22 junio 2017

Manifiesto por la lectura digital

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Asian young woman reading, vía Shutterstock

Aunque parezca difícil de creer, todavía estamos así. En el punto en el que hay que defender que leer en formato digital, también es leer.

Aunque en ocasiones la discusión sea inútil o termine cansando, las voces de los anti-digital hacen que haya quien se plante y esgrima sus argumentos para hacer saber que se esta tan buen lector en digital que en papel. Y ha sido esta vez David Sánchez quien, en 24Symbols, ha dado sus buenos argumentos.

La “demonización”, como él mismo señala, de la lectura digital hace que se lleguen a extremos de felicitarse por cada índice que, aparentemente, indica un menor número de ventas de libros digitales.

Tener que recordar que la lectura digital y en papel no es incompatible, que al cabo es preferible -para el conocimiento y el espíritu-, optar por el contenido que por el continente, o que, digan lo que digan las cifras, la transformación se ha dado y ya no hay vuelta atrás, se hace cuesta arriba de tantas veces repetido.

Pero como también se confunden los gustos propios con los hechos reales, las filias y las fobias con la razón y los argumentos, la calidad con el formato, y así hasta innumerables mezcolanzas de intereses propios, fetichismos que poco tienen que ver con la lectura y clásicos vértigos a los cambios, entonces, como ha sido el caso, merece llamar la atención sobre el hecho de que leer en digital también es leer.

Quizá, aquellos que tanto ímpetu ponen en atacar la lectura digital no se hayan dado cuenta de la cantidad de horas que pasan delante del ordenador precisamente haciendo lo propio: leer.

Por eso hemos querido compartir el manifiesto en 10 puntos de David Sánchez, que pasamos a reproducir aquí:

«1. Nos gusta leer en dispositivos digitales.

2. Nos gusta llevar todos los libros de nuestra biblioteca con nosotros, en la palma de la mano y sin esfuerzo.

3. Nos gusta la inmediatez con que disfrutamos de la lectura desde que una noticia, un amigo, una imagen o un pensamiento nos incita a leer.

4. Nos gusta que todos los libros lleguen a cualquier rincón del mundo, y que estén disponibles instantáneamente incluso en zonas rurales y apartadas.

5. Nos gusta leer más a un precio más barato. Nos gusta el ahorro de costes que implica eliminar la ineficiente distribución tradicional, esa que transporta e imprime miles de ejemplares que nadie compra y acaban en un vertedero.

6. Nos gustan los dispositivos que aumentan las posibilidades de la lectura. Nos gusta anotar los libros online, ampliar información o acceder a imágenes y vídeos relacionados mientras leemos. Esperaremos con interés las potencialidades digitales que aún no conocemos y querremos experimentar.

7. Nos gustan los autores y editores que se arriesgan a crear nuevos libros que exploren las nuevas capacidades de estos dispositivos.

8. Nos gusta la socialización digital de la lectura, las posibilidades de hablar sobre libros en Internet, las recomendaciones que intercambiamos con lectores como nosotros, y la pérdida de poder de los prescriptores tradicionales, muchas veces interesados y elitistas.

9. Nos gusta formar parte activa de la fascinante evolución que está experimentando la lectura, sin nostalgia innecesaria.

10. Estamos orgullosos de ser lectores digitales.»

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