Escuchas alrededor de la fogata
Miércoles 24 y jueves 25 de septiembre 2025, Madrid. Dos funciones de escucha compartida, dos lenguajes (no ficción y ficción) y un mismo ritual: luces bajas, butacas cómodas, caras conocidas y un silencio que, en cuanto suena el primer plano sonoro, se siente físico.
La primera cita fue el Club de Escucha de Podcast Days en Espacio Movistar, con Vivir y morir en Gaza, el nuevo pódcast de Almudena Ariza y Yes we cast, producido por RTVE Play y protagonizado por el médico Raúl Incertis. Allí escuchamos —en una pantalla gigante— un relato que trenza los audios y vídeos que Incertis envió desde hospitales de la Franja.
Un relato conmovedor, shockeante, indescriptible, necesario, tendiente a concientizar respecto del genocidio que está ocurriendo bajo nuestros ojos. La escucha compartida en este caso fue la sesión que inauguró el formato de club de escucha del evento y precisó una geografía clara: pódcast presentado ante público, como si fuera cine, en una sala céntrica de Madrid.
Un día después, el 25/09, Palacio de la Prensa (Sala 1, aforo 550 butacas) acogió la presentación con entradas agotadas de los tres primeros episodios, con Ariza e Incertis en la sala. La estrategia fue inequívocamente cinematográfica: hora, lugar, butaca, y luego lanzamiento en la plataforma esa misma tarde-noche. Vale decir que esta impactante producción de características únicas, con guion de Francisco Izuzquiza y sonido de Alberto Espinosa ya está disponible en RTVE Play y RNE Audio y en todas las plataformas.
Cada oyente sabrá si escuchar el pódcast o verlo en la pantalla, esta combinación ha sido otra de las sorpresas de la escucha presencial. De hecho, al ingresar a las salas, se ofrecieron antifaces para quien prefiriera solo escuchar. Muy pocos los usaron. Casi todos miraron la pantalla, incluso cuando la imagen era mínima, estática o puramente funcional. Mirar ayudó a escuchar: la sincronía de cabezas, respiraciones y pequeñas vibraciones en las butacas construyó comunidad.
Cambiando de registro pero no de estrategia, el jueves 25 se llevó a cabo la previa para prensa de la segunda temporada de Retornados, escrita y dirigida por Julio Rojas y producida por Onda Cero Podcast. El encuentro en las instalaciones de Atresmedia comenzó con un desayuno y diálogo entre los periodistas, el creador y el equipo de la casa —con José María Moix, director de Audio Digital y Nuevos Contenidos en Atresmedia Radio, y el jefe de prensa, Fran Pomares—, y siguió en una sala de exhibición cómoda, pequeña, con confortables butacas orientadas hacia la pantalla, donde el grupo pudo escuchar los tres primeros episodios.
Al finalizar la pantalla tuvo su momento también: el tráiler audiovisual recordó rápidamente cuán cercanos son audio y video en nuestra percepción. Cine, otra vez: primero la escucha, luego el tráiler.
Los primeros episodios de Retornados T2 ya están disponibles en Onda cero podcast y en todas las plataformas, una nueva expansión del mundo narrativo tras los hechos de Mars 3 y un foco filosófico en la tensión humanos–máquinas. El propio Rojas, en un encuentro con periodistas, hiló esa reflexión con la inquietud contemporánea por la IA.
Dos lenguajes, una misma liturgia
Vivir y morir en Gaza no escatima crudeza: el testimonio de un anestesista y la curaduría periodística de Ariza ordenan un archivo desbordante; el formato videopódcast contiene y expande. En su lanzamiento, RTVE subraya la combinación de serie en Play, versión sonora y site de profundización. No es mero “subir el audio a YouTube”: es un diseño transmedia pensado de origen.
Retornados, por su parte, opera con códigos del thriller de ciencia ficción: diseña espacio mental en los oyentes, administra información y silencio, y deja preguntas abiertas: la intriga es parte de la comunidad que se arma en la sala. Onda Cero sitúa la temporada en un arco de 10 episodios y ancla la conversación en el presente tecnológico .
¿Qué nos dicen estas dos funciones?
- El pódcast entra en la sala como “evento”. Programas de escucha compartida, preestrenos y pases de prensa consolidan una ventana pública previa al streaming, a la manera del cine.
- La pantalla no compite: acompaña. En ambos casos, los ojos buscaron un punto de fijación (imagen fija o montaje audiovisual) que ordenó la escucha. Ese foco visual pareció bajar el “ruido social” y permitió micro-coordinaciones: respiraciones, risas, estremecimientos en tiempo real.
- Créditos y roles creativos se hacen visibles. El público reconoce guion y diseño sonoro como autorías, del mismo modo que en el cine se siguen director, montaje o música. En Gaza: Izuzquiza (guion) y Espinosa (sonido) aparecen con nombre y apellido en la comunicación oficial; ese gesto pedagógico vale oro para la industria.
- Monetización e impacto. El “evento” crea noticia (medios lo cubren) y señal social (agotado, aforo completo), multiplica conversación y llamadas a la acción en plataformas el mismo día del estreno. El Palacio de la Prensa aporta la escala y el “aura” del cine.
La fogata y la pantalla
En el coloquio, Julio Rojas recordó —parafraseo— que la humanidad aprendió a escuchar historias alrededor del fuego. Estos dos días, la pantalla fue esa fogata contemporánea: nos sentamos alrededor, miramos ese centro luminoso y, curiosamente, oímos mejor. No claudica el audio ante el vídeo; se apoya en él para instituir una ceremonia.
El viernes 3/10, junto a Emma Mussoll y Tomás Borrini, presentaremos Un disparo, ¿o dos? en un formato que cruza visual y sonoro. Llevaremos al público esta misma pregunta operacional: ¿cómo diseñar videopodcasting sin subordinar el oído a la imagen? ¿Qué rituales —de cine— se quedan y cuáles reinventamos?
Si algo dejaron estas dos funciones es la sensación de que la escucha compartida no es nostalgia radial sino tecnología social. La pantalla, hoy, puede ser fogata; el pódcast, todavía, el relato que nos reúne alrededor.