26 julio 2006

Con tinta sangre

Como casi todo en la vida, la literatura evoluciona, al tiempo que los gustos y preferencias del lector. Así nos encontramos con la cada día más frecuente figura del microrrelato,  de escasa difusión hace unos años y que, en la mayor parte de los casos, debía conformarse con dormir en el fondo de los cajones de sus autores sin poder ver la luz, oscurecido y dominado por su hermana mayor, la novela,  o por la, aparentemente más culta, poesía, lo que perdona su brevedad. Afortunadamente, las cosas están cambiando, y algunas editoriales independientes están apostando por este tipo de género ante la demanda de los lectores. También lo están haciendo algunos medios digitales,  como nuestra Revista Cultural Dosdoce y su recién inaugurada sección de Relatos breves.                                                                                                                            

Y es que de no ser así nos estaríamos perdiendo el estupendo Con tinta sangre, del escritor chileno Juan Armando Epple. Dividido en cuatro bloques, Las armas y las letras, Los dominios perdidos, Acta est fabula  y De la literatura y otros males, este conjunto de sesenta y nueve microrrelatos  nos va situando en infinidad de escenarios y tratando múltiples temas,  haciéndonos llegar a la conclusión de que todo está relacionado, por muy dispar y lejano que parezca. Desde una profunda defensa de la literatura y todo lo que la rodea, Epple  nos permite viajar en las naves de los conquistadores de las tierras americanas,  analizar y sentir una situación familiar de malos tratos,  vivir la soledad del emigrante,  descubrir un futuro que borre tus frustraciones pasadas, discutir la poesía,  justificar el pasado desde el presente y el presente desde el pasado, y tantas otras cosas,  reflejadas en cortísimos relatos, algunos tan cortos como pensamientos, con un elegante lenguaje, sencillo y evocador, dotado de un finísimo sentido del humor.

Juan Armando Epple, en la actualidad profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Oregón, Estados Unidos,  nos ofrece en sus relatos -gran parte de ellos dedicados-  lecciones de Historia y de vida, en un libro tan bien escrito como recomendable.   

 

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