Libros de papel que hablan y entienden a los niños

La tecnología, como elemento de la personalización, va a tender cada vez más a la interacción y a la anticipación.

En el caso concreto de la tecnología en entornos infantiles –bien como juego o como elemento educativo- estamos viendo algunos casos en los que los juguetes pueden responder a sus pequeños dueños de manera inteligente. Es lo que se está llamando el “Siri para niños”, es decir, la tecnología de Siri insertada en diferentes juegos.

Hemos sabido de dinosaurios que pueden responder a muchas preguntas de los niños –y con ello hacer que estos aprendan-, contar historias, resolver problemas de ortografía, vocabulario y matemáticas, y, con cada una de esas acciones, ir evoluciona do y creciendo, con el consiguiente perfeccionamiento del sistema de personalización.

Otro ejemplo –seguro que más conocido- es el de la nueva Barbie que también pude conversar con l@s niñ@s: analiza el discurso de sus dueñ@s para dar respuestas coherentes.

Estos juguetes conectados, su tecnología, se podrían llevar al terreno de los libros, también de papel. Ya hemos visto cómo se pueden poner sensores a los libros o hacer que sus cubiertas reconozcan a sus lectores. El juego –que no la gamificación– puede resultar un elemento ideal para la educación a través de la lectura, más su el juego interactúa a través de la conversación.

Por tanto, ¿qué mejor que sumar en libro las posibilidades de esta tecnología con el placer de la lectura? Si ya hemos visto apps educativas de toda clase y condición, y libros con espíritu de videojuego, un buen paso siguiente sería dotar a los libros de papel del don del habla.

¿Qué os parece la idea?