19 diciembre 2012

No me sigas en Internet

Hecha la ley hecha la trampa. Así es como funciona hoy en día la política de privacidad de datos de muchas iniciativas empresariales. Y más si hablamos de la red, que a medida que pasan los años (o días) cada vez tiene más cantidad de datos personales de sus usuarios. Y no sólo hablamos de redes sociales.

Al principio, recién estrenados los métodos de pago online, a cualquiera le daba reparo poner su número de tarjeta de crédito o del número de cuenta. ¿Y ahora? Hoy ya forma parte como quien dice de nuestro día a día. Hacer la compra para casa, un regalo, una puja, un mueble-ganga que necesitas, un libro…Casi con total seguridad podemos afirmar que las personas que ahora mismo están leyendo esto han comprado parte de los productos mencionados (o todos).

Efectivamente, como describe Josh Stearns, un periodista experto en estos asuntos, la cantidad de datos personales en la nube son escalofriantes. Al parecer los datos son lo que actualmente se considera el “nuevo petróleo” pues empresas como Amazon, Google o Facebook están supuestamente recogiendo enormes cantidades de datos sobre nosotros todos los días.

Por poner sólo un par de ejemplos, la mayoría de las plataformas de comercio electrónico rastrean las compras y hacen predicciones detalladas acerca de nuestros hábitos actuales y futuros acontecimientos de nuestra vida. Incluso muchas plataformas y redes sociales digitales comparten estos datos con empresas anunciantes y agencias gubernamentales.

Es por ello que abogamos que las escuelas, bibliotecas y centros cívicos entre otros, asuman una mayor alfabetización digital entre los usuarios de las redes sociales y plataformas de comercio electrónico. Esto no es simplemente saber cómo usar un buscador de forma segura o cómo ajustar la configuración de privacidad de Facebook. Se trata fundamentalmente de conocer en detalle cómo funcionan estas empresas así como sus modelos de negocio, que básicamente se nutren de agregar datos personales para revenderlos con fines comerciales.

Si la información es el elemento vital de la democracia, tenemos que asegurarnos de que los ciudadanos comprendan cómo fomentar hábitos de consumo de contenidos digitales más saludables. Y si los datos son el nuevo petróleo, los ciudadanos necesitan los conocimientos y las herramientas para proteger sus derechos en la nube.

Podemos, y debemos, aceptar que la forma de acceder a la información y cómo nos relacionamos ha cambiado debido a la irrupción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas. Esto no significa que debamos ceder todos nuestros derechos como ciudadanos y consumidores a los intereses comerciales de las empresas privadas que los promueven.

28 Responses

  1. Con el tema Facebook, mucha de la culpa la tienen los propios usuarios: si eres tan idiota como para dejar tu perfil abierto, decir que no vas a trabajar porque estás enfermo, y luego ponerte a escribir estados en plan «¡mi jefe se ha creído que estoy malo pero lo que estoy es de fiesta!» pues a lo mejor la culpa va a ser tuya y no de Facebook.

Leave a Reply