La ‘Biblioteca solidaria’, una solución para tiempos de confinamiento
Durante el primer confinamiento, a raíz de la pandemia, ha habido muchas iniciativas para superar el hecho de tener que esta encerrados.
Aquí mismo hemos visto como las librerías han tenido que buscar soluciones alterativas para poder seguir haciendo llegar los libros a los lectores, además de incentivar la venta online.
Las bibliotecas también han tomado la iniciativa al no poder prestar sus servicios por no estar abiertas al público. Una de estas iniciativas ha sido, en Francia, la creación de la ‘Biblioteca solidaria’. Primero mediante el hashtag en Twitter #bibliosolidaire y luego a través de un grupo de Facebook, esta biblioteca de bibliotecas virtual se ha convertido en una valiosa herramienta para bibliotecarios, estudiantes, profesores, investigadores y usuarios.
La idea surge de un profesor de arqueología en la Sorbona y algunos compañeros con la intención de proporcionar ayuda mutua entre colegas. Desde que pusieron en marcha el grupo, todos los días se agregaron varios miles de miembros, hasta superar los 65.000 en la actualidad. Además, la actividad del grupo no ha disminuido con la reapertura de las bibliotecas.
En el grupo llega a haber publicaciones 700 por día. La ‘Biblioteca solidaria’ tuvo que configurar una organización para navegar por el grupo para gestionar tanta información, con secciones dedicadas a cada disciplina. Al final se ha convertido en una rica base de datos para los miembros.
La disciplina que está más presente es la Historia, le sigue la filosofía y luego la sociología. De media, cada uno de los diez administradores dedica una hora de su tiempo libre a moderar la esta biblioteca. Tienen muchas tareas, una de las más habituales es la de borrar publicaciones que compartan una obra protegida, sobre todo para que no les cierren la cuenta.
Además de los libros y consultas, la biblioteca solidaria se ha ido convirtiendo en un espacio de ayuda mutua entre investigadores. Así, se han creado dos nuevos apartados: “Consejos prácticos” y “Metodología de la investigación”.
De la ‘Biblioteca solidaria’ incluso nació un ‘Discord’, un servidor para la discusión y el intercambio de referencias entre investigadores.