11 septiembre 2014

Vestido de novia

Uno se siente afortunado cuando un libro como éste cae en sus manos porque sabe, ya desde las primeras páginas, que no lo soltará hasta que no lo acabe (puedo jurar que en mi caso así ha sido). Todo buen lector es exigente, y en el caso de los amantes de la novela negra yo diría que un poco más. Cuando tienes la suerte de encontrarte un buen thriller siempre esperas del siguiente que consiga superarlo, o al menos lo iguale. Y eso es tan difícil…

Vestido de novia, de Pierre Lemaitre (Alfaguara), lo consigue. No podemos (ni debemos) contar mucho, pues ya desde el principio ocurren sucesos que no pueden ser desvelados. Sí podemos presentar la novela diciendo que Sophie es una joven profundamente preocupada y desconcertada por todo lo que le ocurre y a lo que es incapaz de encontrar explicación. Todo lo olvida, todo lo pierde, no recuerda nada de lo que se supone ha hecho. Y mientras, la muerte comienza a rodearla y a sumirla en la desesperación, convirtiendo su vida en una pesadilla de la que le resulta imposible escapar.

Pierre Lemaitre consigue con Vestido de novia implicarnos y sumergirnos en esa pesadilla, con esta novela de estupenda factura y cuyo ritmo trepidante, y a la vez sabiamente dosificado para mantener en vilo al lector, se convierte en una de sus mejores bazas.

Interesante es también la forma en que engancha al lector descolocándolo e inestabilizándolo al ir cambiando el enfoque de la historia dependiendo de quién vaya narrándola, por lo que objetividad y subjetividad se encuentran en permanente pugna. El lector se identifica con unos u otros personajes alternativamente, sin fisuras, por muy antagónicos que estos sean.

Magnífico el lenguaje utilizado, una buena muestra de cómo combinar la literatura con mayúsculas con saber hacerse entender por el gran público. Estupenda traducción, y mejor adaptación, de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego.

No es de extrañar que la novela esté siendo adaptada para el cine; de hecho, es tan visual que casi parece obligatorio. Sin embargo, y como suele ocurrir con las buenas novelas negras, la imagen que el lector va construyendo en su cabeza es tan potente que las adaptaciones suelen quedarse cortas, limitadas, algo inconsistentes (como ocurre en el caso de la trilogía de Stieg Larsson), pero en cualquier caso este libro tiene realmente una buena película.

En este sentido he de decir que, para lo bien compuesta que está la historia, hay un par de momentos que resultan poco convincentes, y puede que sea porque el autor ya imagine una película, donde este tipo de efectos puede resultar creíble, pero que en la novela me parece algo innecesario. En cualquier caso hablamos de un libro de los buenos, de los que se recomienda y de los que se habla. Y bien.

Pierre Lemaitre nació en París en 1951. Antes de ganar el Premio Goncourt 2013 con su estupenda novela Nos vemos allá arriba, Lemaitre ya era un escritor de renombre en el género de la novela policiaca. Con su primer thriller, El novelista (2006), recibió el Premio a la Primera Novela Policiaca del Festival de Cine Policíaco de Cognac, e iniciaba la serie protagonizada por el inspector Camille Verhoeven, que incluye Alex (2011, en curso de adaptación al cine por James B. Harris, con guión del propio Lemaitre) y Sacrifices (2012). Fuera de la serie llegaron, con buena recepción por parte del público y de la crítica, Vestido de novia (Premio del Salon du Polar 2009) y Cadres noirs (2010).

Pierre Lemaitre es también guionista de ficción y de series de televisión, y ha sido profesor de literatura francesa y norteamericana. Además del Goncourt, ha obtenido el Premio de Novela Negra Europea, el Dagger Award, el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa 2013 de la revista Lire, el Premio Roman France Télévisions y el Premio de los Libreros de Nancy Le Point. Su obra, con más de medio millón de lectores, está siendo traducida a dieciocho idiomas. (Foto: Bruno Charoy).

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