Apps que predicen lo que necesita el usuario

El siguiente paso en los algoritmos y sistemas de búsqueda, incluso más allá de la web semántica, sería la predicción.

Como señala un artículo del New York Times, muchas compañías están trabajando en aplicaciones cuya principal función es adelantarse a lo que los usuarios quieren.

Junto a las crecientes tecnologías basadas en la computación afectiva en torno al conocimiento de las emociones del usuario, este tipo de sistemas de búsqueda predictiva van a jugar un importante papel en los hábitos de consumo. Y, cómo no, todo a través del móvil.

Además, con estas tecnologías ni siquiera hace falta entrar en un buscador, sino que con el uso y gracias a todas las funcionalidades del móvil (geolocalización, búsquedas, hábitos, calendario, etc., según), serán las aplicaciones las que se anticipen a dar el servicio.

Si unimos esto a las mencionadas tecnologías emocionales o a la “tecnología ponible” (aquella de llevar encima puesta, en la ropa o accesorios), es posible que al final estemos mucho más cerca de esa imagen de cyborgs que a unos tanto les agrada y a otros tanto les repele. En realidad, no se trata más que de tecnología que ofrece un servicio de la que el usuario puede o no puede hacer uso, según su gusto o criterio.

El acento se debe poner, como siempre, en saber a quién les estamos dando tanta información personal, qué se va a hacer con dicha información, cuánto de nuestra privacidad nos va a costar usarla, etc. Además, como se señala en el artículo, habrá servicios y aplicaciones con más éxito o utilidad en determinados segmentos de población.

Para aquellos más influenciados por lo digital, es posible que consideren que toda la gran cantidad de información diaria que tienen que gestionar, lo sea por aplicaciones y servicios que filtre o faciliten esa información adelantándose a sus decisiones.

La duda es saber el grado de acierto en la predicción de estas aplicaciones. Hasta dónde van a ser capaces de adelantarse hasta a nuestros cambios de humor, o de agenda.

De momento, parece que en asuntos más cotidianos el nivel de acierto puede ser alto. Que nos digan a qué concierto, exposición u obra de teatro asistir según nuestros gustos, qué librería visitar primero cuando viajamos, eso ya es posible.