14 marzo 2024

La pionera librería digital Feedbooks echa el cierre

Una de las plataformas pioneras en distribución de ebooks en Europa, Feedbooks, echa el cierre de manera permanente.

Esta librería digital de origen francés fue creada en 2007, y  adquirida hace unos años por la empresa quebequense DeMarque, desarrolladores de la marca Cantook.

Sus creadores, Hadrien Gardeur y Loïc Roussel, comprendieron muy rápidamente las premisas de este nuevo mercado que comenzaba. Además, no temieron ir a Estados Unidos, a pesar de la férrea competencia que ya había entonces, para enriquecer su plataforma con catálogos anglosajones. Después distribuyeron libros en otros idiomas, también en español.

Entre su oferta ya había cantidad de libros autoeditados -la mayoría de ellos gratuitos-, muchos de ellos tenían que ver precisamente con el auge de este nuevo mundo digital en el sector editorial, y en todos los sectores de negocio en general.

La plataforma también nació con la ilusión de crear una biblioteca y entorno digital independiente y abierto, frente al ya gigante por entonces Amazon. Para ello colaboraron con bibliotecas y librerías. Entonces, las editoriales eran más que reticentes a unirse a este tipo de proyectos, incluso las francesas en un proyecto también francés.

En junio de 2019 llegó la quiebra de Feedbooks y su filial Aldiko; así, fueron compradas por la mencionada compañía quebequense De Marque en el marco de un plan de venta. Mientras, parece que la marca Cantook que se hizo cargo de la plataforma tiene previsto estrenar una nueva librería para el próximo mes de abril en Francia, Bélgica, Suiza y Luxemburgo.

Los usuarios de Feedbooks han sido avisados de que antes del 15 de marzo de 2024 podían descargar algunos ebooks para evitar perder el acceso a sus compras. Otros no los podrán migrar de una plataforma a otra, por lo que la plataforma se ha comprometido a gestionar caso por caso los inconvenientes que algunos clientes pudieran experimentar.

Con Feedbooks se va toda una época de descubrimientos diarios de un mundo que se presentaba nuevo y complicado, pero en verdad muy estimulante y que conllevó no sólo un cambio de paradigma, también una necesidad de aprendizaje permanente en el acomodado sector  editorial.

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