Amazon, Facebook, Google y la privacidad en la Red
Últimamente no paran de llegar noticias y debates sobre la privacidad en la Red a propósito de algunas redes sociales como Facebook o la visibilidad no siempre deseada en Google. Ahora también se plantea de nuevo la cuestión a propósito de la decisión de Amazon de borrar los ejemplares de las novelas de Orwell, “1984” y “Rebelión en la granja”, de los lectores electrónicos Kindle de sus usuarios. La razón ha sido porque resulta que Amazon no tenía los derechos digitales de dichos títulos. De modo que cientos de usuarios vieron como se eliminaban sin previo aviso estos dos clásicos de la literatura del Siglo XX de su e-reader. Unos libros que habían comprado y que pensaban que tenían en propiedad. Un error editorial y jurídico interno que ha descubierto la capacidad de injerencia en la privacidad de los usuarios.
En Estados Unidos se están haciendo verdaderos esfuerzos para que en el Congreso se apruebe una nueva legislación sobre la privacidad del consumidor. Google –que en cuestiones de privacidad puede delegar en el webmaster que tiene los datos del usuario, puesto que el buscador sólo “ordena el mundo” en Internet- y Microsoft han expresado su apoyo para esta nueva legislación que establecería normas para preservar la intimidad de los usuarios en Internet, aunque aún están en desacuerdo con otros grupos de interés público sobre la forma en que esta legislación debe ser puesta por escrito.
Desde Facebook se afirma que los usuarios deben elegir qué tipo de información comparten con los anunciantes. A la vez, desde el partido republicano expresaron su preocupación por la imposición de nuevas regulaciones sobre la industria y también se mostraron favorables a que la autorregulación sea la mejor opción.
Mientras, los reguladores europeos han establecido pautas de funcionamiento para Facebook, MySpace y otras redes sociales con la intención de garantizar que se cumplan las leyes de privacidad en un intento de abordar las crecientes preocupaciones sobre el manejo de información personal de los usuarios. Algunas de las propuestas de base han sido que las redes y sitios web sean de fácil configuración para las opciones de privacidad; que los usuarios sean advertidos de que las imágenes sólo pueden ser subidas al sitio con su consentimiento; los sitios deben establecer periodos máximos para poder retener los datos sobre los usuarios ya inactivos; una vez abandonada la cuenta, los datos deben suprimirse; los usuarios deben tener la posibilidad de adoptar un seudónimo.
En general, con estas pautas se pretende que los sitios pongan la opción de configuración de seguridad predeterminada en un nivel más alto y a su vez permitir a los usuarios limitar el acceso a los datos a terceros. Las recomendaciones hechas también tratan de limitar el uso de cierta “información sensible”, como raza, religión u opinión política, datos éstos que son objetivo de la publicidad y de las empresas, así como los son cualquier aspecto que quede reflejado sobre la actividad de los usuarios en la Red.
Como vemos, parece que es en estos momentos cuándo tenemos que preguntarnos qué tipo de sociedad digital queremos crear. ¿Qué medidas debemos exigir a las empresas que están construyendo el nuevo ecosistema digital para garantizar un mercado transparente y que proteja los derechos de los consumidores de contenidos digitales? Los consumidores tienen derecho a saber el modo en que se recaban, se utilizan y se conservan sus datos personales relacionados con la compra de libros, búsquedas en Internet, conversaciones en redes sociales, etc. La tecnología va siempre por delante y luego llegan las leyes para reparar los excesos cometidos por las empresas que por naturaleza son ambiciosas.
Apenas queda algo gratis en la vida, en realidad todos estos supuestos servicios gratuitos (Google, Facebook, YouTube, etc.) los pagamos con la cesión de nuestros datos personales para fines comerciales. Acabamos de leer que las empresas abogan por la autorregulación pero los derechos fundamentales de la ciudadanía nunca se deberían dejar en manos de la autorregulación de la industria. La gestión de la privacidad en la sociedad digital va a convertirse en una de las áreas de mayor atención por parte de los ciudadanos. Y es un debate que nos concierne a todos.