12 ideas sobre el futuro de la edición digital
Uno de los eventos más esperados por el sector editorial coincide con el principio del verano. Se celebra en Santander, en el incomparable marco del Palacio de la Magdalena, una de las sedes de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), para más señas.
Desde 1984, la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) organiza un encuentro dedicado a la edición, fruto de un convenio de colaboración firmado con la UIMP. Ya se han sucedido veintiséis ediciones desde entonces persiguiendo todas ellas un objetivo fundamental, cual es el de «propiciar un foro de debate sobre las inquietudes del sector del libro del que se desprendan unas conclusiones que ayuden a sus profesionales en su quehacer diario, de propiciar un lugar de encuentro y de potenciar como siempre ha hecho la idea del editor como agente fundamental de esta industria cultural», según reza en la página web de la Federación.
En España, la industria editorial genera empleo para más de 30.000 personas de manera directa e indirecta. Las 889 empresas editoriales agrupadas en la FGEE representan cerca del 95% del sector y a lo largo de 2009 editaron más de 330 millones de libros y 76.000 títulos con una tirada media por ejemplar de 4.328 ejemplares por título.
El XXVI Encuentro sobre la Edición ha sido patrocinado por el Centro Español del Derechos Reprográficos (CEDRO) y dirigido por Núria Cabutí, Consejera Delegada de Random House Mondadori. El día de su inauguración contó con la presencia de Ángeles González-Sinde, Ministra de Cultura, quien aprovechó el evento para anunciar que había propuesto a Gloria Pérez Salmerón para ocupar la dirección de la Biblioteca Nacional, información que, como se sabe, ya ha sido confirmada.
«El libro digital ha venido y ha llegado para quedarse» fueron las primeras palabras pronunciadas por González-Sinde, quien destacó la importancia de la industria del libro en España, con una facturación anual de casi 4.000 millones de euros y que supone el 1,3% del PIB, lo que la coloca en el cuarto puesto a nivel mundial, y con un 48,6% de lectores que declara leer en soporte electrónico. La Ministra de Cultura concluyó diciendo que «el futuro de cualquier país es también el futuro de sus libros».
Y de futuro se habló durante el recién clausurado XXVI Encuentro sobre la Edición que anualmente convoca a todos los agentes de la cadena de valor del libro, de ahí su título: El futuro sobre la edición: papel y e-book. Porque la oferta, la demanda y los canales de distribución siguen siendo temas que preocupan e interesan a la industria editorial, así como los desafíos que plantea una laxa legislación en materia de propiedad intelectual. Pero, a estas alturas, nadie duda de que estamos ante nuevas formas de edición y comercialización del libro y de que, en todo caso, la incógnita a despejar será en qué términos convivirán ésas con el soporte impreso y qué retos y oportunidades se plantean para el sector.
Que lo digital, y todo lo que se deriva de los nuevos escenarios, preocupa e interesa quedó claro este año en Santander a tenor del número de asistentes y de alumnos matriculados. De manera espontánea, algunos de ellos participaron en la retransmisión en directo del evento a través del canal Twitter utilizando la hashtag #futuroEd, en clara consonancia con el lema del XXVI Encuentro.
Nos ha gustado el enfoque del resumen realizado por Amalio A. Rey sobre el «Maratón del Pensamiento sobre Internet y Nuevas Tecnologías», organizado por la Fundación Telefónica y popularmente conocido como Thinking Party, cuya celebración también tuvo lugar hace unos días. Tomando prestado el formato de A. Rey, nosotros también queremos aportar y comentar las ideas-fuerza del evento que nos ocupa; en lugar de 10, hemos reunido 12, como no podía ser de otra manera, y son:
1. Larga vida al papel
2. Nuevo modelo de negocio
3. Sr. Editor: Piense también en digital
4. Lo importante es el contenido
5. El lector es el que manda
6. ¿Derechos digitales sin limitaciones?
7. Otros actores en escena
8. Contra la piratería, calidad y buen precio
9. Redes sociales, nuevos espacios para la promoción
10. Los libros en la librería y en cualquier formato
11. Divorcio en la Escuela 2.0 española
12. Docentes poco 2.0
Estas 12 ideas-fuerza fueron eje de varias de las ponencias y monopolizaron el debate suscitado tras las mismas en el Comedor de Gala del Palacio de la Magdalena durante los tres días que duró el Encuentro.
