Inkitt quiere ser el Disney del siglo XXI gracias a la IA
La plataforma alemana Inkitt, conocida por su similitud con Wattpad, se ha convertido en uno de los experimentos más ambiciosos en la unión entre literatura, tecnología e inteligencia artificial.
Con más de 33 millones de usuarios y medio millón de autores activos, esta startup busca revolucionar el mundo editorial con una propuesta novedosa al usar algoritmos y grandes modelos de lenguaje, como Claude y ChatGPT para transformar historias amateur en éxitos globales.
Inkitt permite así a los usuarios autopublicar historias, especialmente novelas románticas, que luego son analizadas por sistemas de IA y ciencia de datos. A partir de los patrones de lectura -qué pasajes mantienen la atención del público y cuáles provocan abandono-, la plataforma selecciona las obras más prometedoras.
Estas son posteriormente “afinadas” mediante inteligencia artificial y publicadas en Galatea, una segunda app de lectura que ofrece versiones optimizadas y traducidas automáticamente a diez idiomas gracias a DeepL.
El sistema, según sus creadores, ofrece una tasa de éxito veinte veces mayor que la de las editoriales tradicionales. Inkitt asegura haberse posicionado ya como la undécima editorial del mundo en ventas, superando a gigantes como Penguin Random House. Su modelo se apoya también en la producción de audiolibros con ElevenLabs y portadas generadas por Leonardo AI, en sustitución de Midjourney.
La visión de la compañía es construir un “imperio multimedia” en torno al contenido generado en la plataforma. Además de novelas interactivas y personalizadas, Inkitt planea desarrollar series, videojuegos y contenido audiovisual basado en sus historias más populares, producidas a través de su canal Galatea TV. Así, el objetivo no es competir con Wattpad, sino crear “el Disney del siglo XXI”, una fábrica de entretenimiento que transforme ideas literarias en franquicias transmedia.
Sin embargo, este modelo no está exento de polémica. Según señalaron en Bloomberg, Inkitt ha implementado un sofisticado sistema de monitoreo de lectura capaz de registrar los hábitos y reacciones de los usuarios ante cada capítulo. Con esos datos, la plataforma ajusta tramas y estilos narrativos mediante pruebas ‘A/B’, de modo que distintos grupos de lectores pueden leer versiones diferentes de una misma obra. Finalmente, la versión “más eficiente” reemplaza a las demás.
Los más críticos señalan que este enfoque reduce el papel del autor humano, transformándolo en un engranaje dentro de una “fábrica de libros” dirigida por algoritmos. Asimismo, algunos escritores han denunciado condiciones contractuales desfavorables, recibiendo apenas un 6% de los ingresos generados en la plataforma de pago.
Desde la compañía defienden su visión como una evolución natural del entretenimiento. De hecho, su próximo paso es permitir que los usuarios generen relatos introduciendo sólo puntos clave de la trama, mientras la IA completa el texto y asigna un ‘autor virtual’ como marca de referencia.




