Belver Yin
II
Sobrecogernos es un objetivo de la tragedia. Si el destino es la marca irresistible de éstas obras, la condición humana es la masa con la que se hacen, y Jesús Ferrero trabaja con esa patente. En “Belver Yin” el destino marca, arrastra a los protagonistas, dos hermanos gemelos y sietemesinos, Yin, él, y Yan, ella, que han nacido para amarse. El Yin y el Yan, el principio femenino del Tao y el fundamento masculino del cielo, lo masculino y lo femenino están cambiados en ellos dos para que inexorablemente la ambigüedad haga que se necesiten, se busquen, y se unan. La novela es la expresión del antagonismo y la unión entre ambos principios, es también la expresión de la búsqueda y el punto de partida. Duplicidad y unicidad. Yin, él, el principio femenino del Tao, resultará un personaje imprescindible -de ahí el título- inspirando, sugiriendo, informando a Yan, ella, el fundamento masculino del cielo, para que tome la iniciativa y lleve a cabo las acciones pertinentes y los cambios. La novela es circular, recupera la teoría del eterno retorno –siempre volvemos al mismo punto de partida, pero nunca en la misma circunstancia- simbolizando la vuelta al principio de la vida, termina prácticamente con “La Balada de Dragon Lady”, canción con la que había empezado el texto. Las relaciones entre los hermanos, de caracteres en contraposición con sus nombres, se exponen formando parte de la naturaleza, de la misma manera que las relaciones entre los restantes personajes, mostrándolos cómo son no en la superficie, si no en lo profundo de su ser. “Belver Yin” trata la heterosexualidad, la bisexualidad y la homosexualidad como formas de relación humana. La consideración de moral o inmoral no pertenece a la naturaleza, la naturaleza no discute sobre moralidad, no son relaciones morales ni inmorales, pertenecen al terreno de lo místico y lo mítico, concepciones inmovilistas que instituyen, graban y persiguen. No me resisto a destacar en “Belver Yin” un aspecto poco o nada comentado y que siempre me ha llamado la atención: el trabajo de Jesús Ferrero, su autor, con los números. Los pitagóricos, los judíos en la Cábala, los cristianos…, han hecho de los números símbolos, y, aprovechados para la expresión del lenguaje literario, lenguaje simbólico, llegan como un recurso más a la novela de una manera discreta, como han llegado los colores por ejemplo, incitando a una lectura oculta, remarcando caracteres, asociando espacios y funciones, de modo que el lector medio, que no tiene por qué advertir el carácter estratégico de estos elementos, lee y lleva a su subconsciente una interpretación simbólica del texto; así por ejemplo en “Belver Yin” encontramos el 2, remarcado por los 2 hermanos y su carácter ambiguo, va a estar asociado al amor y a la hermandad, el 4, múltiplo de 2, va a asociarse a los nacionales chinos, el 3 estará asociado a los extranjeros, a la bisexualidad, hay triángulos amorosos, y a la muerte, el 5 se relacionará con los extranjeros, el 6, también múltiplo de 2, se asocia a la ambigüedad, el 7 tendrá que ver con los chinos que se relacionan con extranjeros, por ejemplo los dos hermanos, obsérvese el número último de los años que se mencionan, 1934, 1935, las circunstancias que señalan, los elementos que forman parte de la escena, podríamos continuar presentando más números y asociándolos a situaciones, líneas narrativas, actitudes, podríamos leer la novela desde ellos. El descubrimiento de éste tipo de construcción interna es siempre una sorpresa, pues se puede observar como los diferentes elementos que forman parte de nuestra cultura pueden ser utilizados para acentuar el sentido del texto; izquierda y derecha también sirven a éste propósito, cuando se menciona el lado izquierdo éste tiene que ver con los extranjeros y con Goel, hijo de Yan y de su marido inglés, y la derecha quedará sólo para los nativos, tanto uno como otro se asocian con los números correspondientes en cada escena. Por último los hermanos, en su huida, suben a un barco extranjero, el “Britania”, que sale a las 3 de la tarde. Este par de datos son dos presagios, el barco es extranjero y el número es el 3, elementos -extranjeros y 3- asociados a la muerte, pero lo que podemos imaginar que les espera queda fuera de la novela. “Belver Yin” es un alegato a favor de la búsqueda y la defensa del “yo” como diferencia e identidad, expresiones del espíritu humano.
En su día “Belver Yin” fue un libro perturbador, hoy, después de tantos años se edita en los sellos más importantes. En 1982 agrandó de forma insospechada las dimensiones de la literatura española, acabó con esquemas puritanos provenientes de una sociedad cerrada a la libertad y empobrecida mentalmente, aprovechó las enseñanzas tan novedosas que los escritores anteriores aportaban, y nos habló, en una situación de crisis, de la necesaria búsqueda a la que estábamos abocados. Después de tantos años sigue conquistando lectores, conmocionando. Una novela clásica y contemporánea.
Ramón Pedregal Casanova (Valverde de Jucar (Cuenca) 1951) estudió en la Universidad Complutense de Madrid Ciencias Políticas y en la Escuela de Letras. Asesor literario de la Editorial Lengua de Trapo. Dirige una Escuela de Literatura (Biblioteca Municipal. Las Rozas. Madrid) y es profesor de novela contemporánea española y de relato breve en la Escuela de Letras. Tiene publicaciones literarias, reportajes, entrevistas, crítica, ensayo, en revistas y diarios como Revista Delibros, Añil (revista de cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), Cuadernos del Matemático, El Cenital, Lateral, Platea, Diario Ya, Diario Lanza (Ciudad Real), La Nueva España (Asturias).