Alba Pérez del Río
Después del éxito obtenido con su estupenda primera novela, Jardín de Moras, la escritora Alba Pérez del Río presentó el pasado 22 de enero en la Casa de América de Madrid su segundo libro, El señor de Tambao, para el que ha utilizado Bubok, una de las nuevas plataformas de autopublicación.
Dosdoce ha entrevistado a la autora para hablar sobre su nueva novela y para conocer de primera mano las impresiones de una escritora consagrada con respecto a estas nuevas formas de edición.
Dosdoce: Tu primer libro nos describía el submundo en Colombia, la corrupción política, las diferencias de clases, la marginación social,… ¿Qué te ha llevado a abordar tan en profundidad en este segundo libro las siempre complicadas relaciones entre el corazón y la mente del ser humano?
Alba Pérez del Río: El deseo de contar lo devastador que puede resultar el afecto cuando nos gobierna.
Dd.: ¿Qué quieres transmitir con tu nueva novela?
A.P.d.R.: Quise retratar uno de los graves problemas que aquejan a Colombia: el narcotráfico. No me interesaba adentrarme en él como si se tratase de una serie policial. Quería darle una dimensión dramática, que sin lugar a dudas la tiene. El narcotráfico ha logrado permear y deteriorar todos los estamentos de la sociedad colombiana. Ha generado una enorme confusión alrededor del Mal porque, en buena parte de los casos, se relativiza. Tratar el narcotráfico como un drama que partía de una médula -como es una familia- y mostrar el daño grave que puede causar -aniquilamiento y destrucción- fue la metáfora que encontré para expresar mi visión sobre el problema.
Dd.: Iniciativas como Bubok y Lulu suelen ser consideradas plataformas de publicación para nuevos autores. ¿Cómo es que una autora consolidada como tú se ha animado a autopublicarse?
A.P.d.R.: Me animé por varios motivos. El primero surgió tras leer la biografía que hace Ana G. Dostoiévskaia de su marido Fiódor Dostoievski. En ésta cuenta cómo la novela Los Demonios fue producto de la autopublicación. Con esta elección el matrimonio Dostoievski perseguía no sólo ganar más dinero -algo que lograron- sino controlar la producción de la novela. Detalles como elegir el tipo de papel del libro era importante para ellos. Esta aventura de mi padre literario me pareció muy atractiva y quise emularla.
El otro motivo fue que no quería resistirme a las nuevas tecnologías. Ya me había pasado con el móvil. Durante un tiempo estuve renuente a comprar este aparato. El hecho de que te pudieran localizar a cualquier hora y en cualquier lugar me parecía espantoso. Una limitación a tu libertad. Finalmente me compré uno, saboreé su parte útil y ahora me siento extraña cuando no lo tengo a mano.
Dd.: Tras haber sufrido en tus propias carnes la ardua tarea de asumir las labores de edición, ¿valoras más la función del editor tradicional?
A.P.d.R.: Totalmente. El tener que controlar y decidir la portada, la letra, el papel, autocorregirte, gestionar tu ISBN, requiere de tiempo, de conocimiento y mucha paciencia. Y esto sin citar la parte de distribución que te ahorras con estas nuevas plataformas de autopublicación. Sólo de pensar lo que debe ser controlar que tu libro sea adecuadamente distribuido me produce cansancio.
Dd.: ¿Cuál ha sido la parte más difícil de todo el proceso?
A.P.d.R.: Tener que elegir. Lo primero que hice fue leer qué eran esas plataformas. Me informé sobre qué significaba contratar con ellas, los beneficios que podía obtener y los riesgos que corría. Luego, vinieron las otras elecciones sobre la producción del libro mismo. Intenté conjugar asesoramiento y mi propio sentido común. Y aun así me equivoqué. Por ejemplo, una vez hube publicado el primer libro me di cuenta de que había elegido mal el color del papel. A la hora de elegir había seleccionado el color blanco y el resultado fue un libro que parecía un directorio médico. Ahora sé que el color tradicional de las páginas de los libros es blanco ahuesado. Me lo he grabado para siempre.
Dd.: Como periodista que eres, ¿crees que el funcionamiento de estas plataformas está bien explicado?