1. Larga vida al papel
El que tendremos papel para rato y que seguirá constituyendo el grueso del mercado del libro durante muchos años, con un inevitable proceso de concentración a efectos de distribución, fue un convencimiento generalizado y una opinión compartida por la gran mayoría de participantes en el XXVI Encuentro sobre la Edición. Incluso la intencionalidad con la que se pensó en el lema del evento (El futuro sobre la edición: papel y e-book) no deja lugar a la duda. Esta idea pivotó de una manera o de otra por debates y ponencias durante todas las jornadas y, como dijo Blanca Rosa Roca, Directora de Editorial Roca, hablar de futuro es referirse también «a los problemas que nos atañen ahora con los libros en papel».
Dado que esta idea-fuerza fue predominante y resultó ser claramente tranquilizadora para muchos respecto de la incertidumbre que representa el devenir del sector, la colocamos en primer lugar. En todo caso, y como ya se ha apuntado, lo que se desconocen son los términos de la convivencia con los nuevos formatos y las consecuencias que se deriven de diferentes tratamientos fiscales cuando, en verdad, en ambos casos se trata de libros.
Dedicaremos una mayor atención a ilustrar con las declaraciones de los ponentes el resto de las ideas-fuerza detectadas para la elaboración del presente artículo.
2. Nuevo modelo de negocio
Al igual que ocurriera con las publicaciones musicales, la industria editorial debe prepararse para un nuevo modelo de negocio en el que será prioritaria la inversión en el desarrollo de contenidos para soportes electrónicos de lectura. Ello no pasa necesariamente por la desaparición del libro en su tradicional soporte papel. «No estamos al final de la Era Gutenberg y los formatos convivirán», decía Núria Cabutí en la sesión inaugural, y parafraseando a Joseph Epstein, la directora del XXVI Encuentro afirmó: «la tecnología no viene a acabar con el mundo del libro, sino a cimentarlo». Para Cabutí, «las nuevas tecnologías generan sus propias infraestructuras y, con ellas, la transformación del modelo de negocio editorial, aún por formular y ordenar, pero de cuyas decisiones va a depender mucho el futuro del sector».
Cómo afrontar la transformación del modelo de negocio es el gran reto al que se enfrenta el sector y es una postura en la que todo el mundo parece estar de acuerdo al igual que en el convencimiento de que se ha llegado tarde pero se está a tiempo de reaccionar.
El primero de los ponentes, Ian Hudson (Deputy CEO en Random House Group UK), para quien el futuro del libro pasa por la coexistencia de lo analógico y lo digital, se refirió a este mismo tema abogando por una transición gradual hacia la oferta electrónica. Según Hudson, en 2011 ésta representará entre el 7 y el 8% de las ventas y destacó la necesidad de redistribuir la cadena de valor y de experimentar en distintos modelos en los que «no todo puede ser gratis porque todo cuesta», como dijo Magdalena Vinent, Directora General de CEDRO, y para los que «la viabilidad no está garantizada», según puntualizó Javier Celaya, Socio fundador de Dosdoce.com y moderador de la mesa redonda Derechos digitales, copyright y copyleft. Descargas y recargas. Del Kindle al Ipad.
En esta misma línea se pronunció Riccardo Cavallero, Direttore Generale Libri Trade Mondadori, para quien afrontar el nuevo modelo de negocio pasa por «un cambio de mentalidad para pilotar esa transición del mundo analógico al digital y el editor deberá aceptar una caída de los márgenes, de la facturación y del precio de los libros en papel, sobre todo, los de tapa dura». El debate sobre los cambios que necesariamente se han de llevar a cabo no pasa por el precio, sino por el tipo de oferta, según Cavallero, «un contenido en todos los formatos posibles es el trabajo de futuro para el editor».
Más pesimista se mostró Antonio Garrido, Director General del Grupo Edebé, diciendo que «lo del negocio es todo un interrogante porque no se sabe siquiera si habrá negocio» y que, en todo caso, sería muy difícil medir los retornos de inversión en un mercado tan complejo como es el de la edición de contenidos educativos, subsector al que él pertenece.
Al debate no escaparon los libreros presentes que también aseguraron estar atravesando una fase de experimentación como sector, aunque éste vivirá todavía un tiempo del papel, dado que, en la actualidad, representa el 97% del negocio, según apuntó Alfredo Quirós, Director de Librería Cervantes de Oviedo. Para Quirós, en todo caso, el futuro modelo debe ser multiplataforma. Por su parte, Paco Goyanes (Librería Cálamo, Zaragoza) apostó por la edición independiente y se mostró convencido de que ésta genera, «no sólo simpatía, sino oportunidades de negocio para las librerías diferenciadas». Sin embargo, no ocultó su pesimismo al afirmar que «la tecnología nos deja absolutamente fuera de juego» y que «con el ebook muchas estructuras libreras caerán». Esta misma preocupación parece haber calado entre los editores, tal y como manifestó uno de los presentes entre el público diciendo que ve cómo el negocio que pueda haber se le va a escapar de las manos.
