24 septiembre 2007

Amistades peligrosas

Basada en Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos, y en Cuarteto, de Heiner Müller, Barroco irrumpe con fuerza en la temporada madrileña de teatro por su enorme originalidad y el buen hacer de sus protagonistas.
Un reparto de primeras figuras (Blanca Portillo, Asier Etxeandía y Chema León) dan vida a esta obra teatral, producida por el Centro Cultural de la Villa de Madrid, y escrita por Darko Lukic y Tomaz.

Su acción se desarrolla en la Francia de la Revolución, pero la curiosa mezcla del vestuario de la época con una ingeniosa y eficaz escenografía basada en muros móviles de hormigón, unido a los afilados y cercanos diálogos, provocan la constante desubicación temporal del espectador, lo que le obliga a integrarse permanentemente en la obra y a sacar sus propias conclusiones.
El estupendo trabajo de los actores se pone de manifiesto en un salvaje pero sensual duelo interpretativo entre dos personajes que son capaces de amarse y odiarse al mismo tiempo, sin términos medios, llenos de fisuras pero dispuestos a morir antes que reconocerlas: el Vizconde de Valmont (Asier Etxeandia), un hombre sin ilusiones cuyo poder de seducción lo ha convertido en un ser despiadado con las mujeres, y la Marquesa de Merteuil (la polifacética y siempre genial Blanca Portillo), alguien que no se resigna a envejecer, obsesionada por el amor y la venganza y que nunca mostrará sus verdaderos sentimientos (“Aprendí a sonreír mientras por debajo de la mesa me clavaba un tenedor hasta no poder soportarlo”). Completa el reparto El Navegante (Chema León), un narrador que va situando la acción e introduciendo al espectador en las diferentes escenas.
La banda sonora de la representación ilustra (sobre todo en los solos del trío solista, siempre jugando en la tonalidad de sol menor) esa reiteración, inevitable para los personajes, de sensaciones y conversaciones, de éxitos y fracasos.
La coreografía de Nacho Duato que realizan los propios actores es un valor más para reconocer y apreciar lo distinta que es esta obra de muchas otras.
Texto: Ignacio Saldaña

2 Responses

  1. Barroco… sublime interpretación la de los actores,en un escenario vacío que se llena de emoción con cada gesto, mirada, palabra. Espectacular coreografía que eleva los diálogos a una tensión continua, que se esparce por la sala desde el momento en que el barco zarpa y hasta su suicidio en el mar caótico de las emociones rotas.
    Vi Barroco sentada a apenas 3 metros del escenario, sufrí con los actores con cada desgarro de garganta, como si me hubiera alojado dentro de sus cuerpos y los gritos me desgarraran también a mí por dentro.

Leave a Reply