19 julio 2023

La economía de los libros digitales y la propiedad

Imagen de Perfecto Capucine en Pexels

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El Engelberg Center on Innovation Law and Policy Law ha publicado extenso un informe bajo el título ‘La economía de los libros digitales contra la propiedad: cómo los editores y las plataformas han transformado la forma en que leemos en la era digital’.

El documento examina la dinámica económica, legal y social de la concesión de licencias y la propiedad de libros digitales. En él se concluye, una vez más, que los editores han formado asociaciones con plataformas de concesión de licencias de ebooks que hacen que la capacidad de poseer libros digitales sea casi imposible.

Este estudio trata de aclarar dónde estamos y hacia dónde se debe ir en leyes para preservar la propiedad digital, especialmente para las bibliotecas en Estados Unidos, que dependen de la propiedad de sus libros para que los usuarios puedan tomarlos prestados sin cargo alguno.

Allí los editores y las plataformas insisten en que sólo se compre una licencia para acceder a los libros, no los derechos para hacer algo más con ellos.

Debido a que plataformas como Amazon y Apple controlan la mayor parte de la tecnología que usamos para leer ebooks, su opinión a menudo dicta la realidad del ecosistema de libros digitales.

Más allá de controlar los libros, estas plataformas también pueden hacer varias cosas que ningún librero de libros impresos ha tenido el poder de hacer.

Pueden rastrear los hábitos de lectura, evitar que se revenda o preste un ebook, cambiar el contenido del libro y eliminarlo de la biblioteca digital por completo, incluso después de haberlo comprado.

Si bien la mayoría de los editores aún venden libros físicos, cuando se trata de libros digitales, la gran mayoría parece haber tomado la decisión colectiva de pasar a ofrecer sólo licencias limitadas.

Algunas de las razones de este cambio son económicas, algunas legales, algunas tecnológicas y otras psicológicas.

Existe la creencia de que limitar o eliminar la propiedad digital de los libros aumentará los ingresos de las editoriales, impedirá que las copias gratuitas se filtren a sitios web no autorizados y permitirá a las editoriales y plataformas un control y un seguimiento sin precedentes del comportamiento de los lectores, así como a las universidades y bibliotecas que ofrecen ebooks.

Sin embargo, se discute en el informe si estas creencias se corresponden con la realidad. Económicamente, las plataformas y los editores también creen que las licencias les dan más control sobre cómo los ebooks generan ingresos.

Por ejemplo, actualmente usan licencias para cobrar a las bibliotecas por el derecho de prestar el libro a los usuarios, o vinculan los libros digitales a plataformas que monitorean el comportamiento de los usuarios, creando una nueva fuente de ingresos basada en la venta de datos de usuarios.

Tecnológicamente, los editores han recurrido mayoritariamente a empresas como Amazon, Apple y OverDrive para distribuir y controlar sus ebooks.

Estas asociaciones de editores y plataformas presentaron nuevas oportunidades para que los editores siguieran involucrados en la vida posterior a la venta de un libro.

Psicológicamente, las alianzas entre editores y plataformas han reforzado la creencia de que los editores cuentan con un mayor control legal y tecnológico, y obtienen así mayores recompensas financieras.

Los editores creen que estas recompensas surgen al obligar a los compradores a pagar por usos adicionales (como cuando las bibliotecas quieren prestar ebooks a los usuarios) y al limitar la forma en que los libros se comparten y distribuyen fuera de su control.

El estudio llega a varias conclusiones clave:

  • Al recurrir a las plataformas como el principal medio técnico para ofrecer ebooks, los editores han introducido un tercer actor importante en la cadena de suministro de ebooks: las empresas de plataformas de libros electrónicos. Junto con los editores, algunas importantes plataformas han restringido el mercado de libros digitales a uno compuesto principalmente por licencias en lugar de ventas.
  • Las empresas de plataforma tienen motivos y objetivos que son independientes de los de los editores o compradores (incluidos los compradores institucionales, como bibliotecas y escuelas). En lugar de buscar sacar provecho de las ventas individuales, como hace una librería, las plataformas compiten para recopilar y controlar el contenido más agregado y los datos del consumidor. Los objetivos de estas plataformas a veces están en desacuerdo con los intereses de las bibliotecas y los lectores.
  • La introducción de plataformas -y especialmente de asociaciones editor-plataforma- ha creado nuevas formas de bloqueo legal y tecnológico del lado del editor, con dependencias en la infraestructura de la plataforma que representan serias barreras para los editores que venden libros digitales de forma independiente directamente a los consumidores. Las plataformas tienen pocos incentivos para respaldar modelos de venta directa que no requieren licencia, ya que esos modelos no admiten fácilmente el seguimiento del comportamiento del usuario.
  • La estructura del mercado de ebooks ha introducido nuevos factores de estrés en las profesiones editorial y bibliotecaria. Los editores se sienten presionados para proteger y cobrar su contenido, mientras que las bibliotecas sienten la presión de mantener colecciones relevantes a las que se pueda acceder fácilmente a través de redes digitales. Tanto las bibliotecas como los editores se sienten dependientes de las empresas de plataformas de ebooks para proporcionar los que demandan los lectores, lo que permite que la economía de la plataforma (que ya está dominada por unas pocas empresas grandes) tenga aún más poder sobre el mercado de ebooks.
  • Debido al predominio del modelo de licencias de plataforma para el mercado de ebooks, existen preguntas importantes sobre el impacto, si lo hay, que tiene el préstamo de libros en bibliotecas digitales en ese mercado. Asimismo, dado que las asociaciones de editores y plataformas se benefician de la vigilancia de los compradores de libros, los consumidores que eligen préstamos bibliotecarios más respetuosos con la privacidad, pueden representar un mercado completamente distinto que otorga un valor significativo a la protección de datos.
  • Por último, mientras que el acceso a los datos de usuario generados por la vigilancia de la plataforma a los lectores es un beneficio potencial para los editores, en la práctica, los editores no explotan completamente (y es posible que no tengan acceso completo a) esa información.

Tenéis el acceso al informe completo en este enlace.

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