Inteligencia artificial y composición musical
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse en el mundo de la música. O eso es lo que parece.
Así como hemos visto cómo la creatividad a través algoritmos en el mundo literario está aún en fase de experimentación –tanto con algoritmos o bots como con inteligencia artificial-, y los resultados están más lejos de ser del todo iguales a los que puede conseguir un escritor ‘humano’.
Sin embargo, lo que está sucediendo con la música es algo diferente. Aunque también se lleva años experimentando con tecnologías creativas y afectivas en el ámbito de la robótica con resultados sorprendentes, se puede decir que es ahora cuando se está consiguiendo que los algoritmos puedan ser tan creativos como los hombres.
El programa de investigación conocido como Flow Machines creado por Sony Computer Science Laboratories (CSL) utiliza precisamente los algoritmos únicamente para crear música.
Su software llegó a analizar 13.000 canciones para obtener información sobre tipos musicales, progresiones y secuencias armónicas. Con esta información, se produjo y llego a comercializar un álbum de 15 canciones de música electrónica del estilo de los años setenta.
Con este mismo software, en el Sony Computer Science Laboratory de París han desarrollado un sistema de algoritmos que puede crear canciones que se adapten al gusto del usuario, basándose en estilos adaptados de música ya existente.
Tal algoritmo analiza las características de las canciones y las propiedades estadísticas relacionadas con el ritmo, el tono y la armonía. Con ello logra ‘aprender’ por ejemplo, qué notas van bien con un acorde dado, o qué notas suelen seguir después de una nota dada.
A partir del patrón que con ello se consigue, el algoritmo crea una partitura con características similares. Además, los algoritmos (que en realidad son varios, según funcionalidades), son lo suficientemente inteligentes como para crear plagios.
Flow Machines no está equipado con conocimiento musical previo, si no que utiliza la técnica de aprendizaje automático: genera una canción según los datos que recoge de la música elegida por el usuario.
Sus creadores piensan que puede ser una herramienta en realidad no tanto para crear música totalmente ‘artificial’, sino para compositores o creadores que quieran conseguir nuevos sonidos, experimentar, mezclar estilos y ver los resultados, etc.
Lo mismo que Amper, otro programa de creación de música con inteligencia artificial diseñado para ‘colaborar’ con músicos humanos y que ya presentó su primer álbum.