Los museos en tiempos de la transformación digital
Hace unos meses, desde Dosdoce, presentamos un informe sobre los “Museos en la era digital”. Pues bien, desde el grupo Arup en Londres acaban de sacar otro estudio similar, y con el mismo título en el que también se habla de innovación y dinamismo necesarios para el futuro de los museos.
Según este informe, el futuro de los museos pasa por ofrecer un contenido personalizado, por la sostenibilidad y también incide en la importancia de centrarse en la experiencia del visitante, como también proponemos en nuestro informe y en diversas ocasiones desde este mismo blog. Experiencia, recordemos, tanto online como offline.
Un aspecto interesante de este informe es el que atiende al público de los museos, cada vez más dispar, por una parte sujeto al envejecimiento general de la población mundial a la vez que unido a la “generación Facebook” y la tendencia al “consumo” de arte de masas. Presumimos que la necesidad de redefinir el público objetivo de los museos va a ser fundamental para la buena gestión de los mismos.
Se sugieren tres espacios de trabajo básicos arriba mencionados: la experiencia inmersiva, la movilidad de los museos y la sostenibilidad de los mismos.
La experiencia inmersiva pasa por los nuevos soportes (tabletas, smartphones) y por los nuevos medios o herramientas de comunicación social (Facebook, Twitter, etc.). A esto se le sumarán cada vez más tecnologías como la realidad aumentada o el software de reconocimiento facial, que se convertirán en parte integral de las visitas para mejorar la experiencia física. Otras tecnologías como la impresión en 3D para reproducir obras exactas para exposición o venta también serán cada vez más habituales.
En cuanto a la movilidad, aquí también se pone el acento en la importancia de pensar en el museo y sus contenidos fuera de la lógica del espacio y tiempo del museo y las visitas físicas. El acceso a colecciones digitales, visitas guiadas, proyectan los contenidos y el valor de los museos fuera de sus muros.
En cuanto a la sostenibilidad de los museos, prevén controles inteligentes y sensores para gestionar los sistemas de refrigeración de agua y calefacción y con mayor eficacia. Algo que puede ayudar de igual modo a la conservación de las obras. Este control inteligente no deja de ser tecnología. Y también para hacer del entorno de los museos espacios físicos utilizables. Por tanto, los museos cada vez más dejarán de ser sólo museos para pasar a ser espacios culturales diversos.
Otra perspectiva sobre el futuro de los museos que apunta a la necesaria transformación y evaluación constante de este tipo de entidades culturales para adaptarse a un nuevo tiempo.
Desde mi punto de vista, el informe presentado por el grupo Arup, enfocado hacia dos lemas muy habituales en nuestro tiempo como son innovación y dinamismo, defiende una experiencia personalizada, o sea, individualizada, en la visita al museo, al tiempo que abre la puerta para equiparar la experiencia «on-line» con la «off-line». Mucha tecnología y mucha promoción de contenidos sin el más mínimo afán educativo.
Con las propuestas de la experiencia inmersiva y la movilidad se atiende a los soportes tecnológicos como medio de ilustración del visitante, se incide en la siempre necesaria segmentación del público potencial, pero al mismo tiempo se prescinde del entorno social, del lugar y de la compañía de otros visitantes. Esto es pertinente para el desarrollo de una experiencia, no necesariamente rica en la asimilación de contenidos, sino en la promoción de capacidades y sensaciones que redundan en una mayor confianza en uno mismo, la promoción de una consciencia crítica, el desarrollo de habilidades comunicativas en sociedad, la capacidad para respetar las opiniones ajenas, la oportunidad de aprender a mirar y descubrir los lenguajes visuales del arte o de las representaciones históricas, el desarrollo de su capacidad analítica. Todos estos parabienes no los ofrece la tecnología por sí misma, más bien requieren de una vivencia presencial y en grupo.
El museo, como poderosísimo agente educativo, no debería fomentar aquellos «entornos» que nos empujan a un individualismo sin amparo, a la asunción del conocimiento huero, al aislamiento social. La tecnología, por muy desarrollada que esté, no puede ser un fin en sí mismo, sino una herramienta para la promoción educativa in situ de todos los beneficios que los museos nos ofrecen. No debemos resignarnos a una experiencia pasiva, en la que se nos digan «grandes verdades» y ante las cuales solo tengamos que asentir y asumirlas. Ayudemos a la gente a formar parte de experiencias en común, donde puedan generar conocimiento propio y disfrutar junto a otras personas del lugar y de las herramientas que para su aprendizaje se ofrecen. No aislemos a la gente en los museos, por favor.
Totalmente de acuerdo con Pedro. Yo aportaría que Lo que provocarà la evolución de los museos no será el uso de la tecnologia, sinó la capacidad de las instituciones museisticas de introducir al cidadano en sus procesos de creación de sus mensajes. Introducir al ciudadano en la creación del mensaje significará hackear (desde el punto de vista positivo) los mensajes «oficiales», «únicos», y unidireccionales. Y los convertirá en complejos, ricos, participativos… O sea deberíamos evolucionar los museos dejando atrás las estructuras modernas y entrar en las post-modernas.
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