07 marzo 2015

Innovación en bibliotecas

La biblioteca es una institución que ha estado presente desde el principio de la historia de la humanidad y ha permanecido casi invariable hasta hace unas décadas, cuando el impacto de innovaciones, principalmente tecnológicas, ha supuesto un cambio sustancial en su funcionamiento y en la forma de relacionarse con sus usuarios.

Conocer diferentes innovaciones y su aplicación al ámbito bibliotecario es fundamental para que el profesional de la información continúe prestando un servicio de calidad a la sociedad, a la vez que pueden servir de ejemplo para crear nuestra propia innovación.

Innovación en bibliotecas nos muestra qué es la innovación a través de ejemplos del ámbito de las bibliotecas y nos proporciona las herramientas básicas para aplicarla en nuestros centros.

Destacamos a continuación algunos fragmentos del libro:

“La biblioteca ha sido hasta ahora una institución que, por el valor que ha aportado a la sociedad, ha permanecido casi invariable desde sus orígenes, llegando a convertirse en una institución clave en las sociedades democráticas”.

“Desde hace solo unas décadas, y especialmente en los últimos años, estamos asistiendo a cambios sustanciales motivados por los avances tecnológicos, que están haciendo evolucionar el concepto tradicional de biblioteca. Innovaciones como la aparición de Internet y su aplicación en teléfonos inteligentes y tabletas han impactado en la forma de funcionar de la clásica institución”.

“Para llevar a cabo la innovación en la biblioteca hay que saber reconocer las cualidades del bibliotecario innovador y cómo fomentar una cultura de la innovación desde la dirección o la organización, estableciendo un plan estratégico para ello”.

“Esperamos que se den cuenta, como así creemos nosotros, de que para ofrecer un servicio de calidad a nuestros usuarios no solo debemos conocer y utilizar las innovaciones que ya existen, sino que la única forma de que esta institución perdure y pueda aportar valor será precisamente a través de la innovación”.

“En el ámbito empresarial se suele considerar que para que una idea o una práctica sea considerada innovadora esta debe tener una consecuencia económica, bien porque reducimos los costes de producción, bien porque vamos a vender más y por ello a obtener más beneficios. En el caso de organizaciones como una biblioteca, una institución pública o una entidad sin ánimo de lucro, además de la visión económica, que se aplicaría en el ahorro de costes, hay que tener en cuenta el beneficio social que produce dicha innovación; esto es, la rentabilidad social en lugar de (o además de) la económica”.

“No hay que innovar por innovar como un fin, sino que lo haremos como un medio para conseguir mejores resultados”.

“En muchos casos puede que no se trate de llevar a cabo grandes cambios “revolucionarios”, sino que baste con realizar pequeñas mejoras en nuestros procesos”.

“Precisamente cuando queremos que nuestras bibliotecas sean lugares de debate, encuentro y actividad, resulta que prohibimos hablar. Y cuando queremos hacer de la tecnología no un enemigo sino un aliado para que la información y el conocimiento sean más accesibles, prohibimos el uso del teléfono”.

“En menos de 20 años –y particularmente en la última década- hemos pasado de una biblioteca tradicional con su catálogo expuesto en pequeños cajoncitos con fichas de cartulina, a la posibilidad de conectarnos desde nuestra tableta a una biblioteca, buscar un libro y comenzar a leerlo online con la posibilidad de mantener un diálogo con otros lectores sobre ese mismo libro en tiempo real o no, con información que se encuentra en la nube”.

“La innovación en el propio producto puede influir a su vez en el tipo de servicio que prestamos, en la forma en la que lo hacemos llegar al usuario, en cómo nos relacionamos con él e incluso en el proceso interno que tenemos que poner en marcha”.

“En el estudio llevado a cabo por Fesabid (Merlo-Vega, et al, 2011) sobre la opinión de los profesionales de si en lugar de trabajo se fomenta la innovación, en una escala de 0 a 4 la media se sitúa en un 2,1, lo que nos muestra que la implantación de una cultura innovadora dentro de las organizaciones relacionadas con la información aún es un asunto pendiente”.

“La dirección de la biblioteca tiene que definir el modelo de innovación, la estrategia y permitir la cultura necesaria para que esta se desarrolle. La gestión de la innovación es una función más junto a otras como la presupuestaria, la gestión de los bibliotecarios o el seguimiento de la calidad”.

Maribel Riaza ha desarrollado su carrera profesional como directora de una red de bibliotecas y ha participado en el proceso y la cultura de innovación de una gran empresa. En la actualidad forma parte de un grupo editorial español.

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