14 junio 2009

Alex Oviedo

Su editor afirmó al publicar este libro que Alex Oviedo había logrado reunir en su novela los rasgos determinantes que están llamados a renovar el género narrativo en los comienzos de siglo. Para ganar este elogio, el escritor había mezclado en su texto dos géneros: el de la novela negra y el de diario de escritor, y obviando el agite que debería llevar consigo todo cóctel, se sentó a trenzar de forma natural realidad y ficción.

El resultado es “Las hermanas Alba” (Edit. Bassarai), donde Oviedo cuenta la historia de un escritor de provincias llamado Alberto Pilares que malgasta su tiempo trabajando en una empresa que le disgusta y donde sin embargo un buen día descubre, en la desaparición de dos ricas hermanas, una buena historia que contar.

Una novela donde el propio autor confiesa: “Podría seguir añadiendo nombres, historias, anécdotas que sirvieran para expresar aún mejor lo que quería contar”.

¿Qué te incitó a escribir esta novela?

La novela partió de varias premisas: la primera, una duda que me planteé al saber que dos amigas habían dejado de acudir a un pueblo al que iban todo el año. Entonces me dije: ¿Las echarán de menos aquéllos que antes estaban con ellas? En ese proceso comencé a buscar posibles salidas al hecho de que de pronto un escritor se hubiese quedado seco y necesitase de un hecho real para volver a sentir la escritura. Y esto me llevaba a la tercera pata de la mesa, que era convertir todo el mundo literario vasco en un lugar sobre el que escribir.

¿Qué fueron primero, las hermanas Alba o el diario de escritor?

Primero las hermanas. Una vez encontrado el tema se fue desarrollando el diario. O para que nos entendamos, creí que escribir una novela como si fuese una especie de diario de lo que un escritor iba investigando me serviría para dar el tono adecuado a la novela.

¿Cada uno de ellos podría haber sido una novela en sí o necesitaban estar juntos para funcionar?

No creo que el diario como tal hubiese funcionado. Aunque no lo sé. El protagonista insiste durante toda la novela que él lo que quiere es hacer una obra completa, en la que hubiese opiniones de otros autores, una trama policíaca, una investigación periodística y el día a día de una persona. Al final, lo que el escritor piensa o escribe es lo que se acaba plasmando en el papel.

Me queda la duda de si son las hermanas Alba una mera excusa para escribir sobre la situación editorial y sus escritores en Euskadi…

Sí. Es, como decía Hitchcock, un macguffin que me brindaba la oportunidad de escribir de un montón de cosas. Digamos que la historia de la desaparición de las hermanas acabó relegada porque en el fondo lo importante era escribir de ellas, pero también de todo lo demás.

¿Existe un juego metafórico entre la desaparición de las hermanas y la aparición del escritor?

Sin duda. El apellido de las hermanas es significativo: “Alba”, como el renacer de un escritor a la escritura, un escritor que no está pasando por un buen momento creativo y que comienza de nuevo a escribir en cuanto sabe de ellas.

¿Drama o novela irónica? No sé con qué quedarme…

Novela irónica. Hay lectores que me han dicho que la novela destila un poso de tristeza, pero quizás precisamente a causa de esa ironía.

A lo largo de la novela aparecen escritores reales vascos y otros inventados. ¿Por qué no todos reales o todos inventados?

En el caso de los primeros, porque pretendía que fuese un homenaje a todos esos escritores que están haciendo cosas, y muy buenas, en el País Vasco. En el segundo caso, según iba escribiendo sobre el mundo editorial vasco y español tenía la sensación de que poner el nombre real de personajes de los que otros hablaban, y no precisamente bien, no resultaba cuando menos ético. Incluso aunque todo lo que cuento sea verdad.

Me consta que esta novela la escribiste ya hace unos años y que vio la luz casi por casualidad. Si la hubieses escrito ahora ¿hubieses añadido algo nuevo a la novela?  

No sé si era Manuel Vicent quien decía que publicaba una novela cuando ya se cansaba de corregirla. En mi caso, si hubiera seguido con ella habría añadido nombres, historias, anécdotas que sirvieran para expresar aún mejor lo que quería contar.

Las localidades de Bilbao y Bakio, donde transcurre esta novela, también actúan como personajes, con su personalidad propia…

Claro, porque son dos lugares totalmente diferentes, con su encanto, su idiosincrasia. Bilbao, como referente de esa ciudad cosmopolita; Bakio, como ese remanso de paz al que acuden muchos bilbaínos, una población costera pequeña pero en la que veranean muchos vizcaínos.

A pesar de los tintes de novela negra, en esta novela no hay inspectores y sí un periodista que fisga en la intimidad de las hermanas Alba, llamado Alberto Pilares. ¿Volverá a escribir este periodista?

 Mi idea es que lo haga. De hecho, en la novela en la que estoy metido ahora vuelve a salir. Aunque no sé si como personaje con similares características al de Las hermanas Alba o simplemente como nombre. Creo que Alberto Pilares se ha convertido ya en mi alter ego. Una prolongación de mí mismo que me viene bien a la hora de escribir. Lo he usado muchas veces y seguramente lo seguiré usando.

Entrevista realizada por Beatriz Celaya (Equipo Dosdoce)

Alex Oviedo (Bilbao, 1968) es periodista y escritor. Ha ejercido de editor, diseñador gráfico y asesor literario. Colabora con el suplemento cultural Pérgola del periódico municipal Bilbao y ha publicado las novelas Hektorren agenda (finalista en el Premio Ciudad de Barbastro 1994) y El Unicornio Azul. Hace un año creó el blog www.escritoresvascos.com.

Leave a Reply