Derecho a devolver un ebook
La digitalización del mundo del libro está transformando los hábitos de compra y lectura de muchos lectores, pero esta transformación no tiene por qué mermar sus derechos adquiridos a lo largo de la historia como consumidores de libros.
Al igual que podemos devolver en un plazo determinado un libro en papel que nos han regalado o que hemos comprado y por cualquier motivo no nos gusta y lo queremos devolver o cambiar por otro, las librerías online deben permitir que los lectores en pantallas puedan ejercer este mismo derecho.
A partir del 13 de junio, los lectores alemanes podrán ejercer este derecho dado que entrarán en vigor una ley que obligará a las tiendas a aceptar devoluciones y/o cambio de ebooks.
Aquellos que piensen que con esta ley está hecha la trampa, deben saber que las plataformas de lectura de ebooks de última generación saben si un lector se ha leído el ebooks hasta el final o no, si solo se han leído la mitad o tan solo se lo han ojeado. Es decir, es más fácil engañar a una tienda devolviendo un libro en papel supuestamente no leído que ese mismo libro en formato digital.
Podemos, y debemos, aceptar que un libro en formato digital dejará de ser un objeto material y tangible como lo había sido hasta ahora. Pero esto no significa que debamos ceder nuestros derechos como ciudadanos a los intereses comerciales de las empresas privadas. Hay que hallar la manera de encontrar un equilibrio entre las ventajas de la nube y los derechos adquiridos de los lectores ante laprivacidad, intimidad y propiedad.
Esperemos que esta iniciativa alemana cree un precedente en el resto de las legislaciones europeas y veamos próximamente una ley similar en España. Además, este tipo de servicios al consumidor (devolver, cambiar, etc., en otras palabras facilitar la compra por Internet) facilitará que aquellos lectores que actualmente se descargan ilegalmente los archivos se conviertan en futuros clientes legales de libros digitales.
En cualquier caso parace que ya hay una cesión de nuestro derecho a la ‘intimidad’ desde el momento en que parecen saber qué hemos hecho con nuestra copia digital. Es decir si la hemos leído o no algo que con el libro en papel no ocurre.
Y el segundo elemento que sigue siendo divergente es lo que realmente compramos en un caso y ‘alquilamos’ en otro.
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