A.P.d.R.: Creo que todavía quedan aspectos por afinar. Por poner un ejemplo, yo, como autora, no puedo realizar de una forma simple y sencilla la compra de mis propios libros. Debo deshacer un montón de pasos para poder lograrlo. Además, esta información no está volcada en la página de Bubok. Debes consultársela a ellos vía mail y cuando te la explican te quedas atónita por el trabajo innecesario que supone. Creo que tienen que mejorar el proceso de producción y venta del libro. Encontrar una forma de hacerlo más claro y menos engorroso.
También el proceso de compra de los libros por los lectores. No siempre resulta fácil. A veces no pueden lograrlo, pero tengo entendido que éste es uno de los aspectos que Bubok está trabajando para mejorar.
Dd.: ¿Es tan sencillo como cuentan? ¿Cuántos días te ha llevado publicar tu libro?
A.P.d.R.: Supongo que para el que contrata la producción del libro a la propia plataforma, sí. O para aquel otro que controla muy bien la edición de un libro y las nuevas tecnologías. Yo no me encontré en ninguno de los dos casos. Quería implicarme en la “hechura” de mi libro y no entiendo mucho de nuevas tecnologías. Por esto debí contratar la maquetación del libro, pero lo hice a un amigo de la familia. Esto me permitió poder ir eligiendo todo con calma y dirigir, por decirlo de alguna manera, este proceso. Dejarlo todo en manos de la plataforma me parecía más frío. Por otra parte, el estar rodeada de amigos vinculados al mundo del libro me hizo más agradable su publicación. La portada, por ejemplo, fue un regalo de ese gran ilustrador que es Raúl. La ilustración es bellísima e inteligente. Interpreta acertadamente el espíritu de la novela. En cuanto a la duración de todo el proceso, no fue tan larga. Sólo me llevó tres meses.
Dd.: ¿Qué ventajas ves a este sistema de autopublicación si lo comparamos con la opción de publicar con una editorial tradicional?
A.P.d.R.: Creo que la mayor ventaja es que puedes publicar nada más terminar tu libro. No tienes que ponerte a la cola, ni atender ningún compromiso promocional.
Dd.: Hablemos de derechos de autor. Lulu y Bubok proclaman que los autores que publican en sus plataformas obtienen el 80% de los beneficios, mientras que las editoriales tradicionales suelen ofrecer a los autores un 10% del precio de venta al público de su libro por la cesión de sus derechos. Para ti, que has publicado en ambos modelos, ¿qué opción ofrece más ventajas a los autores?
A.P.d.R.: Bueno, tal y como está planteado hoy creo que los dos sistemas de publicación están muy a la par en este aspecto. Si las plataformas te siguen cobrando esos altos precios de envío a domicilio del libro, ganar más que con una editorial tradicional será imposible. Si quieres que tu libro tenga un precio competitivo de mercado, la ganancia tuya como autor no será mayor a la que te ofrece una editorial tradicional. Ahora bien, puedes cobrar por tu libro un precio alto para el mercado y tener la suerte de que te lo compren y de que ganes bastante más que con una editorial tradicional. Pero no es ese mi caso. No poseo las virtudes de J. K. Rowling.
Dd.: Si el autor asume los costes de producción, así como los gastos derivados de la contratación de cualquier servicio editorial, al final de todo el proceso ¿cuánto se lleva el autor por la venta de su libro? Si hubieras publicado ese libro a través de una editorial tradicional con esos mismos costes y precio de venta, ¿cuánto te quedaría de ganancia?
A.P.d.R.: Mis ganancias van a ser más o menos las mismas que con una editorial tradicional.
Dd.: Como autora pionera de este nuevo modelo de publicación, ¿qué recomendarías a los autores noveles?
A.P.d.R.: Que si creen en su trabajo no duden en sacarlo a la luz pública. Ahora tienen una forma de poder hacerlo.
Dd.: Sabemos que estás trabajando en tu siguiente novela. ¿Qué temas vas a abordar en esta ocasión?
A.P.d.R.: Empecé creyendo que era la inmigración. Pero la novela me va llevando por otros caminos en los que no había pensado.
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