10 diciembre 2020

Las bibliotecas de Japón avanzan en el préstamo de ebooks

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

La Agencia de Asuntos Culturales de Japón ha propuesto una revisión de las leyes de derechos de autor  para permitir que las bibliotecas puedan prestar parte o la totalidad de una obra en formato digital a un usuario.

Un préstamo que sería un acceso directo al Smartphone u ordenador del usuario, cosa que antes no era posible. Pero lo más novedoso es que, además, sería una versión que también se podría imprimir.

Para tal tipo de préstamo de copias digitales no sería necesario, además, el permiso de los editores y titulares de derechos. Algo similar a lo que hizo Internet Archive durante los primeros confinamientos. El libro podría hacérsele llegar al usuario incluso por fax. Esto incluiría todo tipo de libros, tanto de fondo como novedades editoriales.

También ejemplares digitalizados de la Biblioteca Nacional en Tokio, donde ya se han digitalizado 1,5 millones de obras no disponibles para su libre acceso a menos que entre en el edificio ubicado en el distrito de Nagata.

El Parlamento se ha propuesto analizar las propuestas de la agencia a principios del año que entra. Una vez más, el germen de este cambio de enfoque en cuanto al acceso a los libros digitales ha sido la pandemia por coronavirus. Algo que ha acelerado considerablemente las investigaciones y propuestas en esta materia para garantizar el acceso a los ebooks.

Básicamente, el confinamiento y la demanda de los usuarios de acceder más fácilmente a los formatos digitales, les ha abierto los ojos en este sentido.

No obstante, en sus recomendaciones, la agencia menciona buscar algún tipo de mecanismo de compensación para los editores, pero los editores de Japón no lo ven con buenos ojos. Los argumentos, los de siempre: posibles pérdidas de ventas y el miedo a la piratería.

Yoshio Yanagi, profesor de biblioteconomía de la Universidad de Tokio subraya al respecto que la compensación que se pagaría a los editores y autores, si se adoptan las recomendaciones, debería ser “muy alta”.

Como contra argumento, los responsables de la propuesta piensan que en los casos en los que el préstamo sea sólo de parte de una obra, este podría llevar a comprar directamente un título, impreso o digital.

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