Narrativa transmedia
A principios de noviembre asistí a una interesantísima conferencia de tres días de duración en San Francisco sobre la evolución y el potencial de la narrativa transmedia.
Como escritor que vive en el siglo XXI tengo una enorme curiosidad por conocer en detalle qué tipo de oportunidades me ofrece la narrativa transmedia en el proceso de creación de una obra: ¿Qué lenguajes tengo a mi disposición para contar una historia? ¿Qué papel tienen las diferentes plataformas a la hora de crear una historia? ¿Cuál es el proceso de producción? ¿Qué papel tiene un editor en todo este proceso? ¿Cómo se comercializa una obra transmedia? ¿Cómo se rentabiliza el esfuerzo económico? ¿Cómo se divulga una obra de estas características?
Desde hace ya varios meses estoy leyendo todo tipo de artículos, blogs, estudios y libros sobre este concepto. Aunque en este momento en el sector editorial hay más preguntas que respuestas sobre este tema, la asistencia a la mencionada conferencia me ayudó a ordenar mis ideas y ver con mayor claridad las oportunidades de creación y negocio que ofrece el mundo transmedia.
A lo largo de las próximas semanas escribiré más artículos sobre este tema, pero no quería dejar pasar más tiempo sin compartir con los lectores de Dosdoce.com diez ideas clave para entender mejor este nuevo mundo.
1. Definición de transmedia adaptada al mundo del libro
A lo largo de las sesiones de la mencionada conferencia se compartieron varias definiciones sobre qué es transmedia y sus implicaciones en el mundo de la televisión, el cine, los videojuegos, la prensa y los libros. Aunque no hay una definición común -no deja de ser un movimiento muy reciente-, podemos decir que transmedia es una historia contada de distintas maneras en diferentes plataformas y que cuenta con la participación de los lectores. Transmedia no es enriquecer la versión digital de un libro con enlaces, videos o podcasts, ni tampoco es la mera adaptación de una obra a una película.
Una historia transmedia se expande a través de las diferentes plataformas incorporando nuevos contenidos, personajes y tramas. Cada formato permite al autor contar su historia, pero de una forma distinta. No se trata de añadir extras dado que cada medio forma parte de la historia aportando una experiencia de lectura diferente. Los lectores hacen suya la historia y la transforman en múltiples obras derivadas.
2. No todos los autores deben ser transmedia
Una cosa que tengo muy clara es que no todos los autores del siglo XXI tienen que convertirse en escritores transmedia. Sin lugar a dudas habrá muchos escritores que se lanzarán a investigar este nuevo mundo de creación y oportunidades, mientras que otros preferirán seguir contando historias con el lenguaje y formato de toda la vida. Ni mejor ni peor, tan solo una decisión personal.
3. Creciente demanda de historias transmedia
La rápida implantación en España de todo tipo de dispositivos inteligentes, como tabletas, móviles táctiles, netbooks, etc. (el pasado año se vendieron más de 20 millones de estos «cacharros» en nuestro país) está transformando los hábitos de acceso a la cultura, la información y el ocio de muchas personas.
Estos nuevos dispositivos inteligentes parece que están hechos a medida para consumir narrativas transmedia. A medida que un mayor número de personas utilice estos dispositivos para consumir contenidos digitales crecerá la demanda de historias transmedia. En otras palabras: a mayor oferta de «cacharros», mayor demanda de contenidos transmedia.
4. Trabajo en equipo (autor, productor, editor, etc.)
Sin lugar a dudas, la narrativa transmedia exige trabajar en equipo. El autor ya no trabaja en solitario en su obra, que entrega al agente o editor para su revisión final. La creación transmedia exige una creación compartida entre el autor, equipo de producción, plataformas multimedia, abogados, etc. Esta realidad va a obligar a las editoriales a redefinir varios procesos de gestión y planificación puesto que se añaden nuevas fases en la cadena de creación, producción, distribución, comercialización y promoción.
Fue muy interesante ver en la conferencia cómo varias editoriales están apoyando a sus autores en los procesos de creación de sus obras transmedia con asesoramiento sobre procesos de producción multimedia, formación sobre diferentes oportunidades, coordinación de proyecto, información sobre temas legales, etc.
5. Innovación a través de la experimentación
Este fue, sin duda, el lema de la conferencia. Pese al grado de incertidumbre existente sobre la rentabilidad de los primeros proyectos transmedia, daba gusto escuchar a los gestores culturales presentes en este evento. Ningún ponente tenía un esquema claro sobre cómo monetizar al 100% los proyectos transmedia que están desarrollando. Pero esta incógnita no hacía que olvidaran que parte de sus responsabilidades son evaluar los riesgos y las oportunidades que ofrece el mercado e innovar.
No debemos olvidar que se pueden hacer proyectos transmedia en el mundo del libro sin incurrir en grandes costes de producción.
6. Nuevos modelos de negocio
Otra de las cosas que más me fascinaron es la capacidad de emprendimiento de los gestores culturales asistentes a la conferencia. Vimos todo tipo de modelos de negocio, algunos más sólidos que otros, pero todos ellos tenían un denominador común: relación directa con el usuario.
Nos adentramos en un nuevo escenario de actuación donde la relación entre las empresas y sus usuarios (B2C) tendrá un mayor peso que el actual modelo de intermediación «empresa a empresa» (B2B). Ante este nuevo escenario competitivo, el sector editorial tendrá que redefinir su estrategia de producción y venta de libros a través de la Red.
7. Aportaciones y contenidos generados por los usuarios
Como consecuencia del apartado anterior, las editoriales que logren integrar las aportaciones de los usuarios con los contenidos elaborados por sus autores obtendrán una amplia ventaja competitiva. La participación activa de los usuarios a través de la aportación de contenidos se convertirá en una de las piezas más cotizadas en el mundo transmedia.
8. Impacto en los derechos de autor
Crear historias transmedia exige tener la mentalidad de trabajo en equipo que mencionábamos anteriormente y entender que estas obras se convierten en creaciones compartidas entre los autores y sus lectores. En este contexto, los editores van a tener que ser muy creativos a la hora de diseñar nuevas formas de contraprestación por la cesión de los derechos de autor, así como premiar las aportaciones de los usuarios.
9. Cambio de chip
Otra de las principales conclusiones que se desprendieron de la conferencia es que el reto más importante que tienen que asumir las industrias culturales es el cambio de «chip» de sus equipos. Los editores deben aprender nuevos conocimientos y habilidades, desde producir contenidos multimedia o asumir una mayor vocación de oferta de servicios a sus autores hasta gestionar adecuadamente la comunidad de lectores alrededor de los contenidos digitales.
10. La cultura compite contra una inmensa oferta de ocio
En la economía de la limitada atención en la que vivimos, los autores y editores deben entender que la lectura de un libro compite contra una inmensidad de contenidos gratuitos (en abierto y libres de derechos) y millones de opciones de entretenimiento en Internet. Si queremos que los libros tengan un papel relevante en la sociedad digital debemos ofrecer una mejor experiencia de descubrimiento, compra y lectura en Internet, competir con precios más competitivos en línea con las otras ofertas de ocio, así como ofrecer la posibilidad de compartir la experiencia de lectura -que no es lo mismo que compartir el producto en sí mismo- con otras personas con las mismas afinidades culturales.
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