Los ebooks frente a Internet y la televisión
Hace apenas un par de meses los informativos abrían con la noticia de que Internet ya superaba a la televisión en número de usuarios y en cantidad de tiempo que se le dedicaba. Son sobre todo los más jóvenes los que han marcado esta tendencia, pues su mundo es otro, el ámbito digital.
Con la llegada de los ebooks muchos se preguntan si este nuevo formato, así como los soportes que hace posible leerlos, iban a atraer más lectores. Lo cierto es que la manera de disfrutar del ocio ya está cambiando, lo cual incluye también a la lectura.
Según el Sondeo «American Time Use» de la Oficina de Estadísticas Laborales, los estadounidenses ocupaban en el 2008 su tiempo de ocio para la lectura según la edad: las personas de 75 años utilizaban un promedio de 1,2 horas de lectura en fin de semana y 0,3 horas (unos 17 minutos) para juegos o para usar el ordenador como herramienta de ocio. Por el contrario, las personas de entre 15 y 19 años utilizaban para leer un promedio de 0,2 horas (10 minutos) al día, mientras en fin de semana cerca de 1,0 horas para juegos o para usar el ordenador.
De tal modo que los hoy adolescentes, la próxima generación de lectores, más habituados y consumidores del mundo digital, están utilizando aproximadamente 10 minutos al día para leer, mientras que la generación anterior del “baby boom» (que también están impulsando el auge de la lectura digital) pasan 1,2 horas al día leyendo. Esta diferencia tan grande no va a terminar si se continúa con el retraso del ritmo de la disponibilidad de libros digitales.
En la economía de la atención en la que vivimos ¿cómo pueden los editores atraer el interés de los lectores ante tanta competencia de ocio y entretenimiento? Como se dice en el artículo, las editoriales deben apostar por la disponibilidad en cualquier parte, a cualquier hora y en cualquier soporte (PC, ereader, iPhone, etc.) de sus libros.
Por otra parte, los libros electrónicos enriquecidos con funcionalidades multimedia pueden ser parte de la respuesta.
No creo que la mayor disponibilidad de libros electrónicos vaya a suponer un aumento del tiempo dedicado a la lectura por la última generación de nativos digitales.
Me cuesta imaginarlos leyendo en el ordenador, y casi ninguno de ellos posee un e-reader, dispositivo que parece interesar mayoritariamente a la generación anterior del baby boom.
Aun cuando las editoriales hicieran un esfuerzo para hacer disponibles sus catálogos en formatos digitales, seguiríamos teniendo una generación a la que no le interesa la forma de leer tradicional de concentración en la lectura de página tras página.
Hola Ismael
Coincido en parte con tus observaciones
No creo que una mayor oferta de libros electrónicos en su formato y enfoque actual, mera literatura digitalizada, vaya a atraer a los jóvenes lectores.
El mundo del libro debe asumir que los hábitos de lectura y escritura están experimentando una transformación radical. Los libros electrónicos de la futira edición digital no tendrán nada que ver con la lectura lineal de concentración de página tras página, pero también será lectura 🙂
Desde hace tiempo llevamos diciendo en este blog que los lectores de libros electrónicos (literatura digitalizada y futura literatura digital) no leerán esos contenidos en dispositivos dedicados (ereaders).
Varios estudios señalan que la gente está leyendo libros en pantallas de ordenador. Aunque nos cueste admitirlo leemos en pantallas de PC y portátiles más de lo que sospechamos. En un futuro próximo creo que leeremos en tabletas y netbooks con pantallas mixtas y en dispositivos móviles inteligentes.
Javier
Coincido en todo lo que comentas, Javier, pero llevo tiempo pensando en cuáles son los parámetros que se usan para decidir qué es lectura, y qué tiempo se dedica a ella.
Porque los jóvenes nativos digitales leen más de 10 minutos al día, como es obvio. Puede que no sea un libro electrónico, pero sí una web, o un blog.
Dado que los criterios de medición de los hábitos de lectura no están claros y desde luego no funcionan, es difícil sacar más conclusiones que las evidentes de ellos.
achacar que los más jóvenes no leen, a la no existencia de libros electrónicos es un poco osado. Los jóvenes no leen libros porque prefieren otras formas de ocio más audiovisuales e interactivas pero mucho menos imaginativas y enriquecedoras. Los editores pueden experimentar con todo tipo de cosas, como los prometedores libros interactivos, pero la realidad es que las nuevas generaciones prefieren navegar en internet y gilipollear en facebook y youtube, antes que leer o ver la tele; y eso, no lo podemos cambiar ni regalando jamones con los libros…
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