3. Sr. Editor: Piense también en digital
Pese a que como afirmó Blanca Rosa Roca, Directora de Roca Editorial, hablar de editor en sentido genérico no es muy preciso, dado que se trata de realidades diferentes, según nos refiramos al que trabaja en un grupo o al independiente, con mayor o menor garantía de viabilidad, cualquier modelo de negocio sobre el que se quiera probar suerte exige un nuevo perfil de editor por la sencilla razón de que su papel en la cadena de valor del libro ya es otro, o debería serlo. «Los intermediarios no han desaparecido en el entorno digital», como aseguró Hudson en un momento de su exposición, pero está claro que el editor tiene que saber afrontar y sacar partido de la nueva realidad y de Internet «esa nueva fuerza enorme y distinta para la labor del editor», en palabras de Jesús Badenes, Director Área Libros del Grupo Planeta.
Frente a las voces que recordaron que el editor seguirá siendo puente entre autor y lector aunque se tienda a un nuevo modelo de negocio, como Núria Cabutí, para quien «el editor no puede desaparecer y es fundamental como mediador y filtro del ruido y la anarquía, siendo su figura fundamental sea cual sea el espacio en el que desarrolle su actividad», Ian Hudson, sin embargo, insta al editor a desempeñar un papel más activo y «a enfrentarse a sus miedos de manera directa». «Hay que perder el miedo a hacer las cosas, eso es pensar en digital», dijo Javier Jiménez, editor de Fórcola Ediciones y coautor del blog Paradigma Libro.
Para Riccardo Cavallero, éste «ha perdido el papel de filtro entre el autor y el consumidor: ya no decide lo que el consumidor va a leer, porque todo está en la Red, luego ya verá si lo quiere pagar o no». «No podemos seguir siendo editores con estructura analógica y facturación digital: lo que me molesta es que seguimos ocupándonos de lo digital con la misma cabeza que teníamos para el papel», afirmó con rotundidad Cavallero.
Quizás la última palabra en papel no esté inventada, como dijo Javier Jiménez, y no cabe duda de que «los editores tenemos una gran capacidad para reinventarnos», aseguró en su ponencia titulada «El editor independiente: ¿solo ante el peligro? De la autopromoción a la creación de comunidades» de la que se puede leer un resumen en su blog corporativo y a cuya lectura invitamos. Jiménez es un claro ejemplo de lo que debe ser el nuevo editor, esto es, líder de opinión y participante activo en la Web 2.0, entorno en el que, como recomienda Javier Celaya, «el editor debe estar directamente implicado» y en el que debe generar valor añadido en virtud de las herramientas que éste ofrece para fidelizar a los lectores (prosumidores). A todo ello, Claudio López de Lamadrid, Director Literario de Random House Mondadori, añadía que «debe ser una figura pública que se exponga y un prescriptor». «El editor debe aprender el arte de cómo escuchar, aprender y compartir», prosiguió Jiménez en clara coherencia con el espíritu dospuntocerista que él mismo practica, y lanzó una pregunta al aire: «¿Está dispuesto el editor a escuchar cosas que no le gustan?».
Aparte de un control de calidad y un market maker (Jesús Badenes), el nuevo editor debe convertirse en gestor de comunidades, como lo hace un Community Manager, idea en la que coincidieron Javier Celaya y Javier Jiménez. Para este último, su futuro «como editor independiente pasa por aportar valor, autenticidad y crear comunidad» en cuyo seno es como se imagina el sitio web de cualquier editorial que quiera aprovechar las ventajas del medio online (mercado de audiencias) para ganar visibilidad, claro que para ello el editor debe tener cierta sensibilidad wiki porque sólo así es posible la creación de comunidades de lectores.
Finalmente, «el nuevo editor debe escuchar más a los libreros», en opinión de Juan Manuel Cruz, portavoz de CEGAL en Red. Quizás sería la forma idónea de evitar que los materiales promocionales que reciben por parte de los primeros vayan directamente a la basura, circunstancia que lamentó este librero malagueño.
