Implicaciones de la inteligencia artificial en la edición académica
Springer Nature publicaba hace unos meses, de manera experimental, un libro escrito por una inteligencia artificial.
Esta noticia no sería tan novedosa –cada vez vemos más casos de textos ‘escritos’ por robots– si no fuera porque en este caso se trata de un texto académico, cuyos resultados y consecuencias tienen otro cariz, ya que irían destinados al estudio.
Aunque en realidad el texto autogenerado se acerca más a una compilación de otros 150 libros, en concreto sobre las baterías de iones, Springer quiere demostrar las posibilidades de estas tecnologías como recurso académico, y editorial.
En ScholaryKitchen han entrevistado a sus responsables, Henning Schoenenberger, Director de Datos y Gestión de Metadatos en Springer Nature, y el Dr. Christian Chiarcos, del laboratorio de Lingüística Computacional Aplicada en Universidad Goethe de Frankfurt para conocer el posible alcance de la inteligencia artificial en los textos académicos, beneficios y desafíos posibles.
Según ellos, la inteligencia artificial ofrece prometedoras oportunidades para generar contenido científico de manera automática con la ayuda de algoritmos, si bien hay que investigar las implicaciones y riesgos potenciales del contenido generado por una máquina en publicaciones académicas.
Con este primer caso han querido, de momento, proponer una solución potencial al problema de la sobrecarga de información de manera eficiente. Esto facilita a los lectores obtener una visión general de un determinado campo de investigación en un corto período de tiempo, en lugar de leer cientos de artículos publicados. Además, los lectores siempre pueden identificar y hacer clic en la fuente original para profundizar y explorar más el tema.
No obstante, en el presente ejemplo publicado han decidido no pulir o copiar manualmente ninguno de los textos para resaltar el estado actual y los límites resultantes del contenido generado por la máquina. Si bien hay que tener en cuenta lo técnico del tema que trata el libro, en ocasiones farragoso, por lo que una análisis estilístico en este caso no es la mejor manera de analizar los resultados.
En cuanto a las consecuencias editoriales desde una perspectiva de negocio, sus desarrolladores esperan que en algún momento el contenido generado por máquinas se convierta en un modelo de negocio escalable, si bien prevén que este tipo de textos es posible que den un tipo de contenido nuevo, aún por explorar del todo, con características específicas que aún no son totalmente previsibles.
En cuanto a la eterna cuestión de si este tipo de ensayos suponen una previsible sustitución de los autores por los robots, su respuesta es clara: los artículos y libros de investigación escritos por investigadores y autores continuarán desempeñando un papel crucial en la edición científica. La inteligencia artificial todavía no puede generar nada similar a un artículo de investigación significativo y de completo alcance.
Este tipo de libros ‘escritos’ por robots no serían otra cosa que una opción complementaria más.