22 junio 2008

Horas Venecianas

La editorial Abada Editores ha recuperado para todos los apasionados de los viajes y en especial a todos los enamorados de Venecia, los cinco ensayos que Henry James dedicó a la ciudad donde “mar y cielo parecen encontrarse en mitad del camino”. Un siglo después de que Henry James hiciera su último viaje a la ciudad de los canales sale a la luz por primera vez en castellano una magnifica edición de la parte correspondiente de su obra Italian Hours traducida por Miguel Angel Martinez-Cabeza, profesor de la Universidad de Granada.  Horas Venecianas es la segunda traducción al castellano de las páginas que Henry James dedicó a sus viajes, siguiendo al volumen Londres del pasado Octubre.

Venecia ha sido retratada por todo aquel que la ha visitado desde Ruskin en el siglo XIX   Las Piedras de Venecia, donde  crítica la visión romántica del esplendor en la decadencia veneciana hasta Brodsky a finales del S. XX con Marca de Agua, un mosaico de 51 breves secuencias sobre la relación entre agua y tierra. Y cabalgando entre estos dos siglos se encuentra Henry James.  Pero la capital del Véneto no sólo ha sido retratada por grandes maestros sino que también forma parte de algunas grandes obras de ficción como Retorno a Brideshead de Evelyn Waugh donde sus protagonistas Charles Ryder y Sebastian Flyte deciden hacerle una visita al padre de Sebastian, Lord Marchmain quien se exilia voluntariamente a Venecia después de que se rompa su matrimonio. Más recientemente el propio Henry James convertido en personaje de novela por Colm Tóibín vuelve a Venecia en The Master. No cabe duda que la decadente Venecia es tema recurrente en múltiples obras a lo largo de los siglos.

Italian Hours fue publicada por primera vez en 1909 después de que el propio Henry James reuniera en un volumen todas sus impresiones sobre las ciudades italianas que había conocido a lo largo de los años y sobre las que dejaría testimonio en sus numerosas cartas que intercambiaba con compatriotas como los Curtis, Gardner o Isabella Stewart y en artículos que fueron apareciendo en revistas de aquella época como Scribner o The Nation.  Este volumen recoge los cinco ensayos que dedicó Henry James a Venecia. El primero de ellos es Venecia: primera impresiones que se James le cuenta a su hermano William sus paseos en góndola, sus visitas a los museos o la extraordinaria luz que anega la ciudad a la puesta de sol. Es en este capítulo donde percibimos la felicidad que embriaga al joven autor y en el modo en que se deja llevar por lo mágico de la ciudad. El segundo capítulo Venecia recoge otra de sus estancias en el sucio apartamento de la Riva degli Sciavoni donde sin embargo tenía una de las mejores vistas de la ciudad sobre la mole rosa de San Giorgio Maggiore, que lo distría de terminar el Retrato de una dama. Este va seguido por El gran canal donde sin identificar el palacio Barbaro por respeto a sus anfitriones nos deleita con una riquísima descripción del mismo considerándolo cómo una de las esencias de Venecia. Dos viejas casonas y tres muchachas fue escrito treinta años más tarde de su primera visita haciendo un retrato de esos palacios llenos de las reliquias de las viejas glorias de las familias aristocráticas venidas a menos. Y por último  La casa Alvisi es una bella semblanza a su gran amiga Katherine Bronson, para la que sólo tiene palabras de admiración y cariño.

Este no es un libro para aquel que viaja como turista sino para aquel que al igual que Henry James no intenta “alcanzar el destino con toda rapidez sino que disfruta de los lugares y de sus gentes y como resultado va cambiando personalmente”.

Texto elaborado por Mª Carmen Espínola Rosillo

 

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