4. La importancia del contenido
Es sabido que las prestaciones y funcionalidades de los dispositivos de lectura son cada vez mejores y que, en el caso de España, como dijo la propia Ministra, más del 48% de usuarios ya lee en este tipo de soportes. Sin embargo, empieza a generalizarse la siguiente máxima: «menos hablar del soporte y más apostar por los contenidos». Esta fue una de las reflexiones formuladas por Daniel Fernández, Director General de Edhasa y moderador de la mesa redonda Los retos del editor de hoy.
Nadie duda de que en Internet también se necesitan editores, pero, como apuntó Riccardo Cavallero, Direttore Generale Libri Trade Mondadori, «el editor debe concentrarse en el contenido y ofrecerlo en todos los formatos posibles». Esa será su responsabilidad a corto plazo si no quiere quedarse fuera del mercado digital, dado que «nos falta la transportabilidad del libro entre soportes (iPad, laptop, Kindle, Smartphone)». Preguntado sobre cómo trabajar en el contenido independientemente del soporte, Cavallero respondió que «el consumidor se irá donde lo encuentre en la red si no lo garantizamos nosotros».
A este respecto, Javier Celaya fue más allá al manifestar que «la gente no paga sólo por contenidos, sino por una experiencia que le genere valor añadido», idea reforzada por Javier Jiménez con cierto tono de autocrítica al afirmar que «los nativos digitales buscan contenidos con valor añadido y nuestras páginas siguen siendo planas y lugares fríos».
La pregunta que quedó en el aire fue: ¿no se habrán quedado rezagados los editores en relación a su labor de gestores de contenido al permitir la entrada de los nuevos actores que se han apropiado del mismo?
5. El lector es el que manda
Atribuimos también a Riccardo Cavallero la afirmación de que «en el entorno digital el editor no manda nada, ni el autor ni el agente, manda el comprador». En su opinión, «no estamos acostumbrados a que en nuestros mercados mande por primera vez otra persona», la misma que elige lo que quiere donde quiere y cuando quiere. Este es uno de los mayores cambios que hemos experimentado con los nuevos escenarios, según Cavallero, y lamenta que la reacción generalizada del editor haya sido hasta ahora la de defender su statu quo.
El consumidor como agente no pasivo de la cadena va a exigir tener la posibilidad de leer lo que compre en cualquier dispositivo «y eso no está solucionado», advirtió el Direttore Generale Libri Trade Mondadori, quien insistió de nuevo en la idea de que el editor ha perdido su función de operar como filtro capaz de orientar al lector. Siempre tuvo la oportunidad de pronunciarse, pero ahora más que nunca el lector dice abiertamente lo que no le gusta porque la tecnología se lo permite poniendo a su servicio más y mejores herramientas para manifestar sus opiniones con una rapidez e impacto mayores.
Por su parte, Javier Jiménez (Fórcola Ediciones) aportó como solución posible la idea de reforzar la relación personal con los lectores para implicarles en el proyecto y que pasen así de ser fieles a cómplices. Pero en todo caso, hay que ir a buscarles y satisfacer su demanda, como apuntó Jesús Badenes, Director Área Libros del Grupo Planeta, para quien el sector editorial no es un monolito, sino algo segmentable. «Hay un 40% de lectores que no compra libros e igual quiere comprar algo y debemos saber qué».
Por una idea similar de acercamiento a los lectores apostaron los libreros. Desde su punto de vista, para Alfredo Quirós (Librería Cervantes de Oviedo), «es la única posibilidad de supervivencia online».
6. ¿Derechos digitales sin limitaciones?
Para la tarde del jueves, día 8 de julio, la organización del XXVI Encuentro sobre la Edición programó la celebración de una mesa redonda sobre uno de los temas que más controversia ha despertado ante la irrupción de los nuevos escenarios: el de la gestión de los derechos digitales. El enfoque del tema se hizo desde una doble perspectiva como el propio título de la mesa indicaba, Derechos digitales, copyright y copyleft. Descargas y recargas. Del Kindle al Ipad. Moderada por Javier Celaya, Gerente del Grupo Dosdoce de Comunicación Cultural, y a excepción de los autores, la mesa estuvo integrada por representantes de las partes implicadas en el proceso: un abogado (Jorge Calsamiglia, del Bufete Calsamiglia), un editor (Amador Fernández-Savater, Co-director de Acuarela Libros) y Magdalena Vinent como máxima cabeza visible de la entidad de gestión colectiva Centro Español del Derechos Reprográficos (CEDRO) que en la actualidad cuenta con 1.600 editores entre sus socios.
