La inteligencia artificial en el mundo del arte
Una de las grandes tareas de los museos es que la gente se interese por el arte, en general, no sólo que aumenten las visitas, aunque esto nunca está de más.
Algunos museos están haciendo uso de la tecnología sin ningún complejo para lograr que, sobre todo las audiencias más jóvenes, se interesen por el arte.
Hemos visto cómo acercarse al mundo de los llamados millenials ha sido una estrategia común: los selfies, el uso de Snapchat, y otros elementos comunes de la comunicación entre los jóvenes han sido estrategias usadas para atraerles a los museos o incentivar su mirada hacia el arte primero de una manera lúdica y nada académica.
La Tate sigue adelantando pasos y ahora ha querido hacer uso de la inteligencia artificial para seguir incentivando el interés por el arte. Y el modo en que lo ha hecho ha sido mostrando las increíbles y curiosas correlaciones que se encuentran entre el mundo de hoy en día y las colecciones de arte. Todo a través de las imágenes.
A través del proyecto ‘Recognition’, un programa de inteligencia artificial proyecta cerca de 1.000 fotografías diarias, suministradas por Reuters, e intenta igualarlas con 30.000 obras de arte en la base de datos de la Tate, basadas en las similitudes de rostros, objetos, temas y composición.
El resultado es realmente sorprendente. Hay imágenes de hoy que son tan parecidas a obras de hace dos o tres siglos que parecen réplicas. Pero no sólo en el arte figurativo: una bandera ondeando en la Embajada de los Estados Unidos en Costa Rica encuentra su par en una obra abstracta llamada «Chance, Order, Change 12 (Four Colors)», de Kenneth Martin, como señala el artículo del Times.
Este particular juego de pares no hace sino demostrar que el arte tiene su reflejo en la realidad común de todas las personas, o que lo descubre, lo hace visible, pero puede verse cada día en imágenes que nos acompañan todos los días. En definitiva, acercan el arte la gente que aún lo ve como algo ajeno, precisamente el propósito de esta iniciativa.
Y, para los que ya estén interesados en el arte o quieran profundizar más en estas relaciones, pueden entender algo más sobre las cualidades formales del arte, como la composición o la línea. Como ‘Recognition’ tiene un componente interactivo, los visitantes pueden señalar sus propios ‘parecidos’ y aportar su visión artística a partir de imágenes reales, así como sumar el componente subjetivo que no ofrece la inteligencia artificial. Aportaciones humanas que, como hemos señalado en otras ocasiones, hacen más inteligente a la inteligencia artificial.
Si duda, esta tecnología, junto al Big Data, tiene mucho que aportar al mundo del arte.