Derechos de los lectores de libros digitales
Por José A. Vázquez y Javier Celaya
Las plataformas de acceso y venta de libros digitales de Google, Amazon y Apple, entre otras, están basadas en el concepto de «libros en la nube», que conlleva una nueva manera de acceder a la información y al conocimiento. La
digitalización del libro está transformando la manera en que los lectores
acceden a la información y al conocimiento, bien sea la lectura en pantallas de
todo tipo de contenidos digitales, el auge del comercio electrónico de libros y
revistas, el intercambio de información entre conocidos y perfectos
desconocidos o la gestión del conocimiento a través de herramientas de
comunicación online como Twitter o Wikipedia, entre otros. Pero esta
transformación no tiene por qué afectar necesariamente a nuestros derechos adquiridos
a lo largo de la historia como consumidores de libros ni mermar nuestros
derechos a la privacidad como ciudadanos.
Los
lectores de Dosdoce.com saben que somos unos claros defensores de los libros
electrónicos y de la lectura en pantallas. Precisamente por nuestra defensa de
la edición digital, abogamos por una definición concisa y transparente de los
derechos de los lectores de eBooks antes de que se consolide en la futura
sociedad digital el nuevo modelo de acceso a los libros digitales, más conocido
como los «libros en la nube» o «pago por lectura».
Estos nuevos hábitos de acceso a la Red están
determinando el enfoque del concepto Libro
en la nube, que significa básicamente que en lugar de tener que ir a un
ordenador para acceder a nuestros libros o revistas, todos esos contenidos y
aplicaciones estarán disponibles en la Red y serán accesibles para cualquier
persona en cualquier momento y desde cualquier tipo de dispositivo (un
ordenador, un móvil o un eReader).
Derechos
adquiridos que no debemos ceder
En
el mundo analógico -por así decir-, como compradores de libros en papel queda
establecida una serie de normas cuya importancia y necesidad social no habíamos
posiblemente valorado hasta la aparición de los libros digitales, y que no
debemos ceder con la llegada de nuevas formas de acceso a los libros, la
información y el conocimiento:
- Cuando compramos
un libro en una librería nos convertimos en los dueños de ese producto. - Nuestros datos de compra no pueden ser reutilizados sin nuestro permiso.
- Nuestro historial
de compra no puede ser vendido para fines comerciales (publicidad, etc.). - Nuestras
afinidades lectoras no pueden ser divulgadas a terceros. - Podemos realizar
compras de libros totalmente anónimas pagando en metálico y sin dejar rastro
personal alguno de dicha compra. - Podemos prestar
nuestro libro a un familiar, amigo o compañero del trabajo. - Nuestras notas y
apuntes son personales y visibles hasta cuando queramos para quien queramos.
Todos
estos derechos de los lectores, que nos son tan habituales con cada compra y
uso de un libro en papel, deberían garantizarse en el nuevo entorno digital.
Los libros en la nube: interconexión
vigilada
Las plataformas de acceso y venta de libros digitales de Google, Amazon y Apple están
basadas en el concepto de «libros en la nube», que conlleva una nueva manera de
acceder a la información y al conocimiento. En vez de descargarme un libro en
mi ordenador o eBook, me conectaré a una determinada plataforma para acceder a
mis libros.
El «libro en la nube» no se puede descargar ni imprimir; accedemos
a una plataforma donde tenemos nuestra biblioteca de libros y una serie de
posibilidades para acceder a ese contenido. Podemos, por ejemplo, alquilar el
contenido durante un año o un mes, así como acceder a un determinado libro con
los comentarios de otros lectores.
Sin
lugar a dudas, este nuevo modelo de pago por lectura aportará enormes ahorros
financieros y la posibilidad de generar múltiples servicios de valor añadido a
las plataformas de acceso y venta de eBooks. No obstante, compartir
conocimiento en línea o alquilar un libro digital no debería convertirse en un
ejercicio de constante defensa por parte del usuario para sentirse seguro o
protegido.
Podemos,
y debemos, aceptar que un libro en formato digital dejará de ser un objeto
material y tangible como lo había sido hasta ahora. Pero esto no significa que
debamos ceder nuestros derechos como ciudadanos a los intereses comerciales de
las empresas privadas. Hay que hallar la manera de encontrar un equilibrio
entre las ventajas de la nube y los derechos adquiridos de los lectores ante la
privacidad, intimidad y propiedad.
Defensa de nuestros derechos como lectores
En los Estados Unidos, el colectivo de
bibliotecarios y varios organismos sin ánimo de lucro como la Electronic
Frontier Foundation han asumido el reto de evitar que la consolidación de estos
nuevos modelos de acceso al conocimiento choque contra los valores democráticos
más básicos.