Celaya introdujo el tema diciendo que «las nuevas formas de consumir contenidos también afectan a los derechos y ello requiere también de creatividad», y que, así como la comunicación y las estrategias de marketing deben ser algo corporativo, los derechos deben serlo de la misma manera. Cedió la palabra a los ponentes lanzando la siguiente pregunta: «¿Por qué los autores nos van a ceder los derechos?»
Calsamiglia respondió diciendo que «sin disponer de los derechos de los autores, no hacemos nada» pero, tal y como recoge la Ley de Propiedad Intelectual los derechos de distribución y comunicación pública (arts. 19 y 20 de LPI), éstos no son extensibles al ámbito digital como para poder ser contemplados en los contratos de edición. Por tanto, han de ser pactados entre autores y editores en los nuevos modelos contractuales de edición.
Para Jorge Calsamiglia, clarificar la remuneración es clave para acceder a la titularidad de los derechos de explotación digital que, en su opinión, deben ser en exclusiva para el editor en todo lo que significa «ámbito de lectura», de ahí que no sea posible entender la gestión de derechos digitales a nivel territorial, porque, como recordó Javier Celaya, «Internet no tiene fronteras».
Por su parte, Amador Fernández-Savater se declaró defensor acérrimo del copyleft como nuevo tipo de propiedad concibiéndolo como toda una filosofía y también como una herramienta. Habló de su experiencia usando Creative Commons en un gran número de libros de Acuarela Libros y aseguró que el resultado ha sido muy satisfactorio consiguiendo una mayor visibilidad como editorial. Ello le ha llevado al convencimiento de que «la red premia ese compartir» y que «la copia digital va a ser infinita e incontrolable en un mundo infinitamente copiable».
Magdalena Vinent, aparte de afirmar que la gestión de los derechos digitales sólo se puede abordar de manera colectiva para buscar una solución satisfactoria para todos, opinó tanto sobre el copyright como sobre copyleft. En cuanto al primero «a veces ni el titular de derechos conoce las posibilidades que les da la Ley» y del copyleft piensa que se trata de un instrumento de marketing que a algunos les está funcionando, sin más.
Para Fernández-Savater «la clave es abrir derechos, no cerrarlos, para compartir la cultura que es un bien común e infinito que se protege compartiéndola». «Parece que en lo digital van a existir menos derechos que con el libro de papel que te da la facilidad de comprarlo y olvidarte del editor», concluyó el co-director de Acuarela Libros.
7. Otros actores entran en escena
En los nuevos escenarios concurren nuevos actores globales, léase Amazon, Google y Apple, que si bien han facilitado el crecimiento de la lectura electrónica, todos ellos tienen distintos intereses «y cuyas estrategias han sido cambiantes y no están alineadas», según palabras de Ian Hudson, Deputy CEO. Random House Group UK. Para Riccardo Cavallero «hay otros jugadores que nada tenían que ver con la edición, pero pueden revolucionar todo esto» y se refirió a Google como una amenaza «porque nació sólo en lo digital y la nube parece ser la solución».
Desde la perspectiva española, Jesús Badenes, Director Área Libros del Grupo Planeta, dijo que «tendremos que ser más rápidos que Google, Apple y Amazon porque más fuertes nunca vamos a ser» y se refirió a empresas TIC como Telefónica como «los amigos que nos ayudarán a encontrar nuevos lectores».
A este respecto, Javier Celaya puntualizó diciendo que «la tecnología siempre va a ir por delante por lo que debemos ser más creativos a la hora de negociar con agentes como Telefónica».
También en el escenario de la Escuela 2.0 muchos actores no relacionados con la educación entran en juego, como se encargó de recordar al auditorio Antonio Garrido, Director General del Grupo Edebé.
8. Contra la piratería, calidad y buen precio
Los editores lamentaron el aplazamiento hasta septiembre de la Ley de Economía Sostenible, que incluye medidas como el bloqueo de páginas web que den acceso a contenidos protegidos por derechos de autor, y reclamaron mayor dureza contra la piratería y mejores garantías de protección para la propiedad intelectual. «Nos falta seguridad jurídica en este nuevo negocio porque trasciende las fronteras y es global», aseveró Pedro del Carril, Director de la Editorial Salamandra.
