16 julio 2007

Twitter en entidades culturales

Twitter es una de las últimas herramientas de comunicación social que ha revolucionado la denominada Internet de segunda generación. Su creador, Evan Williams, fundador de una de las más importantes plataformas de blogs, Blogger, lanzó Twitter en marzo de 2006, pero fue en febrero de este año cuando logró hacerse muy popular en los Estados Unidos. En nuestro país lleva ya varios meses introduciéndose en pequeños círculos de amantes de las nuevas tecnologías y entre los internautas más jóvenes.
Desde hace varias semanas he publicado a diario mensajes en este nuevo canal de comunicación para entender su funcionamiento y posible utilización en entidades culturales. Debo confesar que al principio tenía algo de recelo sobre sus posibles finalidades, pues sospechaba que no era más que un nuevo canal para alimentar el “ego” de los blogueros. Algo de eso hay, pero sirve también para otras cosas.
Una vez abierta una cuenta personal y gratuita en Twitter, los usuarios contestan a la pregunta “¿Qué estás haciendo?” a través del envío de mensajes de texto, con una longitud máxima de 140 caracteres. Los textos enviados son leídos por miles de personas de forma simultánea, tanto conocidas como desconocidas.
El contenido de estos breves textos consiste, en la mayoría de los casos, en irrelevantes anotaciones sobre el día a día de sus usuarios. Al principio, uno llega a la conclusión de que muchas de estas personas tienen una vida de lo más aburrida y que hacen más o menos lo mismo todos los días: van y vuelven del trabajo, comentan algo sobre el tráfico, el tiempo, si van a asistir a alguna conferencia, presentación…
Pero al cabo de unos días, y haciendo una lectura más calmada y entre líneas sobre los textos y sus usuarios, uno descubre una serie de motivos por los que sigue las conversaciones que tienen lugar en este canal de comunicación:
• Ayudan a establecer un vínculo de cercanía al permitirnos conocer el lado humano de personas que sigues a diario en la Red: qué les gusta hacer en su tiempo libre, su fecha de cumpleaños, qué les ha sorprendido, qué les agobia, etc.
• Algunos usuarios recomiendan sitios buenos e interesantes que les llaman la atención en la Red y quieren compartir con el resto de la comunidad.
• Otros usuarios ofrecen sugerencias sobre temas de interés que no están directamente relacionados con la Red, como libros, música, exposiciones, viajes, etc.
Tras este análisis, he llegado a la conclusión de que Twitter puede convertirse en un canal complementario de comunicación de las entidades culturales para establecer conversaciones más coloquiales, instantáneas, emocionales, en otras palabras, más humanas y menos institucionales que en otros canales de comunicación (emails, blogs, wikis, etc.).
En este sentido, he reflexionado un poco sobre la posible aplicación de estas herramientas en las estrategias de comunicación y marketing en entidades culturales. Aquí van algunas ideas:
1. Recoger las opiniones de los visitantes a un museo, galería o centro de arte. A la salida de una exposición se pueden colocar un par de ordenadores con una cuenta abierta en Twitter para que los visitantes escriban un breve texto sobre sus impresiones; si les ha gustado o no la exposición, cuadro preferido, sugerencias, etc.
2. Breves comentarios por parte de los lectores. A la mayoría de los lectores les cuesta escribir una reseña sobre un libro en un blog o en un wiki, pero creo que estarían encantados de participar en un sitio donde puedan publicar una breve anotación sobre si les ha gustado el libro, el autor, etc. Cada libro puede tener una cuenta en Twitter para que los lectores puedan compartir sus impresiones, publicar breves comentarios sobre lo que han leído y conocer la opinión de otros lectores.
3. Lanzamiento de novedades. Se puede utilizar este canal de comunicación para publicar información relacionada con el lanzamiento de novedades, encuentros con el autor en librerías, etc.
4. Presentaciones de libros y exposiciones. El empleo de Twitter en las presentaciones de un libro puede servir para recoger preguntas, comentarios y observaciones de los asistentes.
Existen en el mercado varias herramientas similares, como Pownce o Jaiku, que ofrecen más o menos las mismas funcionalidades. Twitter es la única que permite enviar mensajes instantáneos desde un móvil o a través de aplicaciones tales como Twitterrific o Twittergram. Comparativamente, Pownce permite preseleccionar a quién enviamos nuestros mensajes: a todo el público, a una red de contactos limitada o a una persona en concreto y, nos permite adjuntar ficheros de hasta 10 megas.
En los próximos meses veremos nuevas aplicaciones que complementarán esta herramienta, como la inserción de Google Maps para conocer en tiempo real dónde está cada usuario, un excelente servicio para gestionar los equipos comerciales de una editorial, repartidores de libros, etc.
Os recomiendo testar estas nuevas herramientas; ya me contaréis vuestra experiencia y opinión.

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