Cómo profesionalizar tu perfil de Facebook
Desde luego, nadie puede poner en duda que Facebook es un fenómeno mundial. Al margen de sus abrumadoras cifras (sus 600 millones de usuarios, un 70% de ellos de fuera de los EEUU, los 30.000 millones de contenidos que se suben al mes o los 20 millones de aplicaciones instaladas al día), de un tiempo a esta parte esta red está en boca de todos. Mires donde mires, encuentras noticias sobre Facebook…
Empezando por la propia historia de esta red que, convertida en película, se ha colocado entre las máximas favoritas de los próximos Oscar… continuando por el anuncio de que en 2012 podría salir a bolsa (recientemente, se ha valorado a la compañía en 50.000 millones de dólares, lo que ha provocado el debate sobre si estamos ante una nueva burbuja puntocom)… siguiendo por la puesta en marcha de una moneda Facebook para su uso en juegos sociales, que permitirá a la compañía de Zuckerberg sacar tajada de un negocio que mueve alrededor de 1.900 millones de euros al año… y suma y sigue…
Todo el mundo habla de Facebook: unos para denostar el criterio de coleccionar «me gusta» y acumular «amiguitos»; otros para crear alternativas (como Path, una red social que limita los amigos a 50); algunos para recordar que Facebook no tiene porqué ser únicamente ese lugar en el que colgar las fotos de las vacaciones o para expresar estados de ánimo, y varios para expresar su descontento con el intrusismo de esta red omnipresente y con su política de privacidad (que tantos dolores de cabeza ha creado a la compañía).
El mundo de las redes sociales es dinámico y cambia rápidamente. Algunos análisis señalan que, en el futuro, se acabará progresivamente el “gratis total” (las empresas tendrán que empezar a pasar por taquilla) y el umbral del concepto de privacidad se elevará entre los internautas (cada vez habrá mayor conciencia de que la principal moneda de cambio en la supuesta Internet de la gratuidad son nuestros datos). También aumentará la sensibilidad a la intrusión de campañas, invitaciones, aplicaciones, etc.
Últimamente, he asistido a varios debates, presenciales y online, en los que cada vez más personas barajan abandonar Facebook. Critican la masificación, el bombardeo no deseado de invitaciones de “amistad”, de eventos, de descargas de aplicaciones…
Como siempre hemos comentado, en las redes sociales no es aconsejable “estar por estar”. Se trata de saber qué pretendemos al tener un perfil: hacer networking, relacionarnos con clientes, potenciar nuestra reputación online, mantener contactos, encontrar amigos… Y, en función del objetivo que tengamos, habremos de adecuar nuestro perfil.
En línea con esta opinión, es muy interesante el enfoque de este artículo, aparecido en gigaom, que expone formas de profesionalizar tu perfil de Facebook. En él se señala que la experiencia personal en Facebook puede ser exactamente la que cada uno quiera que sea. Y apunta cómo podemos hacer que Facebook sea una ayuda profesional:
- Piensa en tu perfil como si fuera tu espacio de trabajo y personalízalo en consecuencia. Nunca pongas en tu perfil nada que no quisieras que tus jefes, compañeros, personas de tu equipo, clientes, etc. vieran en tu despacho o en tu mesa.
- Crea tu red con compañeros y contactos de interés para tu profesión. Facebook es ideal para hacer networking. Y crea diferentes grupos de amigos, para personalizar lo que compartes con cada tipo de contacto.
- Sé selectivo a la hora de añadir “amigos”. Tu experiencia en Facebook dependerá del tipo contactos que tengas. Pese a lo que algunos parecen creer, no hay premios por tener más amigos. No se trata de cantidad, sino de calidad.
- Sé selectivo con las aplicaciones. Nuevamente, piensa tanto en lo que a ti te interesa como en lo que quieres que tu red vea en tu perfil.
- Personaliza las notificaciones. Marca en la configuración de tu cuenta sobre qué actualizaciones de tu red quieres estar informado. Cuanto más ajustes estos criterios, menos tiempo perderás gestionando actualizaciones que no te interesan.
- Personaliza tu perfil y tu privacidad. Piensa detenidamente qué es lo que quieres que se vea de tu perfil y cuándo. Los criterios de privacidad que aparecen por defecto tienden a mostrar demasiada información. En cualquier caso, debes ser tú quien decida qué quieres que se conozca.
- Incorpora aquellas herramientas que uses y que puedan ayudarte a gestionar tu presencia en la web social: Twitter, blogs, etc.
- Únete a grupos relacionados con tus intereses profesionales. Pueden aportarte información y contactos muy útiles. Para encontrar esos grupos puedes simplemente consultar los grupos a los que se unen tus contactos.
Como vemos, efectivamente Facebook puede ser lo que nosotros queramos que sea, independientemente del uso que le den cientos de millones de personas en el mundo.
Una vez que hayamos adecuado el perfil a nuestros objetivos, tendremos que comprobar si se están cumpliendo nuestras expectativas: qué contactos nos genera, cuánto tráfico nos deriva, etc. Esa es la forma más racional de decidir si nos interesa seguir en una red o no: marcarnos objetivos, ajustar nuestro perfil y comprobar si los objetivos se cumplen. Si no hacemos esto, corremos el riesgo de hablar de Facebook por hablar.