En el nuevo escenario digital, «la lucha contra la piratería y la protección de la propiedad intelectual deben ser un compromiso de todos», dijo Pedro de Andrés presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), para lo cual reclamó mano dura y sanciones contundentes. Para De Andrés, «la Fiscalía del Estado ha actuado con tibieza en la lucha contra la piratería digital», hecho delictivo que, según la Federación, cuesta al sector en torno a 150 millones de euros en pérdidas anuales y pone en juego cerca de 100.000 empleos.
Al margen de las actuaciones legales que se requieren de manera urgente, frente a la piratería también se barajaron posibles soluciones en el XXVI Encuentro sobre Edición celebrado en Santander. Núria Cabutí, su directora, instó a actuar en dos frentes: «contenidos de calidad a precio razonable y competitivo e implicar a librerías». El primero de los frentes de actuación fue secundado por Francisco Ros Perán, Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, al clausurar el evento animando a los editores «a crear buenos contenidos a precios asequibles para luchar contra la piratería».
Cabutí se mostró además convencida de que no sólo se trata de un tema jurídico, sino también educativo.
Para Riccardo Cavallero, «la piratería no se combate con los tribunales ni con DRM, siendo este último un mal servicio para el que está dispuesto a pagar, en lugar de una trampa para el pirata». «La solución frente a la piratería editorial está en la oferta y en la competitividad de los precios», manifestó el Direttore Generale Libri Trade Mondadori.
Sobre este tema, la opinión que prevalece entre representantes del sector editorial de materiales educativos es que «contra la piratería sólo podemos trabajar con contenidos online contra servidor», tal y como afirmó Antonio Garrido, Director General del Grupo Edebé, e integrante de la mesa redonda Los editores ante el reto de la escuela 2.0 y la Universidad Digital que tuvo lugar el último día del XXVI Encuentro sobre Edición celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander y organizada por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
9. Redes sociales, nuevos espacios para la promoción
Las redes sociales son una herramienta de promoción que cuenta cada vez con más adeptos entre los agentes implicados en la cadena de valor del libro, como son los autores, editores y libreros. En el caso del sector editorial, la presencia en aquéllas forma parte de las estrategias de comunicación y marketing de muchas empresas que las conciben como una suma de oportunidades y ya han podido experimentar su potencialidad. Javier Jiménez habló de metamárketing al referirse a las redes sociales como «arma estratégica clave para combinar lo off y lo online» y en su ponencia ya referida más arriba («El editor independiente: ¿solo ante el peligro? De la autopromoción a la creación de comunidades») enumeró las actuaciones que debe llevar a la práctica un editor con presencia en redes sociales. Como anuncia en el blog de Fórcola, aparecerá publicada en su integridad en el próximo número de la revista Texturas.
El gran poder de convocatoria de redes como Facebook, que permiten una comunicación instantánea y masiva son algunas de sus ventajas mientras que la falta de infraestructuras y el desigual acceso a Internet limita este tipo de herramientas a países y grupos de población, según el debate que se suscitó en torno al tema durante el XXVI Encuentro sobre la Edición.
No todo son ventajas, por tanto. Para Eduardo Rabasa, Director Editorial de Sexto Piso (México), «las redes sociales funcionan en teoría, pero hay que tener cuidado, porque su propio funcionamiento propicia la concentración». Rabasa, que compartió la mesa redonda El editor como autopromotor. Las nuevas herramientas: de la web a las redes sociales, moderada por Claudio López de Lamadrid (Director Literario de Random House Mondadori), con Jan Martí (Director Editorial de Blackie Books) y Javier Jiménez (Director de Fórcola Ediciones), coincidió en que estas nuevas herramientas son «una muy buena plataforma para darse a conocer», pero advirtió que, en países como México, «su penetración es todavía muy incipiente y se está en ellas porque hay que estar, más que por su efecto práctico o porque sean instrumentos eficaces».
Rabasa prosiguió describiendo la realidad mexicana, donde, al igual que en otro países de la región, «el acceso a Internet no es masivo y los canales de distribución son más tradicionales» y advirtió que «igual de dañino puede ser dar la espalda a las formas tradicionales de edición y distribución como abrazar sin más las nuevas herramientas sólo porque son masivas y baratas y es lo moderno. No podemos entregarnos sin reservas. Si el papel ha funcionado tanto tiempo, será por algo…». El director de Sexto Piso admitió estar experimentando desde hace poco tiempo en redes sociales como canal de promoción.
