24 julio 2006

El universo del blog

A finales de 2004, la editorial Merriam-Webster anunció que «blog» había sido la palabra más buscada en sus diccionarios por los usuarios de Internet, por lo que le otorgaba el honorífico título de ‘palabra del año. El hecho de liderar esa clasificación ponía de manifiesto el auge de un fenómeno, el de los weblogs o bitácoras, que también tenía –y sigue teniendo- su reflejo en medios de comunicación de todo el mundo, donde las referencias a los blogs son cada vez más habituales.

Durante estos últimos años han sido frecuentes los casos en los que autores de weblogs han alcanzado notable notoriedad. Sólo por mencionar algún ejemplo, así sucedió con Salam Pax y su blog escrito desde Bagdad durante los ataques de Estados Unidos y sus aliados en la reciente guerra de Irak. Salam Pax se convirtió, gracias a su blog, en una de las pocas voces ciudadanas que llegaban desde la ciudad atacada. Es también conocido el caso de Power Line, un blog que se encargó de levantar sospechas sobre la credibilidad de las pruebas aportadas por un reportaje del programa de la CBS «60 Minutes», presentado por el conocido periodista Dan Rather, en el que se cuestionaba el pasado militar del presidente Bush. La CBS tuvo que pedir disculpas públicamente por su falta de rigor informativo. La revista «Time» escogió a Power Line como el Blog del Año.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no cuenta todavía con un término aceptado para definir a estas páginas web que han adoptado la forma de diarios digitales personales salpicados de reflexiones, comentarios y enlaces a otros sitios de Internet, y que se cuentan ya por millones en todo el mundo. En inglés, «blog» –en su forma abreviada- o «weblog» se utilizan de manera indistinta. En el mundo hispano, a estas dos palabras habría que añadir el término «bitácora», empleado por numerosos autores.

El libro de Rebecca Blood que tienen entre sus manos es uno de los primeros –y, hasta el momento, más logrados- intentos de ofrecer una panorámica general del mundo de los blogs. Es un libro teórico y práctico a la vez, que permite conocer desde la historia de este fenómeno comunicativo hasta los secretos para publicar con éxito un blog. En estas páginas encontrarán respuesta a la pregunta de qué es un weblog; conocerán el impacto que los blogs están teniendo en el mundo del periodismo; sabrán qué usos –cada vez más variados- se están dando a las bitácoras; descubrirán qué herramientas existen para crearlas y mantenerlas y encontrarán consejos sobre cómo escribir estas páginas o cómo captar lectores de manera eficaz.

Rebecca Blood cree, y me parece una definición muy acertada, que los blogs son «conversaciones de café» en las que sus autores ofrecen las referencias necesarias -en forma de enlaces- para apoyar sus argumentos. Esas conversaciones digitales eran, en origen, básicamente en formato texto, aunque de manera reciente han proliferado otros modelos de weblogs: audioblogs (las entradas o ‘posts’ de sus autores se producen en formato audio), fotoblogs (el elemento esencial son fotografías realizadas por sus autores), moblogs (si las imágenes han sido captadas con el móvil) o incluso videoblogs (con fragmentos de vídeo).

El número de weblogs publicados en Internet crece día a día. No existe consenso sobre la cifra total de blogs existentes actualmente, aunque algunos estudios sitúan ese número por encima ya de los 50 millones. Según la compañía estadounidense Perseus, a principios del año 2000 había sólo 29.500 blogs en Internet. A finales de 2001 se habían superado los 1,2 millones de weblogs, y la cifra había aumentado a mediados de 2004 hasta los 12,6 millones. Desde entonces, gracias en buena parte a que los principales portales y buscadores de Internet, como Yahoo!, Google o MSN, han incorporado a sus servicios la creación de bitácoras de manera gratuita, los números han seguido disparándose y todo parece indicar que a finales de este año habrá más de 53 millones de blogs en todo el mundo. Otros análisis sitúan esa cifra ya a mediados de 2005 por encima de los 60 millones.

