06 febrero 2006

Pedro Sorela

Pedro Sorela pertenece a dos dispersas familias de viajeros (su abuelo encabezó una de las últimas expediciones españolas de exploración por África) y ha vivido en varios países. Ha escrito Aire de Mar en Gádor, Viajes de Niebla, Trampas para estrellas y Cuentos invisibles, entre otras narraciones.  Recientemente ha publicado Ya Verás, una nueva novela sobre la complejidad de las identidades. Pedro Sorela nos ha concedido una entrevista en exclusiva para que los lectores de Dosdoce podáis conocer mejor su nueva obra.

Revista Dosdoce: Ya verás. Con este título no va a haber quien se le resista…

Pedro Sorela: Eso es exactamente lo que piensa Bernard, un piloto que, después de "secuestrar" a una muchacha que iba hacia un aeropuerto, y besarla en el taxi, la lleva a otro aeropuerto, más clandestino, y la invita a subir a su avioneta, un viejo Aleros de los 50. Y cuando ella le pregunta: "¿Adónde me llevas?. Él le da "la única respuesta que ningún viajero puede resistir": "Ya verás".

Revista Dosdoce: En su novela hay una enorme crítica a la sociedad, a la xenofobia, a la diferencia de clases, al sexo sin calidad. ¿Era su intención escribir una novela con trasfondo satírico?

Pedro Sorela: No. Un novelista escribe una historia. Desde mi punto de vista, si está escrita con ganas, su visión de la sociedad inevitablemente se trasluce. De todas formas, junto a esa crítica espero que lo que haya sea compasión. La comprensión, la compasión, sigue siendo lo que importa en un novelista.

Revista Dosdoce: He visto pequeños guiños al lector, metáforas, fantasía, misterio y auténticos giros; ¿quería jugar con el lector?

Pedro Sorela: No, jugar no. O sí, si por jugar se entiende que alguien lea. Quería comunicarme con él. Contarle cosas que sólo se pueden contar con la escritura -pese a lo que pretende hacernos creer el cine-, y supongo que son esos giros de los que habla.

Revista Dosdoce: La estructura de su novela es bastante compleja; saltos entre continentes, sutil paso de un personaje a otro, cambios en el tiempo. Con algún sentido, supongo.

Pedro Sorela: Nunca pensé que fueran complejos, y ahora me quedo pensando en por qué. Supongo que porque ahora estamos más acostumbrados a historias menos largas en el tiempo y con mayor unidad de lugar. No, mi intención fue simplemente contar desde puntos de vista significativos, en el tiempo y en el lugar. Tratándose de viajeros… Porque lo que define a los personajes es que se trata de viajeros. De todas formas he procurado no proponer mayores dificultades que las necesarias, y así lo han visto los primeros lectores. Se pretende que esos "cambios" sean hechos como algo inevitable. Igual que la música.

Revista Dosdoce: Reconozco que en algún momento me perdí entre la voz del narrador en primera persona, luego en tercera, entre los saltos de unos personajes a otros que antes le comentaba. ¿Ha decidido romper con todas las reglas?

Pedro Sorela: No, para nada. El narrador se encarna en primera persona en los momentos de la novela en que lo considera necesario y cuenta lo que le ocurre a "el", el narrador. Y en tercera cuando relata lo que podríamos llamar "la historia", la central. Y que está contada con "lo que le contaron", "lo que intuye" y "lo que imagina". Esa es la principal aportación de la novela desde el punto de vista formal: considerar igual lo probado y lo imaginado. Ese diálogo entre imaginación y realidad, y el problema de "la autoridad" del narrador, está como sabemos en el corazón mismo del debate sobre lo que es hoy "contar".

Revista Dosdoce: Soledad es un personaje muy tierno, con una mirada muy original: a primera vista simple, infantil incluso, pero a medida que avanza la novela es un personaje que engancha por su profundidad. ¿Por qué elige una mujer y azafata, una profesión que en principio parece algo frívola?

Pedro Sorela: Justamente lo que demuestra Soledad es que no hay profesiones frívolas. Todo depende de cómo se vivan. Y Soledad es, o procuro que sea, profunda, como dice, y gracias a ello redime su trabajo que si bien se mira es bastante cargante: venga a meter y sacar bandejas de un carrito. Elegí a una azafata como personaje central porque ese oficio me daba la máxima libertad para lo que quería contar: no hay fronteras en el aire. Y porque el viaje es de momento el tema central de lo que escribo. Y lo que procuro vivir.

Revista Dosdoce: Un lugar, Tres de Marzo, vuelve a aparecer en una de sus novelas y casi parece un personaje más. Pero en Ya verás los lectores descubrimos de qué ciudad se trata. ¿Por qué decide revelarlo?

Pedro Sorela: No lo sé muy bien. Por necesidades de la narración, supongo, pero también, como me dijo una amiga lectora que conoce todo lo que he escrito, porque, "probablemente con esta novela termina un ciclo". Yo así creo que es. Con ella he terminado de dibujar una especie de mapa, de ideología… Pero esa sensación siempre se produce después de una novela. Más con esta.

Revista Dosdoce: Ya verás… se lo agradecerán las azafatas. ¿No lo patrocinará Iberia?

Pedro Sorela: Es una idea, que no me importaría que sugirieras, así como quien no quiere la cosa. (Aunque, entre nosotros, te diré que alguno me ha preguntado si me volverán a dejar subir a un avión. Espero que sí. Según qué distancias, es agotador andar en tren)… Y a pie, no veas.

Entrevista realizada por Beatriz Henao, corresponsal de la Revista Dosdoce en el País Vasco.

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