Por su parte, Jan Martí (Blackie Books), comentó la estrategia que habían seguido hasta ahora en Facebook, red social a través de la cual interactúan con sus lectores y mucha gente ha sabido de su existencia, pero «no me parece nada espectacular lo que hacemos, sólo destacaría el querer compartir», matizó. Haciendo gala de una gran dosis de realismo, insistió en que las redes sociales permiten «conocer el feedback de gran cantidad de gente de forma inmediata» y son «una gran arma de promoción, aportan frescura al sector pero no sirven para todo ni para todos, pero es necesario que una buena distribución complemente la estrategia en las redes sociales».
Ante la pregunta de Paco Goyanes (Librería Cálamo, Zaragoza) sobre si lo de las redes sociales obedecía a modas, Jan Martí (Blackie Books) animó a los libreros a buscar nuevas formas de promoción y de este modo terminó su intervención.
10. Los libros en la librería y en cualquier formato
Una de las mesas que más debate suscitaron fue la protagonizada por los libreros (Librerías-Mundo digital versus papel) que estuvo moderada por Patxi Beascoa, Dr. Comercial y de Marketing de Random House Mondadori. «El fin del papel lleva vaticinándose desde hace mucho tiempo, ese mensaje no es nuevo y se suscita cada vez que la tecnología da un paso adelante», dijo Juan Manuel Cruz, portavoz de CEGAL en Red y propietario de la malagueña librería Rayuela, refiriéndose a la obsolescencia de los soportes que se han ido sucediendo.
Cruz también aseguró estar sorprendido de que «todo el mundo actúe como altavoz de los nuevos soportes sin importar los interrogantes que se suscitan, por ejemplo, sobre la veracidad de los contenidos o el derecho a la propiedad intelectual». Quiso desdramatizar un poco la percepción de que la librería es algo antiguo y reticente al cambio defendiendo que la forma de trabajo del librero sigue siendo válida y que si acaso, lo que ha cambiado es su labor cultural, ya que ahora es un verdadero gestor. «Tenemos que buscar nuestro espacio, no anticipemos nuestra muerte», pidió Juan Manuel Cruz a sus compañeros de mesa y finalizó diciendo «tenemos que seguir poniendo imaginación y buscando otras vías».
Para Alfredo Quirós, Director de la Librería Cervantes de Oviedo, «el papel y los nuevos soportes electrónicos convivirán pacíficamente, pero hay que estar atentos a la velocidad de adaptación porque, de entrada, la oferta va por detrás de la demanda de e-books». Quirós señaló como «lógicas las inquietudes y dudas» que se han suscitado alrededor de la industria del libro porque «siempre hay miedo al cambio», pero «hay que cambiar de mentalidad y no pensar tanto en cómo incrementar las ventas, sino en buscar soluciones novedosas, huir de los alarmismos gratuitos y confiar en que la principal función del librero, informar y ayudar al cliente, se va a mantener independientemente del formato».
Quirós dijo estar encantado de lo que hacen las editoriales en promoción pero «me duele como librero el doble lenguaje», deben plantearse quién es su cliente final: «nosotros somos los primeros que damos la cara, ¿por qué no se nos da una información profesional continuada?». Para el Director de la Librería Cervantes de Oviedo «el ebook está aquí y nos pilla con una infraestructura inexistente. No sabemos dónde está nuestro queso. Hay miedo al cambio». Sin embargo ahora más que nunca «hay que adaptarse, cambiar de ritmo y pensar de otra manera. Frente a los nuevos actores, debemos aprovechar valores que podemos ofrecer como el «páguelo al recoger»; eso no lo puede hacer Amazon».
Desde una perspectiva autocrítica, Alfredo Quirós admitió la conveniencia de experimentar un mayor acercamiento «a todos los agentes de la cadena de valor, queremos poder recomendar a la gente, conseguir una profesionalidad que no tenemos ahora y trabajar en la calidad de los datos que facilitamos a herramientas como DILVE».
Al igual que algunos de los editores que ya se pronunciaron en diferentes ocasiones a lo largo de las jornadas, Quirós terminó su intervención diciendo que «quizás haya que reinventarse, pero hay que hacerlo».
11. Divorcio en la Escuela 2.0 española
En la última de las mesas redondas del XXVI Encuentro sobre la Edición Los editores ante el reto de la Escuela 2.0 y la Universidad Digital los ponentes criticaron la falta de planificación, la ausencia de criterios pedagógicos y, en definitiva, la errática política de las Administración a la hora de poner en marcha lo que entendemos por digitalización de las aulas en nuestro país. Entre los integrantes de la mesa se encontraba Francesc Pedró, Senior Policy Analist de la OCDE, quien se refirió al divorcio existente entre las políticas administrativas y la realidad escolar, entre el acceso a Internet y el provecho que obtienen escolares y docentes de ese acceso. «Los gobiernos hacen lo fácil y vistoso y, una vez realizada la foto, se olvidan», dijo Pedró, «pero es nuestra responsabilidad recordar a los gobiernos que tienen que perseguir la generalización y la escalabilidad».
