cercanas a nosotros no es nada fácil. Lo de Mercedes Cebrián ha sido un descubrimiento.

El malestar al alcance de todos es un libro que estamos recomendando a nuestros lectores de Dosdoce por ser, entre otras cosas, diferente. Escrito con frescura pero mostrando una templada madurez, El malestar al alcance de todos está compuesto por once poemas y catorce cuentos donde todos los sentimientos con que a diario nos topamos tienen cabida: el amor, el desamor, el rencor, la venganza, el odio, el deseo, la envidia, la soledad,… Con personajes como tú y como yo, y con nuestros amigos, nuestra familia y los habituales del trabajo o la calle, Mercedes Cebrián elabora magníficos retratos y describe esas sensaciones que, por cotidianas, pocas veces se explican con palabras. Con premeditada crueldad, altas dosis de humor negro y una curiosa mezcla de candidez e ironía, Cebrián despliega su ingenio en un libro que, a pesar de lo agridulce, deja abiertas unas cuantas puertas a la esperanza.

Para conocer mejor a la autora y su obra, publicamos a continuación la entrevista que Mercedes Cebrián ha concedido en exclusiva para Dosdoce.

Dosdoce: Leyendo tu libro uno descubre reacciones propias que cuesta admitir, como ese fondo de crueldad que, en mayor o menor grado, todos tenemos. ¿En qué lado te ves tú, en el de la maliciosa media sonrisa o en el del que aguanta el chaparrón como puede?

Mercedes Cebrían (MC): Me temo que, salvo los que deciden hacerse con una metralleta y liarse a tiros en sitios concurridos, el resto nos limitamos a aguantar el chaparrón urdiendo ingenuas modalidades de medias sonrisas a través de la ironía, el cinismo y actitudes similares, que para mí son meras armas de juguete permitidas por la Unión Europea.

Dosdoce: El conformismo planea sobre varias de tus historias, algo así como "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", pero por las críticas que haces en el libro no te veo yo muy conformista que digamos…

MC: El conformismo es una herramienta puesta a nuestra disposición para facilitarnos la vida, lo que ocurre es que los nacidos en España a partir de los años 60 hemos estado expuestos en exceso a mensajes que contenían palabras como "ambición", "destacar", "realizarse" o "porque yo lo valgo" y ya nos parece imposible olvidar todo eso y plantarnos en un escenario social de menor complejidad, aunque en muchas ocasiones creo que daríamos un riñón por retornar al mullido conformismo.

Dosdoce: Refranes como "más vale solo que mal acompañado", "si no puedes con tu enemigo, únete a él", "más vale pájaro en mano que ciento volando", destilan su esencia en tus historias. ¿Te consideras refranera?

MC: Imagino que para generar un refrán hizo falta que la situación sobre la que éste aconseja y dictamina sucediera cientos de veces. Eso es lo que más me interesa de los refranes, la situación arquetípica que todos parecen conocer e incluso haber experimentado. Pero aparte de eso no utilizo refranes en mis conversaciones a la manera sanchopancista.

Dosdoce: Hay en tus relatos un marcado sentido circular por el que el final suele ser de nuevo el principio de la historia, algo así como un "Da Capo" continuo inevitable. ¿Crees que lo que hacemos en el mundo es como una goma elástica que se estira y se encoge sucesivamente?

MC: No estoy muy segura, de ahí que me interese explorarlo en mis textos. Es un tema en el que me fijo bastante, y no en el plano teórico (pienso en Nietzsche, en el eterno retorno y demás), sino a niveles más zapatillescos, más de trabajo de campo, de interés por las biografías de personas con las que me cruzo. Me interesa y a la vez me perturba bastante el tema de las consecuencias de nuestras acciones y, por tanto, el posible castigo posterior, de ahí que al final acabe topándome inevitablemente con refranes del estilo de "ríe mejor quien ríe el último" o "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos".

Dosdoce: Tus poemas poseen una estructura y un fraseo musicales muy llamativos. ¿Influye tu formación musical a la hora de escribir?

MC: Me pregunto a menudo de donde procede el llamado "estilo" de un escritor, de dónde bebió para obtener su manera de escribir, de ahí que no sepa muy bien colocar mi formación musical dentro de mi práctica literaria: no suelo escribir sobre temas musicales ni he utilizado conscientemente las formas musicales como estructura de ninguno de mis textos como hace Cortázar, por ejemplo, en el relato Clone al ajustar la narración al molde de la Ofrenda Musica de J.S. Bach.

