17 noviembre 2016

La inteligencia artificial sí puede juzgar a un libro por su cubierta

Full book cover design, vía Shutterstock

Como todos sabemos, la cubierta es un parte fundamental de los libros, sobre todo desde el punto de vista del marketing.

Aunque todos coincidamos en que lo importante es el contenido, una cubierta más o menos atractiva nos puede hacer coger un libro del expositor o ver más detalles del mismo online o, por el contrario, nos puede hacer que pase inadvertido.

De hecho, ha habido incluso aplicaciones online –hoy malogradas- que jugaban con juzgar (Coverlist) o no (Uncovered Books o No Name Jackets) a través de las cubiertas. De modo que es evidente que, en librería física u online, la cubierta de un libro juega un papel destacado dentro del diseño final de un libro.

Las cubiertas se diseñan para orientar sobre el contenido del mismo, el tema del que trata, incluso el género que acoge. Es decir, al cabo se ha hecho para ser miradas y, en cierto modo, también juzgadas. Tanto es así que en la Universidad de Kyushu en Japón han diseñado un programa de inteligencia artificial que sí juzga a los libros por sus cubiertas.

Allí han desarrollado un algoritmo que sabe señalar el género de un libro a través de su cubierta. Con ello consiguen categorizar a través de las mismas los diferentes géneros posibles. Para ello descargaron 137.788 cubiertas de libros, dando como resultado 20 géneros posibles. Si alguno de los libros entraba en varias categorías lo ubicaban en la primera de la lista.

A través de la red neuronal artificial que han creado, la entrenan pata reconocer los géneros a través de la imagen de la cubierta, alcanzando así una correlación entre el diseño y el género. Como es lógico, algunas categorías resultan ser más fáciles de reconocer que otras: viajes y tecnologías, por ejemplo. Los de cocina resultan ambiguos de momento para esta inteligencia de pendiendo de si aparece comida o un chef en la cubierta.

Como vemos, aún tiene que perfeccionarse la herramienta para llegar a un nivel humano. No obstante, las implicaciones de este trabajo podría ayudar a diseñadores a mejorar sus trabajos a la hora de enmarcar los libros en un género concreto, y también pensando en una herramienta similar futura ya perfeccionada que ubique los libros online según estas cubiertas.

Otra opción, a la vista de los avances de la inteligencia artificial, es que ayude a los ordenadores a diseñas sus propias cubiertas sin necesidad de ayuda humana. Quizá una ayuda por venir sobre todo para autores independientes sin capacidad de diseño y que aún no se pueden permitir pagar a un profesional que les haga este importante trabajo.

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