18 marzo 2009

Una cuestión de honor

En los tiempos de las guerras napoleónicas, dos oficiales franceses, Feraud y D´Hubert, se baten en duelo sin que haya una razón clara para ello.

A partir de ese momento, surgirá entre ellos una extraña y encarnizada rivalidad que les llevará a enfrentarse en numerosas ocasiones durante más de quince años.

Joseph Conrad escribió la novela corta Una cuestión de honor, una historia militar en 1907. Un año después cambió su título por el de El Duelo, incluyéndola en la colección Seis relatos editada en Inglaterra. La edición norteamericana de 1908, que es la que esta edición utiliza como referencia, mantuvo sin embargo el título y otros aspectos del original. El tema de la obra no es otro que el de la estupidez humana: cómo, a partir de una situación sin mayor importancia, los hombres somos capaces, sea por inercia, por cobardía o por pensar que no cabía otra opción, de llegar hasta la locura más extrema, y, sobre todo, cómo podemos ser capaces de prolongar dicha locura en el tiempo. Esta novela, admirada por autores como Kafka, Beckett o Philip Roth, anuncia de un modo magistral – y muy divertido – uno de los grandes temas de la literatura moderna y contemporánea: el absurdo y la monotonía como elementos esenciales de la condición humana.

 

Joseph Conrad
(1857-1924), escritor en lengua inglesa de origen polaco, es reconocido por escritores como Hemingway, D.H. Lawrence, Graham Greene, Paul Auster o Coetzee como el gran maestro de la prosa inglesa moderna. Su obra – llevada al cine por directores como Víctor Fleming, Hitchcock, Coppola o Ridley Scott – ejerce una influencia profunda y perdurable en la literatura y en la cultura moderna y contemporánea. Sus libros se nutren principalmente de sus experiencias marineras de juventud, pero más allá del elemento exótico y de las peripecias y aventuras que atesoran, nos dan una imagen profunda de la existencia humana en continua lucha consigo misma y contra las fuerzas insondables de la naturaleza.

 

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