Por eso creo que en el único lugar de mi escritura donde aparece algo de mi experiencia musical es, en efecto, en el fraseo de mis textos, tanto en los cuentos como en los poemas. Me ocurre con frecuencia que no paro hasta encontrar la palabra de, no sé, pongamos tres sílabas y esdrújula, que necesito que encaje en un lugar determinado de la frase. Ahí es donde debe de estar alojado mi interés por la música, supongo.

Dosdoce: Me ha sorprendido mucho tu forma de explorar la soledad en el cuento "Dar posada al peregrino" con el personaje que se inventa a sí mismo. ¿Por qué crees que es tan habitual tener que reclamar la atención de quienes te rodean para que te hagan un poco de caso?

MC: Creo que la palabra clave de todo esto es "identidad". Existe, en mi opinión, un conflicto bastante acusado entre dos recomendaciones tácitas que nadie parece dictar pero que todos tendemos a seguir: la primera nos insta a formar parte de una tribu y compartir con sus miembros códigos, gustos, estética, forma de hablar etc. y la segunda nos anima casi con violencia a ser "únicos" y difícilmente etiquetables. ¿Cómo se come eso? Al final, hay que andar urdiendo complicadas estrategias para mandar señales al prójimo haciéndoles ver que no somos meros miembros de la tribu de los BoBos, de los pijos, o de los siniestros… la cosa está complicada.

Dosdoce: Me parece genial cómo tratas el tema de la cultura en "Retóricos anónimos", es como el mundo al revés. Dentro de los que, se supone, están al día en lo que a cultura se refiere en España, ¿cuántos subgrupos diferenciarías entre quienes tienen verdadero interés y a quienes mueve el esnobismo de estar a la última?

MC: La cultura es, en mi opinión, un poco como el falo: todos la codician y a la vez hay miedo a perderla, a no ser nada concreto sin ella. Me entretiene mucho sentarme a observar el trasiego de las tendencias culturales. Es bastante revelador ver cómo vienen y van los intereses culturales de unos y otros, los míos propios, incluso. Creo que es difícil desligar la cultura del consumo, no sé si son muchos los que están verdaderamente interesados por lo artístico y lo cultural pero, en cualquier caso, ¿qué significa estar verdaderamente interesado por la cultura? En lo que a mí respecta, si me desligara por completo de lo cultural perdería, para empezar, a muchos de mis amigos y también parte de mi ocio y de mis temas de conversación. Creo que ha llegado un momento en que la cultura vertebra mi vida y creo que lo mismo les pasa a muchos otros, incluido el protagonista de Retóricos Anónimos, y, además, de forma bastante más acusada que a mí. ¿He contestado bien a la pregunta?

Dosdoce: Otra crítica feroz: la de los libros de oferta, como ese que citas de reflexología podal. ¿Piensas que este tipo de libro es necesario? ¿Crees que aportan algo?

MC: No creo que sean ni más ni menos necesarios que, por ejemplo, las melodías polifónicas para móviles, pero si los editores siguen publicándolos es porque se venden bien y de ahí se deduce que un gran grupo de gente los considera necesarios. De hecho, venden bastante más que la poesía, por lo tanto quizá hasta podríamos decir que son más necesarios que ésta, al igual que no sería un error, me parece, decir que el garbanzo es más necesario que el jengibre macerado, al menos en España. Pero lo necesario no siempre es lo más exquisito, claro.

Dosdoce: La venganza, otra que genera la media sonrisa. En tus historias, se espera con ansia que llegue ese dulce momento… ¿Has tenido que vengarte muchas veces en tu vida? ¿Y has planeado tus venganzas?

MC: Me remito a la respuesta a la primera pregunta, la de la media sonrisa: creo que una venganza con todas las letras me quitaría el sueño, así es que yo por lo menos me limito a las microvenganzas apenas perceptibles, o a la esperanza del (de nuevo un refrán) "ríe mejor quien ríe el último". Vivir en sociedad me resulta muy complejo: cada día podría añadir varios nombres a la lista de gente de la que vengarme, pero prefiero no tentar la suerte.

Entrevista realizada por Iñaki Saldaña, colaborador habitual de la Revista Dosdoce.

Mercedes Cebrián (1971) publicó el libro de relatos y poemas El malestar al alcance de todos en la editorial Caballo de Troya en marzo de 2004. Sus textos han aparecido además en suplementos culturales como Babelia (El País) o Cultura/s (La Vanguardia) y en las revistas literarias Turia, Sin Embargo y Clarín. Seleccionada por el Ayuntamiento de Madrid para participar en la X Bienal de Jóvenes Creadores del Mediterráneo celebrada en Sarajevo en julio de 2001. Entre 2002 y 2004 disfrutó de una beca de creación literaria en la Residencia de Estudiantes de Madrid.


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