12 febrero 2015

De la edición intuitiva a la edición analítica

La intuición al poder

Las grandes obras humanas que tratan de transformar la sociedad siempre arrancan con un gran momento de intuición. Una obra de arte, una empresa, un movimiento social o político… Todos han surgido de ese big-bang común, esa idea perspicaz que alguien tuvo una noche de desvelo, que es el origen de lo que vino después.

No hay nada más reconfortante que seguir detectando el hilo del que tirar para pasar de la intuición a la idea, y de ahí al proyecto. Del proyecto al producto y finalmente al lanzamiento. Los eslabones necesarios de la cadena de valor de la creatividad.

La innovación sigue ese mismo esquema. Que nadie se engañe tratando de colocar la tecnología por delante de la intuición o el conocimiento que podemos tener sobre una determinada materia por encima de la intuición. El proceso es uno y sigue el esquema que ya he mencionado antes, sin admitir saltos ni alteraciones en el orden.

Por eso llama la atención que determinadas industrias sigan ancladas en el momento de la intuición, fiándolo todo a ese arranque de brillantez que debería dar paso a los eslabones que requieren bajar la pelota al suelo e investigar, analizar, comparar y comprobar, antes de actuar. Tal es el caso de algunas empresas de la industria editorial. Afortunadamente, poco a poco los grandes grupos editoriales y algunas medianas empresas están entendiendo la necesidad de apoyar la intuición con las herramientas de conocimiento y control que hoy día la tecnología pone a su alcance.

La tecnología: el cambio de paradigma

Herramientas como el informe BookScan de la empresa Nielsen, que ofrece al editor el conocimiento de lo que está ocurriendo en el mercado: los libros más vendidos, las ventas por canal, etc. Sin duda, una gran ayuda para determinar por ejemplo los adelantos que las editoriales pagarán a los autores en función de las ventas históricas o para analizar determinadas tendencias de temas, géneros y autores.

Otras herramientas como las plataformas de lectura online (GoodReads, Quelibroleo.com,  etc.) recogen la opinión de los lectores de forma directa. Es una buena fuente para analizar qué quieren leer y por qué les interesa un determinado libro o autor, etc. También suelen ser fuente de inspiración para encontrar nuevos enfoques sobre los que encargar un libro a un determinado prescriptor.

Algunas editoriales van un paso más allá con la creación de herramientas para recabar la opinión de los lectores “antes” de publicar un libro o inmediatamente antes de distribuirlo para que los lectores les faciliten su opinión y poder tomar decisiones que mejoren la obra. Tal es el caso de Amazon con Amazon Vine o Kindle con el Kindle Scout. Otros prefieren confiar esta labor de prospección a plataformas externas como NetGalley, que trabaja para las más prestigiosas editoriales norteamericanas, enviando los manuscritos que se publicarán al cabo de seis meses o un año a su red de blogueros para que vayan anticipando sus opiniones en las redes sociales. Una iniciativa muy interesante en cuanto a la campaña de marketing previa al lanzamiento del libro se refiere, pero que no está exenta de riesgos, como las críticas negativas de los blogueros. Un riesgo que no parece importar demasiado al otro lado del Atlántico.

 

Small data, high-quality

En Manuscritics hemos analizado detenidamente todos estos servicios facilitados por la tecnología antes de lanzar nuestra propuesta. Y pensamos que la transición entre la intuición y el análisis debe ir acompañada por la analítica de lectura que generan los propios lectores. Y esto es justamente lo que ofrecemos a los editores. Junto con las opiniones y valoraciones de nuestros lectores expertos, la plataforma cuenta con una potente herramienta de análisis de toda la data generada por los 100 lectores que leen cada manuscrito: desde dónde leen, a qué hora leen, sobre qué dispositivos, cuál es la tasa de abandono del libro, en qué página abandonan la lectura, qué notas hay asociadas a esta zona de abandono de la lectura, etc. Una batería de información para ayudar al editor a tomar «decisiones informadas».

La intuición es el origen, la información debe ser el sustento de las decisiones.

Pepe Verdes

CEO y Socio fundador de Manuscritics

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