Libros digitales ¡Ya!

Durante nuestra visita a Praga con motivo de la Feria del Libro tuvimos la oportunidad de conocer a Magdalena Oliver, periodista y coordinadora del programa Els Matins, de TV3. En el transcurso de una cena celebrada en el Instituto Cervantes de la capital checa, Magda nos habló de Eduardo Lozano Gálvez, a quien había entrevistado recientemente en Barcelona coincidiendo con la celebración de Sant Jordi.
Eduardo está afectado por una tetraplejia que lo mantiene paralizado del cuello hacia abajo. Gran aficionado a la informática, maneja el ordenador gracias a un programa especializado, lo que le permite, entre otras cosas, realizar sus estudios universitarios en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) a través de un material de estudio en archivos en formato PDF que el propio centro le proporciona.
Pero otra de las grandes aficiones de Eduardo es la lectura, y se encuentra con el problema de que no puede valerse para sujetar un libro ni pasar sus páginas, aunque tampoco quiere renunciar al placer de leerlos por sí mismo. Por ello reclama, y con razón, la comercialización de los libros digitales, pues hasta la fecha sólo puede acceder a clásicos como Bécquer o “El Cantar de Mío Cid” o a autores noveles que aprovechan las nuevas tecnologías para dar a conocer sus libros, pero no tiene acceso a las novedades y al fondo de las editoriales. Reivindicando el poder hacerlo, ha creado su propio blog, Libros Digitales ¡Ya!, donde informa de sus investigaciones al respecto y de las gestiones que va realizando por intentar ver sus sueños cumplidos.

Desde Dosdoce.com llevamos ya un tiempo impulsando la digitalización de los libros e intentando convencer a las editoriales de que no sólo no va en contra de los libros de papel, sino que el proceso de digitalización no conlleva más que ventajas para todos. Creemos, además, que las nuevas tecnologías deberían cumplir una verdadera función social fomentando y facilitando la lectura a personas como Eduardo o como tantos otros que sufren algún tipo de discapacidad. Porque puede parecer que el caso de Eduardo es algo aislado, pero nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que Eduardo ha aprendido a comunicarse, utilizar y reclamar sus derechos a través de las nuevas tecnologías; ya es hora de que éstas le respondan facilitándole el camino.
Por lo tanto, y una vez más, animamos al sector editorial a comercializar sus libros en formato digital con el fin de atender las necesidades de todo tipo de lectores, con o sin minusvalías, que quieren leer en pantallas.