En cualquier caso, sean cuales sean los números reales, está claro que son cada vez más los usuarios de Internet que deciden lanzar su propio blog. Algunos lo harán por el simple placer de ver publicadas sus reflexiones; otros lo convertirán en una herramienta de trabajo, o en un espacio de intercambio de información familiar o entre un grupo de amigos, o en la expresión de una afición determinada, o en una vía de promoción de un libro. Las posibilidades –los usos- que ofrecen los blogs son prácticamente infinitas. La simplicidad de los sistemas de publicación es lo que ha permitido popularizarlos enormemente.

Pero además del número total de blogs, interesa conocer los ritmos de actualización –en muchos casos los blogs están abandonados- y los niveles de consulta que tienen estas páginas para saber algo más sobre su verdadera repercusión. Creo que conviene prestar atención a esto por que si uno hiciera caso únicamente de lo que dicen algunos de los ‘bloggers’ más nombrados, podría dar la impresión de que los weblogs han llegado para aniquilar en poco tiempo a los medios de comunicación tradicionales, y me parece que estamos muy lejos de eso.

Según un estudio realizado a principios de 2005 por el Pew Internet en EEUU, el 9% de los internautas de este país han creado weblogs y el 25% de los usuarios los lee en alguna ocasión. Dado el enorme número de blogs existente, la inmensa mayor parte de los mismos tienen audiencias absolutamente minoritarias; a menudo los lectores pueden contarse con los dedos de una mano. De hecho, son muy pocos los blogs que consiguen atraer a miles de usuarios.

El poder de los blogs, por tanto, se centraría en la fuerza dispersa que puedan tener millones de pequeños actores actuando más o menos por su cuenta en la red, sin seguir las directrices marcadas por nadie, y en la repercusión global que tenga el tiempo creciente que los usuarios de Internet dedican a los mismos, en detrimento a veces de los medios tradicionales.

Cierto es que el mercado de la información presenta un carácter crecientemente atomizado, y que la búsqueda de las ‘microaudiencias’ se está convirtiendo en una prioridad para las empresas periodísticas de todo el mundo. Por este motivo, son cada vez más habituales las iniciativas en forma de blogs lanzadas por los medios de comunicación online. En parte porque el formato blog ofrece una agilidad y frescura de la que adolecen en muchos casos los esquemas y formatos informativos más tradicionales. Además, permite incorporar de manera muy sencilla y directa la participación de los lectores, dando así respuesta a una de las principales asignaturas pendientes que tienen los medios de comunicación: la de incorporar a su discurso un mayor número de voces, más representativo del mundo y de la sociedad en que vivimos.

También las empresas están descubriendo las posibilidades que ofrecen los weblogs. Algunas han empezado a utilizarlos para difundir de un modo más atractivo –y en muchos casos más imaginativo- sus productos o servicios. Al mismo tiempo, en muchos casos los blogs permiten detectar de un modo muy rápido y eficiente tendencias que pueden tener una gran repercusión en la vida de la empresa. Los comentarios publicados en centenares de blogs pueden desvelar en cuestión de horas, por ejemplo, el grado de aceptación de un determinado producto o idea. Así, cada vez son más las empresas que han incorporado a sus rutinas informativas y de análisis de mercado el seguimiento de los weblogs de referencia en su sector.

El futuro nos dirá hacia dónde evolucionan los blogs, aunque todo parece indicar que su fuerza y trascendencia persistirán. El libro de Rebecca Blood arroja mucha luz sobre este fenómeno y, por tanto, resulta de gran utilidad para autores actuales y futuros de weblogs, para los lectores de los mismos y para cualquier persona interesada en conocer un poco mejor este fenómeno comunicativo.

Como verán, empezar un blog es tarea fácil. Mantenerlo activo supone un reto. Y lograr una audiencia importante es algo muy difícil, aunque no imposible. ¡Mucha suerte a quienes lo intenten! Seguro que en estas páginas encuentran parte de la inspiración necesaria.

Ismael Nafría
Periodista. Subdirector de Contenidos de Prisacom
www.ismaelnafria.org

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