Germán Gómez
Ha sido becado este año por la Academia de España en Roma y galardonado recientemente con el premio Revelación dentro del festival PhotoEspaña 2008 de Madrid.
La madrileña Galería Fernando Pradilla (C/. Claudio Coello, 20) acoge, en sus dos espacios, una doble exposición de su obra: “Condenados”, que podrá visitarse hasta el 15 de julio, y “Fichados-Tatuados”, hasta el 5 de septiembre.
Preguntamos, a continuación, a Germán Gómez por su momento actual. No es fácil para un artista seguir una trayectoria de años con un trabajo tan coherente y cohesionado como el tuyo. A la hora de abordar un nuevo proyecto, ¿piensas conscientemente en ello, o es algo que surge de manera más espontánea y menos intencionada?
Los proyectos van surgiendo de manera natural. Procuro estar atento a mis sentimientos, intento leer entre las líneas de mi vida para poder seguir ese hilo conductor que es muy autobiográfico. Muchas veces, mientras estoy trabajando en una serie siento cómo va naciendo otra y me pongo inmediatamente a escribir y dibujar; luego, con el tiempo, la idea se materializa plásticamente.
El día 30 de junio terminé mi estancia en la Academia de España en Roma. Han sido nueve meses duros, de muchísimo esfuerzo, he trabajado tanto en el estudio de Madrid como en el de Roma y el laboratorio lo he mantenido en Madrid. La Academia es “peligrosa”, puede distraer mucho; me costó adaptarme, pero al final el balance ha sido muy positivo, he aprendido y trabajado muchísimo.
Esta coherencia entre su vida y su obra, esta fuerza terrible, la belleza imponente y la sensualidad incontenible de sus personajes, han hecho que Miguel Ángel haya sido casi una obsesión para mí. De una modernidad aplastante, es el ideal de artista para mí. Ya me gustaría que hubiese algo en común entre la Terribilità miguelangelesca y mi obra. Pero es algo inalcanzable.
Hablemos de plástica: ¿Cómo es tu proceso de trabajo? ¿Priorizas lo técnico o lo ideático?
La idea siempre es la que manda, sin lugar a dudas, y luego busco las soluciones técnicas. Pero esto no significa que no me obsesione porque el acabado sea impecable. Creo que para que una obra funcione, la parte técnica tiene que estar perfectamente solucionada. Llego a extremos neuróticos con este tema.
En los últimos trabajos expuestos en la primera sala de la Galería Fernando Pradilla la obra flota en el espacio, no se encuadra a través de un marco ni se estructura sobre ningún soporte. Se convierte en una especie de silueta a escala natural autosuspendida. ¿Qué te ha impulsado a introducir esta nueva variante?
En el Juicio Final de la Capilla Sixtina las figuras de Miguel Ángel parecen ser ingrávidas, todas están flotando, a pesar de su corpulencia y su esculturalidad.
El suspender mis piezas en la primera sala de la galería, sin marco y a dos centímetros de la pared, me ayudaba a conseguir este efecto escultórico y de voladura.
Supongo que para un autor que siempre ha estado vinculado a lo fotográfico, el hecho de incorporar dibujo, de mutilar tu trabajo y de ensamblarlo mediante costuras debió suponer una decisión comprometida. ¿Te sientes reconfortado tras el premio que te fue otorgado este año por PhotoEspaña?
Ha sido una satisfacción inmensa. Desde hace más de diez años llevo siguiendo PhotoEspaña con pasión y admiración. Rozar de algún modo este Festival es un privilegio.
¿Qué opinión tienes sobre la edición de este año y la nueva dirección artística? ¿Recomendarías alguna exposición?
Estoy recién llegado de Roma y aún no me ha dado tiempo a ver muchas de las que tengo interés en visitar, pero dos que sí me han parecido rotundas han sido la de W. Eugene Smith en el Teatro Fernán Gómez y la de Edward Steichen en el Reina Sofía.
El tema “Lugar” es muy sugerente, y entre la gran cantidad de exposiciones y actividades complementarias PhotoEspaña se convierte en algo muy completo e interesantísimo.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Como siempre trabajo en varios al mismo tiempo, los proyectos pasados siempre están ahí creciendo poco a poco y haciendo nacer los nuevos, que continuarán hablando de la identidad y de aquello que me obsesiona, me preocupa, me intimida o me hace feliz; en definitiva, sigo escribiendo mi biografía bajo los temas que, supongo, a todos nos tocan pero desde una visión personal e íntima.
Entrevista realizada por Julio Criado de la Galería Full Art de Sevilla.