La
biblioteca digital siempre disponible en cualquier momento y en cualquier lugar
favorecerá el acceso a múltiples contenidos digitales, pero las autoridades
públicas deberían plantearse legislar sobre qué pueden hacer o no estas
empresas en la nube con el fin de proteger nuestros derechos como consumidores
y ciudadanos.
No debemos permitir que
nuestros datos personales relacionados con los hábitos de compra online y
nuestras afinidades lectoras derivadas de nuestra lectura en pantallas sean utilizados para fines comerciales sin nuestro
consentimiento expreso.
A
raíz de todos estos argumentos y siguiendo iniciativas similares en los Estados
Unidos en relación con este tema, como las de Peter Brantley, director de contenidos del Internet Archive, o las recomendaciones de la mencionada Electronic Frontier Foundation proponemos el siguiente dodecálogo para proteger los
derechos del lector de libros digitales.
Dodecálogo
de derechos del lector de libros digitales
- Las plataformas de acceso y venta
de eBooks no deben comerciar con el historial de compra de los lectores sin su
consentimiento previo. - Aquellas plataformas que quieran
reutilizar con fines comerciales el historial de compra de los lectores para
mejorar sus sistemas de recomendación de libros o generar ingresos
publicitarios relacionados con las compras realizadas deberán comunicar previamente
a los lectores qué tipo de información guardan en sus plataformas, por cuánto
tiempo y para qué fines comerciales. - El lector de libros digitales
podrá acceder a esta información personal en cualquier momento y borrar su
historial en caso de considerarlo oportuno. - Las plataformas de
acceso y venta de eBooks deberán garantizar que los eBooks adquiridos son
propiedad de aquellas personas que los han comprado. Tras la polémica decisión de Amazon de entrar en la
cuenta de sus usuarios y eliminar los ejemplares digitales vendidos del libro
de George Orwell 1984 por
discrepancias con su proveedor, se justifica que exijamos que las plataformas
de comercialización de eBooks se comprometan a respetar nuestros derechos como
consumidores. Ninguna plataforma o librería virtual debería ser capaz de
eliminar de mi cuenta un libro ya adquirido o limitar el acceso al mismo sin mi
consentimiento expreso. - En caso de alquiler, pago por
lectura o subscripción de cualquier contenido digital, el usuario debería tener
una opción a compra perpetua. - Al igual que en el mundo analógico podemos prestar
un libro comprado a un amigo, en el mundo digital deberíamos preservar el
derecho a realizar préstamos de libros en cualquier formato y sin coste adicional. - Se nos debe garantizar la posibilidad de leer
cualquier libro de nuestra biblioteca en la nube o plataforma en cualquier
dispositivo, sin restricciones ni limitaciones por sistemas, derechos,
fronteras, etc., y siempre de una forma amable y legible. - Las plataformas de acceso y venta de eBooks deberían
permitir que las personas que deseen hacer sus compras en un entorno plenamente
privado puedan hacerlo sin que sus datos de compra sean almacenados en ningún
momento ni comercializados a terceros. - Los compradores de libros digitales podrán eliminar su
historial de compra o alquiler, así como destruir los propios libros
adquiridos, en cualquier momento y de forma definitiva sin dejar rastro alguno
de su previa existencia en ninguna memoria virtual. - Los lectores podrán regalar o revender cualquier
libro adquirido que ya no se quiera mantener en su biblioteca digital. - Los lectores
podrán subrayar, marcar y hacer anotaciones de forma anónima en sus libros
adquiridos. Aquellos lectores que quieran compartir con otros lectores sus
anotaciones personales deberán poder hacerlo, pero si en cualquier momento
cambian de opinión también podrán retirar las aportaciones prestadas. - Al igual que podemos mantener
nuestro número de teléfono móvil si nos cambiamos de operador, las plataformas
deberán garantizar la portabilidad de los datos de los usuarios. Si por cualquier motivo un lector abandona
una plataforma deberá poder transportar los libros adquiridos, notas e
historial de compra a la nueva plataforma de forma fácil y eficiente.
No debemos olvidar que nos encontramos en la primera fase de
definición del futuro modelo de sociedad digital. Lo que hagamos, cómo lo
hagamos y lo que decidamos en esta primera etapa tendrá una amplia repercusión
en el futuro. Como lectores ciudadanos nos corresponde garantizar que los
intereses públicos de la futura sociedad digital estén por encima de los
intereses económicos de las empresas por muy legítimos que sean.