Exilio cultural

Julián Pacheco (1937-2000) fue un pintor que, como tantos otros, vivió exiliado de España durante la dictadura franquista, y de su obra hay un desconocimiento generalizado. Los valores implícitos en la obra de Julián Pacheco fueron reconocidos en Francia e Italia, donde ocupó el interés de los críticos durante su estancia en estos países. Nacido en Cuenca, Pacheco se traslada a Barcelona a los 23 años, donde se interesó por el trabajo del grupo Dau al Set, El Paso, o pintores como Tàpies, Fautrier, Max Ernst, Hartung y Eugène Kurakin. Pacheco encontró lo que buscaba al contemplar los muros del barrio donde tenía su estudio, calles oscuras, casas viejas y húmedas situadas detrás del puerto donde la gente escribía sus mensajes. Este es el principio de los muros de Pacheco. Su pronunciamiento contra la censura le obligó a trasladarse a Francia.
El Patronato Martínez Guerricabeitia de la Fundación General de la Universidad de Valencia acaba de inaugurar un magnífica exposición sobre este pintor en la Sala Martínez Guerricabeitia de La Nave. La principal protagonista de estas obras será la figura de Franco transformado en ave rapaz. Desde 1967, Pacheco inicia un periodo de sátira sobre el franquismo llegando incluso al sarcasmo. A esta época corresponden obras como El guardián de Madrid, Ejecución de Puig Antich, El padrino de la casa real o los 24 Retratos en negativo de personajes negativos. La temática de esta etapa figurativa se hace extensiva al racismo sudafricano, las hambrunas tercermundistas, la tortura o el colonialismo.
Toda exposición en sí misma sirve para aprender a través de la divulgación del arte, pero las organizadas por el Patronato Martínez Guerricabeitia tienen un valor añadido puesto que se acompañan siempre de un taller didáctico, dirigido a jóvenes y niños, donde se desarrollan algunos de los valores transmitidos a través de la obra plástica expuesta en cada ocasión. En el creado para Julián Pacheco y el exilio cultural los chavales podrán trabajar sobre unos graffitis virtuales que diseñarán ellos mismos, ya que los muros fueron uno de los motivos más representativos y definitorios de la obra de Pacheco.
Foto: Retrato en negativo de Fraga Iribarne (1975) Acrílico sobre lienzo.