06 junio 2005

Saltos de alegría (peripecias de una autora novel)

En mayo terminé mi primera novela, “Un hombre de pago” (en adelante UHDP). Dos señoras y un gigoló. Las mujeres, las amigas, los amantes de las amigas y la vida en general.

El proceso creativo ha sido laborioso. A los 1095 días de conocerle dejé a Iván el gigoló en la última barra con la última clienta potencial y me emborraché de alivio.  No era consciente entonces de que iniciaba otro proceso, igual de laborioso: la publicación.

El inicio de esta fase B se encuentra en la decisión de publicar. UHDP podría haber sido un ejercicio privado pero no lo es, al contrario. Me gustaría que desencadenara cientos de conversaciones sobre los hombres y las mujeres y como nos (lo) llevamos.

Empiezo a mover la agenda
Decidida ya, me pregunto ¿a quien conozco que conoce a alguien del ramo? Mi “Outlook” produce en seguida un contacto fresco que me lleva a una editorial mediana y a una editora apasionada y amable. Me invita a un café y le cuento de qué va la cosa. En seguida se interesa por saber cómo se contrata un gigoló. Le digo lo que a todas: que la novela lo explica y que tiene que leerla. Se queda el manuscrito.

Una editora apasionada y amable
En cuanto salgo a la calle empieza el ataque de angustia. Me contengo durante dos semanas pero al final no puedo más y le mando un email. La editora contesta diciendo que los tiempos editoriales son los que son (deduzco que son lentos).

Me cita a los pocos días pero la cita se cancela. Volvemos a quedar y acudo como alma en pena, habiendo dudado de todo lo dudable. Sin embargo, el purgatorio no es tal: el libro le ha gustado, le parece novedoso, fresco y ágil. ¡La primera opinión del sector! Siento unas ganas grandes de dar saltos de alegría. La editora añade que tiene una lista importante de libros para publicar y que entenderá que no quiera esperar dos años y que pruebe suerte en otro sitio.

Salgo de la reunión alegre como unas castañuelas hasta que una amiga me hace notar que en realidad me ha dicho que no. Bueno, en mi mente y en todos los webs consultados el rechazo tiene forma de escueta carta o de silencio absoluto. En comparación, me doy cuenta de que conversaciones cercanas como ésta las puedo aguantar bien.

La primera lección aprendida es que “un editor da una patada y aparecen un montón de escritores noveles. Y éstos cuestan más de vender.”

Llega la agente ¿o no?
Le cuento la peripecia a mi amigo abogado, que también lo es de una agente literaria y nos pone en contacto. La agente responde en seguida a mi email y me comunica que hace dos años que no asume nuevas representaciones. Aún así acepta leer mi libro y orientarme. Se lo agradezco y más desde que la amiga confidente me aporta el dato de que en España se publican 140 novedades al día. Vamos, que el sector no está falto de inputs. Necesito ayuda.

Por otro lado, me doy cuenta de que los tiempos editoriales de los agentes son más lentos que los de las editoriales y mientras espero decido continuar moviendo ficha. Si encuentro una editorial que apueste por UHDP será más fácil convencer a una agente.

El editor supremo
Buceo y rescato antiguos contactos de mi vida anterior como traductora bohemia. Descubro que uno de ellos es hoy, años después, editor supremo. Le mando un email, con la duda de si me recuerda y cómo. Por suerte continua igual de campechano y me responde raudo que le mande el manuscrito. Casi me asusto porque esta batiendo todos los tiempos editoriales.

En una semana me llama. “Esto que has escrito, Arqués (siempre nos llamamos por el apellido) está más que bien. Yo diría que está muy bien”. Y añade que les ha gustado mucho, a él y a su lector de confianza. Me pongo a dar saltos por el despacho, como si estuviera en las camas elásticas.

La segunda lección
El editor supremo añade que UHDP no encaja en ninguna de sus colecciones. Esta es su lección: hay que presentar el manuscrito pensando en una colección en la que encaje. Encontrar la editorial idónea es misión de los agentes.

A falta de respuesta por parte de la mía decido ver por mi cuenta. Primero visito los sitios web de las editoriales. Preparo una lista corta y paso a la investigación a pie de librería. Leo las contraportadas, toco los libros e imagino si UHDP podría ir en esa colección determinada.

Voy al grano
Amigos editores (vosotros sabéis quienes sois): Mi novela encaja en vuestras colecciones. Es ágil y fresca y tiene sexo y sentido común y sentido del humor. Os he enviado los manuscritos. Leedlos con cariño. Escribidme uhdp@manfatta.com y saltaré de alegría. Continuará.

Neus Arqués es autora de “Un hombre de pago”. Vive en Barcelona y en www.manfatta.com

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