Análisis comparativo de precios de ebooks y licencias de préstamo en bibliotecas
ReadersFirst, la iniciativa que nació para exigir una mejor integración de los servicios de localización y adquisición de contenidos digitales para las bibliotecas, acaba de presentar el observatorio Publisher Price Watch.
Se trata de ofrecer una tabla comparativa, junto a su metodología, y en permanente actualización que muestra lo que se paga en promedio para obtener licencias digitales de las editoriales más grandes en comparación con los títulos impresos.
La tabla ha sido iniciativa también de Carmi Parker y el equipo del Sistema de bibliotecas del condado de Whatcom, con comentarios del Grupo de trabajo de ReadersFirst y otros colaboradores.
Ya hemos hablado en numerosas ocasiones de la mala gestión por parte de algunos editores a la hora de poner a disposición sus libros digitales en las bibliotecas, sobre todo de Estados Unidos. Una gestión que ha sido motivo de descontento de bibliotecarios y usuarios.
Desde 2018, además, ahora tienen precios más altos y períodos de acceso más cortos. Los bibliotecarios han tratado de negocios pero hasta ahora sin éxito en sus reclamaciones.
Así, han creado Publisher Price Watch para saber cuáles son exactamente los costos habituales que pagan las bibliotecas a las editoriales más grandes en comparación con los libros impresos.
La idea nace para que los bibliotecarios tengan información detallada y precisa para presentarla a los legisladores cuando trabajen con ellos para obtener mejores términos y condiciones, teniendo pocas opciones más que la acción del gobierno debido a la intransigencia de los editores.
Con el tiempo van a agregar más editores y actualizarán los datos de los existentes. Al ser una institución independiente, dicen otorgar calificaciones justas e imparciales a las ofertas digitales de los editores, en función de los costos de impresión por comparación.
Aunque de momento, como decimos, sus reclamaciones están cayendo en saco roto, esperan con esta iniciativa que los editores se den cuenta de que los bibliotecarios, en conjunto, saben y demuestran con esta tabla comparativa que sus precios son injustos.
Y, ahora también, los usuarios podrán verlo también con más claridad.
