22 diciembre 2016

Narrativas ‘artificiales’ y derechos de autor

Robot with shield and copyright symbol on it. Isolated over white, vía Shutterstock

Sin duda, uno de los temas del año, y del año que entra, es del de la inteligencia artificial. Desde sus usos para marketing, hasta lo chatbots y algoritmos cada vez más humanos, es un tema que va a seguir generando muchas novedades y noticias.

Dentro del sector editorial también se comenta cómo estas inteligencias artificiales, robots u algoritmos cada vez están más cerca de poder escribir sus propias historias, libros o relatos. De hecho, ya hay plataformas de noticias de nicho que también usan bots que, a partir de varias noticias, pueden crear su propia redacción de dicha información, si bien luego esta es revisada por redactores ‘humanos’.

No se trata de ver estas tendencias como una amenaza, sino como una oportunidad de enriquecimiento y de apoyo a los escritores, por ejemplo en el proceso de creación de sus obras.  Todavía faltan muchos años para que las máquinas sustituyan al autor, pero siempre viene bien adelantarse a los tiempos, abriendo un debate que nos permita afrontar mejor el futuro.

Por ese motivo, y al hilo de un artículo publicado hace tiempo en Book Machine, nos preguntamos cuáles pueden ser las consecuencias e implicaciones de esta tecnología en cuanto a los derechos de autor.

Ya existen experimentos en narrativa multimedia o juegos interactivos en los que el curso de la historia varía en función de las decisiones del lector o jugador, como los de AdrenaLivre, por poner un ejemplo reciente. En estos casos, la inteligencia artificial se encarga también de que la interactuación sea lo más real posible, gracias a la recopilación de datos e información del móvil del usuario, llevando así la experiencia de lectura a un nivel de personalización hasta ahora desconocido.

Tanto en estos casos como en aquellos en los que se hable de obras escritas por un ordenador de la manera tradicional, para una lectura lineal, a semejanza de cualquier escritor de narrativa, ¿cuál será el reparto de los derechos? ¿Deberán las editoriales adquirir los derechos de tales tecnologías para poder hacer el correspondiente reparto? ¿Cómo se dividirán los derechos entre desarrolladores y editores?

Como hemos adelantado, puede haber escritores que usen determinada tecnología de inteligencia artificial para escribir partes de su obra, quizá a modo de diálogo, también en narrativa multimedia (ya sabemos que las posibilidades de creación gracias al uso de las tecnologías son casi ilimitadas hoy en día). Es estos casos, la parte que atañe a ‘lo artificial’ ¿deberá cobrarla también el autor, el desarrollador o quizá restarlo porque se trate de una tecnología de libre acceso?

Conviene tener presentes todas estas posibilidades de creación y otras que lleguen para definir bien el espacio de los derechos de autor, del mismo modo que ocurrió con la irrupción de los formatos digitales.

Seguro que hay quien piensa que con estos planteamientos estamos corriendo demasiado, pero no somos los únicos: el parlamento europeo está estudiando la posibilidad delinear los derechos y obligaciones de los robots, dado lo rápido que está yendo la investigación y desarrollo de esta disciplina.

 

 

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