Implicaciones de la tecnología blockchain en el sector editorial
La tecnología blockchain se está abriendo camino –como anunciábamos– dentro del sector editorial.
Tanto que en el pasado Congreso del Libro Electrónico de Barbastro, el premio al proyecto más innovador fue para la compañía Creative Chain, que hace uso de esta tecnología para enfocarla a la gestión de las diferentes licencias Copyleft, y con ello ayudar a dar visibilidad a los creadores que trabajan con este tipo de licencias Creative Commons, así como a poder financiarse gracias a su trabajo.
Incluso han surgido experimentos para demostrar las posibilidades de control de los blockchain en ediciones digitales, como en A Universe Explodes, un ebook que se destruye con cada préstamo.
¿Cuáles pueden ser las implicaciones de esta tecnología en el sector cultural? Hay que partir de la base de que los blockchain consisten en una “base de datos distribuida, formada por cadenas de bloques diseñadas para evitar su modificación una vez que un dato ha sido publicado usando un sellado de tiempo confiable y enlazando a un bloque anterior”.
De modo que es especialmente adecuada para almacenar de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de modificación ni revisión. Es decir, desde el punto de vista del creador de contenidos digitales, permite que este pueda proteger y demostrar la creación original de tales contenidos, a pesar aceptar transformaciones y réplicas posibles posteriores del archivo primero. Dentro de la perspectiva de un modelo de pago o de negocio que conlleva esta tecnología, cada nuevo bloque que se escribe podría recompensar al creador que lo ha escrito con Bitcoins.
Pero fuera de una mera transacción financiera –dado que la información que se puede almacenar en los blockchains no se limita a las transacciones financieras- esta tecnología se podría usar como un libro de contabilidad para los derechos de autor; es decir, implementar la manera de establecer una cadena de bloques de red donde quedan explicitados los detalles de derechos de autor, lo que ayuda a establecer, buscar y encontrar al titular autorizado de tales derechos.
Con ello, los editores podrían reducir el tiempo de descubrimiento y coordinación asociado con la búsqueda y establecimiento de nuevos contratos. La red podría también proporcionar detalles en tiempo real sobre las tenencias de derechos en toda la industria sin la necesidad de una autoridad central. Esto, no obstante, no supondría sustituir iniciativas de gestión de derechos de autor.
También se podrían sino para implementar contratos inteligentes que no sólo contienen los términos de dichos contratos, sino que incluso podrían actuar mediante la programación de aspectos del acuerdo una vez que se cumplen los términos específicos, incluyendo redes de distribución y tiendas online y físicas, donde cada contrato podría resolverse automáticamente bajo los costos y regalías establecidos.
Por último, la tecnología puede ser lo suficientemente sofisticada como para descentralizar el actual modelo corporativo, reemplazando las funciones agrupadas de las empresas editoriales en servicios distribuidos, así como permitir a los creadores de contenidos una mayor visibilidad y flexibilidad sobre cómo se publica y difunde su trabajo.
Estas son sólo algunas de las muchas implementaciones posibles de los blockchain en la industria editorial. Pronto las editoriales tendrán que investigar más profundamente e invertir es esta área según las implicaciones que vayan descubriéndose.