09 septiembre 2020

¿Tiene sentido demandar a Internet Archive por la digitalización de PDFs?

El pasado mes de junio las editoriales Penguin Random House, Hachette, HarperCollins, Wiley y Simon & Schuster, coordinadas por la Asociación de Editores Estadounidense, denunciaron a Internet Archive.

El motivo fue que debido al cierre de escuelas y bibliotecas públicas físicas por el confinamiento, Internet Archive modificó la política de lista de espera y ofreció préstamos de su catálogo de 1.4 millones de libros electrónicos en versión PDF. El objetivo era que todos los estudiantes pudieran acceder a ellos sin problemas durante el confinamiento.

La Biblioteca Abierta del Internet Archive cuenta con un catálogo de alrededor de 4 millones de libros digitales, 2,5 millones de los cuales son de dominio público y 1,4 millones están sujetos a derechos de autor y por tanto a restricciones de préstamo, pero la mayoría de estos 1,4 millones títulos no tienen una versión digital (ebook o audiolibro) debido a que son libros descatalogados, es decir no son novedades ni títulos muy comerciales. 

Según las editoriales, la medida excepcional tomada por la IA de dar acceso a esos títulos es una vulneración  de los derechos de autor, llegando a llamar a la plataforma la mayor biblioteca pirata del mundo. Hemos de señalar que la digitalización de tales libros se ha hecho en formato PDF y  sólo accesibles durante dos semanas de préstamo.

Debemos recordar que las bibliotecas compran, conservan y prestan libros, ya sean en papel o digital. Este ha sido el modelo de las bibliotecas desde hace siglos. Pero si a partir de este demanda, las bibliotecas no pueden comprar, preservar y prestar el libro que quieran en cualquier formato, si  se convierten en un mero servicio de distribución de las editoriales, entonces tenemos un grave problema en nuestra sociedad.

Si el sector editorial mantiene el control sobre cada libro, quién puede leerlo, cuándo se le permite leerlo, si se le permite leerlo, y puede evitar que cualquier biblioteca pueda comprar un libro una sola vez y prestarlo sin tener que pagar  por cada préstamo que se realiza, entonces vamos mal encaminados en la era digital.

En principio, la denuncia por parte de las editoriales no parece tener mucho sentido. La función de Internet Archive en ese periodo de confinamiento era la de dar un servicio como la de cualquier biblioteca digital. ¿Merecía la pena llegar a una demanda?

Desgraciadamente, el trasfondo de esta demanda es que las bibliotecas no pueden comprar, no pueden preservar y no pueden prestar como lo hacían en el mundo analógico. Las bibliotecas han operado con esos principios durante miles de años, recopilando, preservando y compartiendo conocimientos sin fines de lucro, prestando un servicio público. Durante muchos siglos, muchos lectores sin recursos han sido los beneficiarios y usuarios explícitamente previstos de las bibliotecas.

Andrew Albanese, redactor en Publishers Weekly, señalaba algo parecido en un podcast para Beyond the Book. Según Albanese Internet Archive hace lo que las bibliotecas siempre han hecho: comprar, recopilar, preservar y compartir nuestra cultura común. “Su teoría legal –añade- no probada de los ‘préstamos digitales controlados’ (CDL) es –supuestamente- un esfuerzo legal y de buena fe diseñado específicamente para reflejar los préstamos tradicionales de bibliotecas en línea”.

“Contrariamente a las acusaciones de los editores –continúa- Internet Archive y los cientos de bibliotecas que apoyan CDL, no son piratas ni ladrones, son bibliotecarios, que se esfuerzan por servir a sus clientes online  tal como lo han hecho durante siglos en el mundo físico”.

Internet Archive y las bibliotecas que han comprado los libros que han prestado pagarían por el escaneo en formato digital, pero esa opción no está disponible para ellos por limitación de las editoriales. La única opción disponible para las bibliotecas es adquirir una costosa licencia temporal de préstamo de libros digitales que deberían renovar cada 26 préstamos.

Según Albanese, los editores y los autores no van a ganar nada con esta demanda: “Honestamente, una victoria en los tribunales sobre este tema no significará más ventas de libros para las editoriales dado que no son libros comerciales, pero los usuarios de la biblioteca de Internet Archive obtienen un gran beneficio social y educativo a través de este programa».

Continúa Albanese: “¿Por qué las editoriales no venden la posibilidad de escanear una versión en formato PDF a bibliotecas de los libros en papel que han comprado? ¿Por qué el sector editorial lleva este caso a los tribunales para defender la práctica de no vender archivos PDF a las bibliotecas? ¿Realmente no existe una solución de mercado? (…) Sinceramente, no creo que  los PDF compitan con los libros impresos o los digitales».

En conclusión. En caso de que ganen la demanda en los tribunales, ¿qué ganan comercialmente el sector editorial o los autores? Muy poco o nada.

En caso de que pierdan la demanda en los tribunales, ¿qué pierde el sector editorial? Mucha credibilidad.

¿Quién pierde si gana el sector editorial? La sociedad civil.

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