01 julio 2009

Compra de recomendaciones en la web social

Parece que la editorial científica Elsevier podría estar ofreciendo bonos de regalo para todos aquellos que recomienden y den una puntuación de cinco estrellas en la valoración y comentarios a sus libros en la web social. Esto hace replantearse a partir de ahora una de las cuestiones clave en la compra online: ¿cuánto se puede confiar en los comentarios de los usuarios?
Amazon y otras plataformas han reconocido desde hace mucho tiempo la importancia de los comentarios de sus clientes, tanto como para volver a promocionar determinados títulos según las buenas puntuaciones de sus lectores. También es cierto que en ocasiones muchos de los comentarios publicados se hacen desde las mismas editoriales o por los amigos del autor. A veces se bonifica a empleados de la misma empresa para poner una buena puntuación a determinados productos.
Este tipo de acciones sospechosas ya se venían practicando en sitios web de viajes, hoteles, etc. Se han detectado fórmulas parecidas, frases iguales, usuarios nuevos dando muchas valoraciones de repente, etc.; pequeños indicios de estas prácticas fraudulentas, aunque algunos se defienden afirmando que el fomento interesado de comentarios no implica ilegalidad alguna, incluso si se compensa de algún modo a las personas por ocupar en ello su tiempo.
Por su parte, la editorial Elsevier se ha apresurado decir que desconocía estas tácticas de sus empleados de marketing, y hace hincapié en que todo ha sido un error y que en ningún caso paga por comentarios positivos.
¿Picaresca o trampa?

5 Responses

  1. Más allá de la picaresca el bono de uso (no es exactamente dinero), a cambio de comentarios, reseñas, críticas de libros es algo que encaja en una «economía de la participación» como la que se está configurando en la web social. De hecho es algo muy común porque los críticos reciben de manera usual libros de las editoriales. A mí no me importaría en absoluto escribir sobre algún libro que hubiera leído si recibo a cambio algún libro que me guste, o facilidad de acceso a su contenido.

  2. Creo firmemente en el valor de las recomendaciones por parte de los lectores, y simplemente es cuestión de «descontar» 4 ó 5 que probablemente sean «inducidas» y quedarse con el resto. Vaya, que si un libro ha conseguido tener 20, 30, 40 o más valoraciones (con lo que nos cuesta a los no-anglosajones tener una actidud activa en estas cosas), es que el libro tiene algo (bueno o malo) y vale la pena informarse sobre el mismo.

  3. Lógicamente, es un instrumento de marketing escaso de ética, porque si entramos en esa dinámica, como siempre los grandes ganadores de la Web 2.0 (y sobre todo de la 3.0, la que viene, la verdadera revolución en marcha) serán los grandes grupos editoriales, con un poderío económico y un conglomerado de medios «afines» que desvirtuarán la primigenia democracia en el seno de la que se gestó la web social, posibilitando que las abismales diferencias entre poderosos y ricos versus talentosos y pobres se desdibujen gracias a las nuevas herramientas que brinda internet.
    Concluyendo, si se impone y extiende el «Modelo Elsevier», cotejar las opiniones de otros consumidores, usuarios o lectores carecerá de sentido, porque serán opiniones manipuladas y tendenciosas que carecerán de objetividad.
    Luchemos contra la prostitución, en todas sus formas.
    Julián Chappa

  4. La cuestión de fondo en esto es la crítica de libros, prácticamente difunta. ¿Habrá comentaristas que destaquen y tengan seguidores de sus recomendaciones? Pues seguro que las revistas y sindicatos de contenidos le ofrecerán unirse a ellos y que las editoriales encontrarán la manera de retribuirles, o pensemos en una librería que añade a sus servicios a estos nuevos críticos, si es que no lo es el propio librero.

  5. Yo estoy con Llorenç, hay que descontar las inducidas. Yo mismo, hablando de libros, de cada 10 recomendaciones, 8 eran las que me interesaban. Y no lo hacía por «maldad», solo por compromiso con mi empleador y por… ¿supervivencia?. Y no me imagino a un trabajador de El Pais recomendando El Publico.
    Es un problema de masa crítica. Cuando 500 opinan ya es más difícil inducir o manipular esa opinión. El problema que tenemos en España es la poca predispoción de la gente a participar de internet, las redes, el networking, etc…
    Malas praxis las ha habido, las hay y las habrá. Sepamos manejarlas.
    Tampoco hay que rasgarse las vestiduras.

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