Francesc Pedró hizo referencia también a un reciente estudio realizado por la OCDE del que se concluye que «la simple incorporación de las tecnologías a las aulas, no mejora el rendimiento pedagógico», argumento apoyado por José Moyano, Presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material Escolar (ANELE), quien por su parte afirmó que «no hay datos indicativos de que introducir herramientas TIC mejore la educación».
«En España conviven actualmente 17 modelos educativos, tantos como Comunidades Autónomas, llevamos tres modernizaciones y no hay un registro de contenido digital», añadió Moyano. «Para la Administración no constituyen una prioridad ni los contenidos educativos digitales ni la formación del profesorado para puedan aplicar las nuevas tecnologías a las aulas». Tampoco lo es «la interlocución con las editoriales de libro de texto para pilotar un proyecto tan ambicioso y decisivo para el futuro de un país, como es la formación de las nuevas generaciones», lamentó el Presidente de ANELE.
En esa misma línea, Antonio Garrido, Director General del Grupo Edebé, llamó la atención sobre «el tremendo caos al que nos enfrentamos», dado que «no dominamos la tecnología y el entorno es muy competitivo». Hasta ahora, «los editores han desarrollado libros de texto interactivos, pero muy pocos han experimentado en plataformas de e-learning y el futuro de la Escuela 2.0 no está en los soportes, sino en la conectividad», afirmó convencido Garrido. «Son las administraciones públicas las que deben marcar los ritmos de trabajo para abordar la modernización de las aulas».
El Director General del Grupo Edebé refirió también los presupuestos del Plan Escuela 2.0 para 2010 y denunció «la migración de recursos públicos hacia la compra masiva de hardware y equipamiento en detrimento de los contenidos educativos digitales».
Para Enric Juan, Director General de Contenidos del Grupo Santillana, «la Administración debe hacer grandes inversiones en infraestructura y en formación de profesores y familias». «Lo que parece una obviedad, velar por la rigurosidad de los contenidos digitales, no parece serlo para los poderes públicos», concluyó Enric Juan.
12. Docentes poco 2.0
Con la última de las ideas-fuerza que destacamos del XXVI Encuentro sobre Edición, celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander y organizada por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), queremos resaltar un aspecto en el que se insistió mucho durante la última de las sesiones y no podemos negar que suscitó debate y controversia. Nuestro personal docente, por el momento, no está capacitado para asumir el papel de agente fundamental del cambio del modelo educativo.
Francesc Pedró, Senior Policy Analist de la OCDE, admitió que se trata de una cuestión no resuelta y han constatado que los profesores tienen verdaderas necesidades de formación.
Los integrantes de la mesa compartieron la opinión de que «la tecnología no suplanta al profesor, sino que lo hace más importante a la hora del aprendizaje». Éste debe ser el protagonista de todas las iniciativas pero, sin embargo, se están mostrando reticentes a la puesta en marcha de las nuevas prácticas en la enseñanza, según manifestó José Moyano, Presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material Escolar (ANELE).
Para Enric Juan, Director General de Contenidos del Grupo Santillana, el cambio de modelo educativo, debería significar el paso del «profesor que enseña informática al profesor que usa la informática para enseñar», pero la realidad demuestra que, por el momento, esto no es así.
Fueron tres densos días de debate, gracias a los cuales pudimos huir del calor de la meseta, en los que se abordaron diferentes aspectos de la convivencia del libro en soporte papel (alguien pidió no llamarlo «tradicional») y electrónico, y de cómo se otea el horizonte en el corto y medio plazo para la industria editorial española. Tanto la organización de este XXVI Encuentro sobre la Edición como las conclusiones vertidas sobre el mismo han sido especialmente oportunas dada la cercanía en el tiempo de la entrada en el mercado del libro, desde el punto de vista logístico y promocional, de la plataforma Libranda.
A un año vista, y si es cierto que puede revolucionar el panorama del e-book en España, no nos podemos perder la siguiente edición del encuentro santanderino. A buen seguro se hablará de ello y también del papel.
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