Los editores británicos debaten sobre el e-book
Primeras impresiones sobre los cursos, reuniones y conversaciones que he mantenido estos tres últimos días en la Feria del Libro de Londres.
El Reino Unido está viviendo la peor recesión económica desde la segunda Guerra Mundial y se nota en el sector del libro. En el barrio donde me suelo alojar, Bloomsbury, han cerrado tres librerías en los últimos meses. Varios editores me comentaron que en el primer trimestre de este año han experimentado un descenso en ventas superior al 40% (trade literario). Contaré más cosas en los próximos días.
Mientras publicamos un resumen de unas de las sesiones más interesantes del programa de actividades de la Feria que reunió a algunos de los responsables de las más importantes editoriales en una acalorada discusión sobre la realidad actual de los libros digitales. Ha habido opiniones de toda clase, aunque la conclusión ha sido unánime: los e-books ya están abriendo nuevos modelos de negocio a los que hay que hacer frente, como la posibilidad de la piratería y el precio fijo.
Gail Rebuck, presidente y director general de Random House Group, fue probablemente el mayor defensor del e-book, y afirmó que el Sony Reader “ha revolucionado mi vida”. Por el contrario, Victoria Barnsley, editora de HarperCollins en el Reino Unido, por ahora prefiere el libro «físico». Makinson, presidente del Penguin Group, advirtió a sus colegas de los problemas que plantean los e-books, en especial en lo que respecta a la protección de derechos de autor y los nuevos precios de mercado.
Una vez que la discusión se centró a la piratería, los oradores no dudaron en tomar la palabra: “Los editores deben tener tolerancia cero con la piratería”, declaró Hely-Hutchinson, de Hachette Livre en el Reino Unido. Así, la preocupación de Makinson era la dificultad de controlar la distribución de copias ilegales de libros en sitios como Scribd.com, al que llamó el «Youtube de los libros».
El tema del precio de venta de los libros digitales también acaloró el debate a la hora de evidenciar la necesidad de cambiar el modo de pensar sobre cómo establecer el precio, puesto que es evidente que no pueden ser el mismo en formato papel que en el digital. Rebuck afirmó que los e-books están todavía “en pañales” en el mercado británico, por lo que iban a tener que ir ajustando su política de precios según avance el nuevo modelo digital del libro.
Al final, parece que nadie supo resolver del todo la cuestión del futuro de los libros digitales en el Reino Unido y su verdadero impacto en el sector, sobre todo a la hora de hacer cuentas. Mientras, las ventas de libros electrónicos siguen creciendo…
Interesantísimo. Cómo me habría gustado estar allí.
Espero los siguientes reportes 😉
Saludos.
Martín.
Un dato extra que puedo aportar sobre la conferencia que trata este artículo es que la sala estaba al completo. Yo misma casi tuve que sentarme en el suelo, mientras que había bastante gente que estaba de pie. ¿Qué significa esto? Pues que hay un interés enorme por este nuevo panorama editorial. Pero, claro, debe de haber tanto interés como miedo a afrontar ese camino. En general, la sensación que me causaron los conferenciantes fue la de tener una teoría (panorama actual) clara y una práctica (acción) en el aire.
Es decir, si la teoría plantea unos beneficios del 1,5 % del negocio, según las cifras que refleja el mercado estadounidense, también viene acompañada de múltiples problemas: cuál será el nuevo modelo de negocio, qué valor DEBE aportar una editorial online, así como la cuestión de la piratería, derechos de autor… John Makinson llegó a decir que en Reino Unido esperan un 5% de incremento de ventas en 5 años. (Alguna estrategia tendrán pensada ya, ¿no?) Lo que más me sorprendió es que mientras que los números en beneficios hablan por sí solos, la imaginación para resolver estos «problemas teóricos» parece ser mínima (o a lo mejor no interesaba exponerla ante la competencia…).
Por otra parte, y en mi opinión, también hay pánico a la piratería, pero a diferencia del panorama español, por ejemplo, en EE. UU. y Reino Unido no centran el nuevo modelo de negocio sólo en ese punto, sino que también lo centran en otros que hace pensar que ellos consideran Internet una herramienta, no una aplicación del ordenador para copiar y copiar… De todas formas creo que las editoriales deben ACEPTAR que aunque los beneficios del negocio en Internet les parezcan inferiores que los que obtienen por unidades impresas, es el volumen de estas ventas a nivel mundial lo que les dará mayores ganancias -en vez de endosar libros a los libreros para que vendan lo que puedan…