16 octubre 2025

Cuando el libro desfila: la literatura invade nuevos territorios de la economía creativa

Imagen de Andrea Piacquadio en Pexels

Imagen de Andrea Piacquadio en Pexels

¿Quién dijo que los libros no desfilan?

En los próximos días, la São Paulo Fashion Week será escenario de un movimiento simbólico y, al mismo tiempo, estratégico: Estante Virtual patrocinará un desfile. A primera vista, puede parecer una acción inusual para una marca del universo del libro.

Pero, en la práctica, este gesto señala una transformación mucho más amplia: la literatura comienza a ocupar espacios centrales dentro de la economía creativa, rompiendo la frontera tradicional de librerías y ferias literarias para dialogar con nuevos públicos y lenguajes culturales.

Hasta hoy, como sector, interactuamos mucho menos de lo que podríamos con el ecosistema creativo. La moda, la música, el audiovisual y los videojuegos han aprendido a construir narrativas que trascienden sus productos: venden experiencias, crean comunidades y definen comportamientos.

El libro, a pesar de haber sido históricamente uno de los grandes vectores culturales, se mantuvo en un territorio más restringido, muchas veces por tradición y otras por falta de una estrategia integrada. Al apoyar un desfile, Estante Virtual señala un cambio en ese paradigma: el libro comienza a salir de la estantería para circular por los espacios donde realmente ocurren las conversaciones culturales —pasarelas, escenarios, festivales y timelines.

Este acercamiento no es cosmético, es estratégico. En un escenario donde la atención del público se disputa entre distintas expresiones culturales, la literatura necesita reposicionarse. Al entrar en la pasarela, el libro se conecta con públicos que muchas veces no se definen como lectores, pero que consumen cultura intensamente.

Esta presencia amplía la relevancia simbólica del libro, reposiciona a las marcas editoriales como actores culturales y construye puentes con una generación más joven, diversa y conectada. Es un movimiento de marca que, en la práctica, también representa una invitación para que el libro vuelva a ocupar el lugar del que nunca debió haber salido: el centro de la cultura.

No se trata de seguir tendencias, sino de reconocerse como parte activa de ellas. Así como la moda aprendió a contar historias, la música se transformó en experiencia colectiva y el audiovisual domina la lógica de las franquicias culturales, la literatura puede —y debe— actuar en ese mismo territorio híbrido donde estilo de vida, comportamiento y narrativas se cruzan. Las portadas pueden inspirar estampados, los autores pueden compartir escenario con diseñadores y las historias pueden influir en colecciones. El libro, al fin y al cabo, siempre ha sido materia prima de imaginación.

El patrocinio de Estante Virtual en la SPFW es, por lo tanto, mucho más que una acción de visibilidad: es una afirmación de pertenencia. Es decir, con claridad, que el libro no necesita esperar a que las personas lleguen hasta él: puede, y debe, ir hacia donde ellas están. Y al hacerlo, gana potencia, actualiza su papel en la cultura contemporánea y abre el camino hacia nuevas formas de conexión.

Tal vez la pregunta más interesante, ahora, no sea “¿por qué el libro está en la pasarela?”, sino “¿por qué tardamos tanto en llevarlo allí?”.

André Palme, Head at Estante Virtual.

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