06 octubre 2006

La orquesta del Palau de Valencia se estrena

Ya está. Por fin vamos a ver cómo suena esta nueva orquesta, después de tantos rumores y comentarios entre bambalinas sobre su calidad. Será el próximo domingo, 8 de octubre, con motivo del concierto en honor del Día de la Comunidad Valenciana, y a su frente estará el director Zubin Mehta.
La selección de los músicos y sus primeros pasos han estado al cargo del otro pilar fundamental del proyecto artístico del Palau, el director de orquesta Lorin Maazel, lo que en principio se revela como una garantía. Pero en la música y su interpretación convergen multitud de factores y matices que convierten el estreno de cualquier orquesta en un acontecimiento. Es como descorchar un vino largamente cuidado, desde su selección hasta su conservación, y probar su contenido con una mezcla de emoción y curiosidad.
La nueva orquesta también estrena denominación, puesto que ha pasado a denominarse, desde mediados de septiembre, Orquesta de la Comunitat Valenciana. Los responsables del gobierno autonómico no han sido ajenos a los comentarios sobre las posibilidades de la orquesta y han preferido que, por si acaso, la formación musical lleve el nombre de la comunidad que ha hecho posible su creación.
La creación de esta nueva orquesta no ha estado exenta de críticas, ya que la ciudad cuenta con la Orquesta de Valencia, que ya lleva un rodaje y que los que así opinaban veían que no tenía sentido que el Palau de les Arts tuviera su propia orquesta. Lo cierto es que la Orquesta de Valencia tiene una temporada muy consolidada, una de las mejores de toda la oferta nacional. Es una orquesta eminentemente sinfónica, con un repertorio muy trabajado y exigente. Conferirle la responsabilidad del foso del Palau habría limitado las posibilidades de programación del nuevo coliseo.
La convivencia de varias orquestas en la misma ciudad no debe ser un problema. No lo es en otras ciudades europeas. Cada una tiene su repertorio y su proyecto artístico. Lo cual no quiere decir que una no sepa hacer bien lo que hace la otra. La Orquesta de la Comunitat ha programado conciertos sinfónicos y la Orquesta de Valencia ha incluido fragmentos operísticos en su programación. Esta última abordará el 16 de febrero de 2007, por ejemplo, el arriesgado e impresionante acto II de Tristán e Isolda, nada menos que con Waltraud Meier, y con dirección de su titular, Yaron Traub. Atentos a este director, que en su primera temporada ya se ha ganado a los aficionados de la capital del Turia. Será sin duda uno de los momentos de mayor expectación y las comparaciones no se van a poder evitar.
Los responsables se han puesto la venda antes que la herida y, así, para evitar malentendidos, tocarán las dos orquestas en el concierto del Dïa de la Comunidad Valenciana. Abrirá el concierto la «toricantana», con obras de Martín y Soler (obertura de L’Isola del piacere) y Rimski-Kórsakov (Capricho español). Después le cederá el escenario a la Orquesta de Valencia y a su director, Yaron Traub, para interpretar un estreno absoluto de Andrés Valero (Rapsodia sobre temes valencians) y la suite El pájaro de fuego de Igor Stravinski. La segunda parte, el escenario agrupará a ambas orquestas (158 músicos en total) para abordar juntos la Sinfonía Fantastica de Hector Berlioz, al mando de Zubin Mehta. Una orquesta monumental para una partitura monumental, que será el colofón a una jornada, esperemos, de excelente música.
Texto: Felipe Santos

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