Cultura compartida: 1 de cada 3 usuarios de plataformas de streaming comparten cuentas
Según estima un estudio Deloitte, más de un tercio (35%) de las personas con acceso a un servicio de suscripción de vídeo a la carta (SVOD) comparten al menos una de sus suscripciones con otras personas fuera de su hogar.
Se trata del principal dato de un informe sobre ‘Tendencias del Consumidor Digital 2023’, basado en una encuesta de 4.150 adultos del Reino Unido de entre 16 y 75 años. En él se evidencia que el uso compartido de cuentas está más extendido entre los usuarios más jóvenes.
Así, más de la mitad de las personas entre 16 y 24 años (51%) utilizan un servicio de suscripción de vídeo que se comparte entre varios hogares, y el 43% de las personas entre 25 y 34 años.
Además, el intercambio de suscripciones también se ha vuelto más habitual: uno de cada cuatro usuarios (25%) comparte el coste de una plataforma SVOD, cifra que aumenta al 34% entre los jóvenes de 16 a 24 años.
Por otra parte, más de la mitad (57%) de los encuestados que comparten un servicio SVOD de pago señalan que dejarían de usar el servicio si se prohibiera el uso compartido de suscripciones. Sólo el 15% dice que ellos mismos contratarían una nueva suscripción si se prohibiera compartir.
Mientras tanto, el 21% de los consumidores dicen haber cancelado un servicio SVOD en el último año; el aumento del costo de vida es un factor que impulsa las cancelaciones.
La investigación de Deloitte señala que la caída en el acceso fue más pronunciada entre las personas de 65 a 75 años (al 49% en 2023 desde el 53% en 2022 y el 57% en 2021) cuyo uso de SVOD había aumentado durante los períodos de confinamiento.
Según Paul Lee, socio y director global de investigación de tecnología, medios y telecomunicaciones de Deloitte, desde el nacimiento de la suscripción de vídeo bajo demanda, el intercambio de ID de usuario y contraseñas con otros hogares se ha generalizado.
Las restricciones a la hora de compartir bien pueden generar un crecimiento de suscriptores y mayores ingresos, señala Lee. Sin embargo, también puede reducir el número total de personas que ven un programa o una película, lo que reduce el grado de interés en torno a ese contenido y, a su vez, disminuye el atractivo general de un servicio.
Y vosotros, ¿sois más de abrir vuestra propia cuenta si se os restringe el acceso o de abandonar el servicio por ello?