Libros táctiles en 3D para niños con discapacidad visual
Si bien hemos hablado en otras ocasiones de libros en 3D, lo hemos hecho desde la mirada es ciertas tecnologías como la realidad virtual o aumentada.
Hoy nos referimos a otros libros en ‘tres dimensiones’ que no tienen tanto de tecnológico y cuya función táctil no tiene que ver con las pantallas, pero merece la pena dar a conocer.
Son libros ilustrados en 3D especialmente diseñados y elaborados para el tacto. Y son así porque están destinados a niños con discapacidad visual. Lo hace la editorial francesa con sede en Dijon Ldqr (Les Doigts Qui Rêvent, o ‘Los dedos que sueñan’), un proyecto creado por Philippe Claudet junto a profesores y algunos padres de niños ciegos o alguna discapacidad visual.
Lo hicieron precisamente ante la falta de libros para estas personas. Dannyelle Valente, investigadora asociada e colaboradora científica en el desarrollo sensorio motriz, emocional y social de la Universidad de Ginebra, trabaja ahora con ellos en la creación de obras en 3D, adecuadas tanto para niños ciegos como ahora también para niños videntes.
Son básicamente libros ilustrados, en relieve y en braille, hechos a mano y con copias limitadas (unas 200 por título), dirigidos a niños que van de los 2 a los 13 años. La innovación en este caso, como hemos adelantado, no es tanto tecnológica sino por su capacidad de diseño, al adaptar clásicos de la literatura infantil a este formato en 3D y, con ello, hacerlos al fin accesibles a niños con estas discapacidades de las que estamos hablando.
Según señala Dannyelle Valente, “el tacto tiene un modo diferente de funcionamiento que la visión. Estos niños tienen su propia visión del mundo basada en cómo se sienten, escuchan y tocan a su alrededor”. Los libros ilustrados, aunque sea para niños con una deficiencia visual mínima, ya se alejan de su percepción; por eso era necesario elaborar algo multisensorial que les ayude a leer y entender con sus otros sentidos los libros.
Con su última colección – financiada por la Swiss National Science Foundation y la más innovadora y aún en fase de prototipado- llamada HAPTO, quieren promover la experiencia cinestésica y el uso del cuerpo.
Por ejemplo, los niños usan el dedo índice y el dedo medio como si fueran piernas pequeñas, y pueden subir escaleras, saltar de un trampolín, columpiarse o bajar un tobogán sobre elementos “emergentes” en 3D. Así, no sólo se trata de tocar, sino de llevar a la acción con el cuerpo lo que harían los personajes de un cuento infantil.
Un bonito proyecto cuyo único pero, de momento, es lo costoso de los ejemplares, ya que son realizados de manera manual, y la idea es poder hacerlos llegar al mayor número posible de niños con problemas visuales por lo que cuentan con multitud de patrocinadores.